viernes, 29 de mayo de 2015

CAMPEÓN DE CAMPEONES


Cuentan que se juntaron una vez todos los sentimientos y organizaron unos Juegos Olímpicos entre ellos. En vez de con ropas deportivas vistieron con amaneceres y cascadas. El estadio y las pistas se llamaban Alma y Sociedad. Y la expectación era total. Se avecinaban preciosas pruebas de todo tipo. En el lanzamiento de peso estaban la furia y el rencor. En el tiro con arco se medían cara a cara la ironía y la falsedad. En la piscina se batían en duelo de natación la nostalgia y la pena. Y en las pruebas reinas de atletismo estaban enfrentados la paz, la guerra, el miedo, la mentira, la ilusión, la esperanza y muchos sentimientos más llegados de todos los hombres del mundo. Las pruebas se fueron desarrollando y fueron brillando los ganadores que lucían sus medallas. Subieron a los podios la amistad, la verdad, la nobleza, la justicia y la alegría con sus resplandecientes medallas de oro. Los recientes campeones decidieron elegir entre ellos al verdadero campeón de campeones. Y se dieron cuenta que hay un sentimiento que los englobaba a todos. El Amor. El amor es alegre, es justo, es noble, es sano, es pacífico, es ilusionante... No sabían describirlo sino como una mezcla de todos y cada uno de ellos. Tenía algo de todos los vencedores de la Olimpiada Sentimental. Fue aclamado y vitoreado y en volandas lo llevaron a un podio en el que no había segundo ni tercer clasificados. Reinaba sólo él. El Amor: campeón de campeones.



martes, 26 de mayo de 2015

EL PECADO ORIGINAL

Pues verán, Eva y Adán estaban en el paraíso, tan felices ellos, tan agustito así como cantaba Ortega Cano con el vino ya subido a la cabeza. A Eva le hacía tilín el señor Adán. Y a Adán le hacían tolón los... sentimientos cuando veía a la señora Eva. Y tilín, tolón, surgió el amor. Y esa fue la primera relación. Y claro, ya se sabe... Eva comenzó con "Cariño, vamos al cine. Cariño, llévame a comprar. Cariño, vamos a un spa..." Y así todo el día. Y el pobre Adán decía "Mira, Eva, rica mía, esto se llama Paraíso pero podría llamarse "Vitrinas de títulos del Club Navalcarnero" porque no hay nada de nada. Nada de lo que yo quiero, me refiero. No hay pistas de pádel, no hay videojuegos, no hay Champions League... Ni siquiera hay un bar para tomarme un pacharán." Total que lo único que había en el Paraíso era un manzano que daba limones. Muy místico todo ello. Y como los limones son ácidos y agriaban, Eva no los quería. Y Adán menos. Él solo quería cebada para hacer no sé qué brebaje. Pero Doña Serpiente, muy cuca ella, le decía a Eva: "¿Has visto el limón ese raro que es de color rojo? Seguro que si te lo comes Adán te lleva a Marina D´Or, Ciudad de vacaciones. Y la puñetera lo que quería era quedarse sola en el paraíso y reptar a placer. Y Eva, ingenua en temas de frutales, fue y cogió el limón pensando ya en tomar el sol en la costa de Levante. Y claro, le dio unos bocados y, ¡oh, sorpresa!, como no estaba ácido pues era una manzana (pero ella no distinguía entre una cafetera y un balón de fútbol) se quedó extrañada. Se lo llevó a Adán y le dijo: "Mira qué pomelo más raro. Es como una pera pero sabe a fideuá." Y Adán el pobre mío, por no oírla decir más tonterías pues él estaba muy puesto en Parques y Jardines y había hecho un curso de F.P. de Boy Scout, haciendo gala del dicho "Aquí está Velasco que a nada le hace asco", se lo terminó de comer. Y también le sorprendió pues era el primer coco que sabía a chuletas asadas. Total que sorprendidos los dos de aquel limón-manzana y sin saber ni lo que habían comido, dieron lugar, sin saberlo a la primera raíz del amor, el confiar y compartir. Y eso los hizo libres. Y se fueron, vaya si se fueron, pero en vez de a Marina D´Or al ViñaRock. Y se lo pasaron pipa. Adán conoció unos coleguis molones que fumaban unos cigarritos de la risa y bebían un licor llamado Don Simón (contiene sulfitos) y a Eva le dió por aprender a tocar la guitarra, así es que se apuntó a un cursillo CCC de Peluquería, precisamente porque con la primera entrega regalaban una guitarra española. Y volvieron al Paraíso tan contentos (con los cigarritos y con la guitarra) a buscar más melones de esos con sabor a piña tropical enlatada en su jugo natural con bajo contenido calórico y sin gluten. Y Doña Serpiente vio que se chafaba su plan, que allí no había quien pudiera reptar tranquila y tomarse un calimocho en paz. Y se enfadó y se lo dijo al Mesías. Y el Señor que, en esos momentos, estaba jugando al billar americano con San Pedro en los Cielos, le dijo que si se enfadaba dos problemas tenía pero que lo dejase en paz darle tiza al taco. Total que Doña Serpiente se piró de allí y dicen haberla visto en Gran Hermano Vip. Y Adán y Eva al verla marcharse del Paraíso sin despedirse de ellos ni nada, le preguntaron al Creador: "¿Señor, es que hemos pecado?" Y Dios les dijo: "Sí, pero muy originalmente". Y esa es la historia del Pecado Original. O más o menos, digo yo.


