lunes, 11 de enero de 2016

COMPLICIDAD

El hombre y la mujer tienen boca para entenderse. El arma era la voz leí alguna vez. A través de las palabras se establece la comunicación y se intercambian las ideas y opiniones. Sin embargo hay una comunicación no verbal que demuestra mucho más: la complicidad. El perfecto entendimiento de dos personas sin emitir un sonido y tan sólo como mirarse. Ese momento mágico en que dos retinas distintas se funden en una misma idea arraigando en la cabeza de ambas y surgiendo un pensamiento común. Ese momento álgido en la forma más ancestral de transmitir sentimientos que surge cuando una madre ve por primera vez a su retoño y flota en el aire el más profundo "te amo" jamás habido, dimanante de una cálida mirada que, sin decir nada, todo lo dice. Ese cruce de miradas entre dos jugadores de naipes que son pareja y controlan el destino de la partida sin abrir la boca sometiendo a los rivales a su voluntad. Con la complicidad se intuye un triunfo común, una victoria planeada sin mediar palabras, un mismo destino en unión con quien está atado a ti por invisibles lazos que se aprietan con el iris de los ojos. La complicidad es el entendimiento en su plena esencia habido entre personas que no hace falta que ni se conozcan. Una mirada cómplice lo expresa todo. Y quien no comprenda una mirada jamás entenderá una larga explicación.