Calzado con las botas que la vida le propinó, dibujó una sonrisa en su cara y comenzó su caminar.
No se detuvo a pensar por qué hubo llegado a este mundo, ni por qué a este lugar.
Cargó con su mochila feliz e inocentemente y se dispuso a avanzar.
No toda carga es pesada o difícil de llevar, pues depende del tramo por el que discurras una cosa u otra será.
En todo caso camina, avanza sin vacilar. Que ya se encargará el camino de ponerte trabas a superar.
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