jueves, 15 de noviembre de 2018

LAS PALABRAS ESCRITAS

Verba volant, scriptum manet. Las palabras vuelan y lo escrito permanece. Es por ello que siempre que queremos expresar algo que permanezca en el tiempo lo hacemos por escrito. Miguel de Cervantes ya le dijo a dos mujeres "Yo os haré inmortales" y ellas jamás lo entendieron. Pero el escritor sabía lo que decía. Y lo hizo. Las plasmó en su obra más universal y ahí quedaron para siempre aún sin saber él su alcance. Como las canciones, como los himnos, como los poemas, como las cartas, como los sentimientos que se escriben y por más que sople el viento nunca vuelan, siempre quedan. Además es innato en el ser humano el comunicarse más íntimamente por escrito. Será que se obvia la vergüenza y se esquivan las miradas. Las palabras son más directas pero más volátiles. Las letras son, tal vez, más indirectas pero más duraderas. Los niños no hablan con los Reyes Magos. Les escriben sus deseos. Los adolescente no se susurran amor eterno. Lo inscriben en un árbol. Los adultos no comentan qué hacer con sus cosas cuando ya no estén. Lo redactan ante Notario. Los mensajes no se dicen a una palmera. Se apuntan en un papel y se introducen en una botella. Las palabras escritas tienen una fuerza que nosotros no tenemos pero que se la transmitimos al redactarlas: la durabilidad en el tiempo. ¡Cuidado con lo que se escribe! Somos dueños y esclavos de ello, pero que nunca, nunca, nunca, falten escritos "te quiero".


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