viernes, 22 de mayo de 2015

TROTAMUNDOS

Hoy que ya no está podré decir que era un viajero empedernido. Él decía que simplemente le gustaba salir de ruta de vez en cuando, pero la verdad es que le entusiasmaba desde la más clásica de las excursiones domingueras hasta la más aventurera senda pirenaica. Siempre fiel a su bidoncillo de agua con sales minerales, recorrió muchos caminos, subió muchas montañas y cruzó muchos valles. Empezó conmigo a la edad de veinte años y ya jamás se separó de mí. Yo no objetaba nada de las salidas que hacíamos y me dejaba llevar. Digamos que, simplemente, era feliz con él. Me encantaba cuando me limpiaba, me engrasaba y me acariciaba con un trapo humedecido. Eso quería decir que se avecinaba ruta en un ratito o al día siguiente. Se subía sobre mí comenzaba a pedalear y me decía "¡Vamos, bonita! Hoy iremos a tal lugar". Me fui acostumbrando a su respiración, a su aliento en el invierno, a su sudor en el verano, a su pasión hacia mí. Alguna vez caímos juntos y nada más levantarse, renqueante y apenas haberse limpiado la sangre en las heridas, se interesaba por mí y me comprobaba la cadena, los platos, los piñones, los pedales... Todo. Me trataba genial y sé que jamás tendré un dueño igual. Ahora ya hace tiempo que no sé nada de él. Llevo meses o años encerrada en la cochera y el polvo me va cubriendo lenta pero inexorablemente. Echo de menos mucho a mi trotamundos. No puede ser que se haya ido de ruta sin mí. Me resisto a darme por vencida. Sigo esperando que aparezca con su maillot en cualquier momento. Una vieja vespino me ha dicho que hace algo más de un año lo vio salir de casa muy malito, lo llevaban en una furgoneta rara, con muchos sonidos y luces como las que cerraban los pelotones cuando íbamos a competir. Ambulancia creo que era el nombre. Y que no volvió. No volvió a casa jamás. Se me ha salido la cadena de pensarlo. Mi trotamundos se ha ido de ruta a otros mundos sin mí. De repente se ha abierto la puerta y ha entrado la luz. Unos chiquillos han entrado en la cochera. Creo que son los nuevos dueños. Uno de ellos se ha acercado y me ha visto vieja y abandonada. Ha dicho "Este trasto no sirve para nada" y me han traído al desguace. Las máquinas me están destrozando para hacerme chatarra. Me voy de este mundo. He cumplido mi cometido. Siento que dí todo y es mi hora. Me voy elevando en esencia con un sentimiento mezclado de orgullo y tristeza. Dos lágrimas de pura bicicleta me resbalan por los piñones. Ya mi timbre no suena y está sucio y oxidado. Pero... ¡No puede ser! Esas mallas me suenan. Ese bidoncillo de agua me es peculiar. ¡Mi trotamundos! "Te esperaba. Vamos, bonita. Hoy iremos a dar un paseo por nuevos lares". Y limpiándome de nuevo, me engrasó los platos y volví a sentirme valorada y útil. Y ahora las pedaladas serán eternas. ¿Quién dijo que las bicicletas no sentían?



