viernes, 30 de diciembre de 2016

¿PEÓN O DAMA?

Emblema ganador del Primer Concurso "Pónle Verba a esta Pictura".
Texto de Juan Manuel Ciudad Almodóvar.


En este mundo, cada uno nace con unas capacidades distintas, unos hacen las cosas mejor y más rápido, moviéndose a la velocidad de una "Dama", mientras que otros sólo pueden hacerlo como un "peón", que hasta pueden necesitar la ayuda de un igual que les cubra las espaldas. Pero esto no nos debe llevar a pensar que somos unos más que otros, todos avanzamos con nuestras posibilidades. ¿Qué culpa tiene nadie de que unos puedan hacer funciones de dama y otros solo de peón en el ajedrez de la vida?
Pero de este pensamiento podemos sacar una reflexión, de entre muchas otras, en la vida hay que ser perseverantes con los deseos de cada uno porque un simple peón avanzando de casilla en casilla, es capaz de llegar al final del tablero y hacerse Dama, mientras que gente que es Dama sin esfuerzos, puede andar perdida de un lado a otro del tablero.

sábado, 24 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD

Sé que la Navidad no es agradable ni esperada por todos. Sé que cuando comienza a haber ausencias en la mesa familiar cambia el sentido de la Navidad en el hogar. Lo sé. Lo sabemos. Lo sabéis. Ya no está el abuelo contando sus historias de niño, quizás ya no está papá cortando el jamón, tal vez no está mamá contando las uvas en los platos o nos falta un marido, una mujer, un hijo o un hermano. No queremos que sea Navidad. Pero también sé que es la fiesta más entrañable que podemos vivir en familia los que aún quedamos. Y que es la época del año que trae los mejores regalos: los reencuentros, los abrazos, los besos, las miradas, la ternura de una madre, el abrazo de un abuelo, las primeras palabras de un bebé, las travesuras con un primo lejano, el perdón de una hermana... Y, ¿por qué no?, algún regalo material que también nos alegra a todos de vez en cuando.
Por eso os deseamos a todos Felices Fiestas y aunque sea difícil os animamos en estos días a abrazaros, a besaros, a reencontraros, a perdonaros, a disfrutar y a sonreír antes de que ya sea tarde y no podáis hacerlo. No reneguéis de la Navidad por los que ya no están, al revés, vividla en su honor, porque ellos nos enseñaron a quererla y a disfrutarla, la compartían con nosotros y por eso los recordamos. Siempre habrá algún recuerdo que nos eche para atrás en ello, pero por cada recuerdo habrá siempre, siempre, siempre, un brillo de ojos, una ilusión, una esperanza, un presente y un futuro por el que merecerá la pena alzar nuestras copas y brindar.
Pictura et Verba os deseamos ¡¡FELIZ NAVIDAD!!


martes, 20 de diciembre de 2016

EL TODO Y LA NADA

Hans era holandés. Vivía sin hogar definido y de modo nómada. En uno de sus viajes conoció a Helena en el Camino de Santiago y se enamoraron locamente. Helena tenía de todo y Hans no tenía nada. Y surgió una vez más la maravilla de la vida: dejaron cada uno lo suyo para estar con el otro el resto de su vida. Así pues Hans no dejó nada y Helena dejó todo. Y Helena no le dio nada a Hans y Hans le dio todo a Helena. Paradójicamente fue así pues quien todo abandona nada tiene por dar y quien nada abandona tiene todo por dar. Ambos se complementaron perfectamente e hicieron de la nada un todo y del todo una nada que colmaba a los dos de satisfacción.
Dicen que como si se tratase del final de un cuento infantil vivieron felices y comieron perdices. Y hay quien asegura que los ha visto alguna vez en una humilde casita en el bosque donde los dos viven contentos y en armonía disfrutando del todo y de la nada a la vez, peregrinos de la vida y del amor, personas que nada exigen y todo agradecen, personas que todo entregan y nada reclaman, personas, Hans y Helana, como tú y como yo, capaces de todo y capaces de nada. Personas. Sólo eso. Personas que para otras son todo y para otras no son nada. Como tú y como yo: para unos todo y para otros nada. El todo y la nada forman parte de la vida. Como Hans y como Helena...


miércoles, 7 de diciembre de 2016

ESPANTAPÁJAROS

Oteo mis campos con la dulzura de la mirada de una madre sobre su cría. Tantas veces los he mirado que me sé de memoria cada siembra, cada labriego, cada semilla y cada riego. Disfruto cuando llega el tiempo de la cosecha y admiro las novedosas máquinas que ahora hacen el trabajo que antaño realizaban cuadrillas de hombres. Cómo pasa el tiempo. Ya no veo por estos lares hoces y horquillas, pañuelos anudados a la cabeza y botijos de fresca agua. Y yo sigo igual que siempre, vistiendo roídas vestimentas por el clima y con un sombrero ajado por los rayos del sol. Sigo sintiéndome útil todavía y cumplo fielmente mi cometido. He logrado ahuyentar a malas aves y ganarme la amistad de simpáticos gorriones que vienen ávidos de alimentarse con algún grano de trigo que se haya desprendido de su espiga. Para ellos es mucho y para el hortelano es poco. El fiel de la balanza es justo. Pienso que la esencia de la vida radica en el equilibrio. Yo me mantengo gracias al palo que me sustenta, gracias a mí se mantiene el cultivo sin que depredadores volátiles arrasen las siembras y gracias a las siembras vive el agricultor. Llevo años fascinado con el inmenso equilibrio que domina el mundo y considero que no siempre somos conscientes de ello. Y así paso el tiempo desde que el sol amanece a mis espaldas y se oculta a mis plantas día tras día, mes tras mes, año tras año, siempre en un equilibrado ritmo igual de simple y certero que un cerebro de paja que da más mente a un espantapájaros que a algunos de los humanos.