martes, 19 de mayo de 2015

EL MEJOR REGALO


La Noche de Reyes había dejado infinidad de regalos en todos los hogares. Muchos juguetes envueltos en llamativos papeles de colores amanecían en las casas por donde ya habían pasado Melchor, Gaspar y Baltasar y eran abiertos entre las ilusiones y risas de los niños esperando que en el interior de los paquetes estuvieran sus peticiones. Era sin duda el día más especial de la Navidad para los más pequeños y el día que todo niño merece ser feliz. Por supuesto también había paquetes y regalos para los mayores. Incluso algo de ropa, cinturones, camisas, colonias y esos detalles que puntualmente traen sus Majestades de Oriente para todos los papás. Sin embargo, en el hogar de Gonzalo y Claudia sólo apareció un paquete. Era una pobre caja mediana de cartón reciclado, bondadosamente ataviada con un lazo rojo que también era reciclado de otro envoltorio. Dentro no escondía un magnífico excaletric, ni una play station, ni el fuerte de playmobil, ni un juego de cocinitas, ni un triciclo nuevo. Ni siquiera había un chandal para mamá o un paquete de calcetines para papá. De hecho, eran un matrimonio que todavía no eran padres y contaban con el dinero justo para poder ir pagando su hipoteca y de vez en cuando cenar fuera un barato menú dándose un capricho, más bien llamado lujo. Pero aquella caja guardaba el mayor regalo que ambos se pudieran hacer, el más preciado tesoro que entre ellos podían regalarse: un amor sano y renovado compartido entre los dos.

viernes, 15 de mayo de 2015

LA LUZ DEL ALMA



Hoy se ha muerto el abuelo de un amigo. Toda la mente se ha nublado salvo un ascua incandescente que, por mucho que el resto de luces se apaguen, sigue brillando. Es la luz del amor, de la amistad, del recuerdo, de la experiencia y de la confraternidad. Es la bombilla del alma que siempre permanece atenta para iluminarnos cuando más falta nos hace. En torno al velatorio he visto de nuevo abrazos, reconciliaciones, besos, caricias, lágrimas, lazos... Quizás la especie humana sea tan caprichosa que solo enciende esa bombilla cuando ocurre algo malo. Hermanos que no se hablan y con un fallecimiento encienden la luz del perdón. Familias que no salvan las distancias y con una pérdida unen sus cables de nuevo y vuelven a brillar. Amistades al borde de la desaparición que llegando un mal trago otra vez unen sus filamentos y refulgen como antaño. Cuán mágica es la luz del alma que aprovecha los duros momentos para romper las tinieblas del rencor, del olvido y de la enemistad. Cree en tu alma, enciende tu luz, no dejes que oscurezca nunca en tu interior.

martes, 12 de mayo de 2015

FLAMINGO

Era un niño distinto. Mientras el resto le pedía a los Reyes Magos balones de fútbol y coches teledirigidos, él le pedía que en el cielo brillasen cinco estrellas y que la luna fuese de color morado. No estaba loco ni mucho menos. Simplemente su lugar estaba en otra parte. Allí donde la gente vive al raso sobre los tejados y no bajo ellos. Allí donde las bocanadas de humo de las chimeneas evocan los colores de un atardecer de verano y tienen forma de corazón. Era su mundo, el mundo de su mente donde él vivía feliz. Cuando lo llamaban para jugar a las canicas decía que prefería ir a pasear con su unicornio de pelo azul. Nadie entendía las contestaciones que daba pero su mirada desprendía tal transparencia y honradez que jamás se escuchó una carcajada ante sus palabras. Eran convincentes al máximo para quien sabía escucharlo. Igual que las de aquel Rabí de Galilea que vestía de blanca túnica y mirando a Lázaro le dijo "Levántate y anda", o igual que las de aquel tipo larguirucho, desmelenado, con barbas y lentes redondas que cantaba "Imagine". Era feliz viviendo en su tejado, con las bocanadas de humo en forma de corazón, con su unicornio de pelo azul y sonriéndole a un cielo con cinco estrellas y una luna de color morado. No todo el mundo vive en el mundo que todo el mundo considera su mundo. Redundante es la redundancia y no por ello menos cierta. Era feliz en su mundo. En su mundo era feliz. 


viernes, 8 de mayo de 2015

PASEO POR LAS NUBES

Cuando pensaba en ella todo era etéreo. Sus afianzadas pisadas se convertían en inseguros pasos que no garantizaban un mínimo equilibrio. La mente se volatilizaba y quedaba atrapada en nimbos, cirros y estratos que solo aparecían en el mapa del tiempo de su corazón y alma. Jamás la palabra abstracción tuvo significado más preciso sin tener que hacer uso de vocabulario. El todo que llena la nada. La más perfecta caricia nunca habida ni realizada por no existir tacto humano que pudiera transmitir físicamente la misma. Su universo era todo copado por ella de tal modo que no había arco iris más bello que el que desprendían sus húmedas pupilas soñadoras evocando su figura. Cuando su mente fluía en sentimientos hacia su amada no había mares salados ni ríos dulces. No había estrellas en el firmamento ni espacios siderales que no estuviesen llenos de la fragancia que emanaba su corazón por ella. Titubeaba al caminar entre algodones porque no estaba acostumbrado a que el firme fuese emocional y no tangible. Por más vocablos que existieran no atinaba a describir lo que ella significaba para él. Cuando pensaba en ella su espíritu se elevaba de tal manera que se daba un paseo por las nubes...



martes, 5 de mayo de 2015

CARPE DIEM

Recordando los dorados años en los que la edad se entremezcla dulcemente entre infancia y juventud, me acordé de las lecciones de latín en la escuela. No diré colegio, ni instituto. Diré escuela porque a "saber se va a la escuela" y allí es donde lo supe y por ende lo aprendí. Cada uno cuando recuerda pone nombre a sus recuerdos y el nombre por mí elegido para mi querido colegio será escuela en esta ocasión. Así pues recuerda que te recuerda recordé aquellas lecciones de las que siempre quedan poso y luego la vida te enseña donde aplicarlas. Tantos latinismos se quedan en el tintero de la sesera que si uno pudiera usarlos todos con ocasión de la verdad, bien pudiera ser coetáneo de Plinio o Juvenal. Y así, acostumbrado a la compañía de la incertidumbre y de la desesperanza, pues toda esperanza  de su amparo parecería llegar ad calendas graecas (o lo que es lo mismo el 30 de Febrero), estaba viciado a vivir vagabundeando sentimentalmente en la más íntima de las soledades. Y un día recordando los recuerdos recordé que me contó haber hallado un mensaje inesperado. ¿Por escrito? pregunté. Por escrito, respondió. Ya sabes que verba volant sed scriptum manet (las palabras vuelan y lo escrito permanece), por lo que si hubiera sido verbal no lo consideraría. Y la verdad es que no sé dónde marcharía porque ya estaba cansado del homo homini lupus est (el hombre es un lobo para el hombre), de traiciones y de desconfianzas. Hace ya años que no sé de él pero sé que esté donde esté estará feliz. Me dijo en su despedida que en aquel mensaje ponía Carpe Diem y así lo haría. Aquel mensaje le cambió la vida.

viernes, 1 de mayo de 2015

DÍA DE LA MADRE

Desde que era un óvulo recién fecundado apenas instalado en la cavidad uterina, comenzaste a fraguar en tu mente un concepto que te cambiaría para siempre. Un sentimiento que jamás antes habías sentido. Una mirada entremezclada entre la dulzura de un cachorro de pantera recién amamantado y la amenaza de una tigresa atacando a los enemigos de sus vástagos. Empezaste a remover tu interior para hacerme hueco muy dentro de ti, tanto en los órganos vitales como en los sentimentales. Sin verme ya me querías. Tanto fue tu instinto primario que me diste la vida y por mí darías la vida. Cuánta vida en una misma fase, en un mismo cuerpo, en una vida de tu vida. Sólo quien lo es sabe bien lo que se siente. Sólo tiene la dicha de saberlo el cuerpo de una mujer que alberga por naturaleza una cuna dentro de sí. El vínculo es tal que ya se inicia la vida conectando ambos cuerpos a través de un cordón por el que se comunican tanto los alimentos como los estados de ánimo. Si tu estás enfadada, yo lo estoy. Si tu saboreas una comida yo ingiero la misma. Si tu estás feliz, yo estoy feliz. Mágica maravilla del ser humano que cuando se corta el cordón y ya estamos cara a cara, el vínculo ya creado es total y, aunque invisible, lo que a mí me duela te duele a ti, lo que a mí me ocurra te ocurre a ti. Y la primera palabra que se aprende y, sin saber si quiera todo lo que ella engloba, sirve a un hijo para todo: para pedir auxilio, para pedir protección, para expresar cariño, para expresar amor, para compartir sentimientos tan sólo con una mirada. Y ese sentimiento, esa mirada, ese instinto, ese vínculo y esa maravilla, son una misma palabra que comienza con la letra m de mar, de la fuente de la vida que es la vida de las vidas: MAMÁ.


FELICIDADES A TODAS LAS MADRES.
SOIS ÚNICAS PARA CADA UNO DE NOSOTROS.