jueves, 30 de julio de 2015

EL NEXO COMÚN

Pues señor esto eran dos artistas que fusionaron sus artes y decidieron publicar el resultado obtenido tras la mezcla. Y forjándose en uno solo no sabían cómo hacerlo y buscaron el más importante de los puntos en común para que siempre estuviera presente en sus obras. Y siempre hacían emblemas sentimentales que pellizcaran el alma de quien los viera y leyera. Siempre buscaban como fin expresar un sentimiento fuese bueno o malo. Esperanza, miedo, alegría, amor, desamor, furia, ira, esfuerzo, nostalgia, bondad, etc. Siempre timbraban el alma de quienes contemplaban sus obras expresando algún sentimiento que estuviera patente o que hubiera quedado olvidado. Su afán eran hacer sentirse vivas a las personas. Les gustaba hacer renacer sensaciones como cuando alguien se enamora o se embarca ilusionado en un proyecto. Y también les gustaba tener presente que hay sentimientos cotidianos que aunque negativos también forman parte del juego. A la larga todo yin tiene yang. Y decidieron regalar el nexo común a todos de manera que en todas sus obras figurase el órgano de los sentimientos suyos y vuestros. Y así es como Pictura et Verba publicó siempre un corazón en cada una de sus postales y os las entregó a todos con el mayor sentimiento posible. Y alegres por ello, sin darse cuenta, los dos artistas encontraron un corazón nuevo para ellos mismos y siguieron creando obras felices. Ese corazón eran vuestros gestos de cariño y afecto hacia la fusión del arte que os regalaban. Y el nexo fue realmente común: nuestro corazón, el vuestro, lo que os regalamos y lo que nos regaláis. Gracias por compartir sentimientos con nosotros. Pictura et Verba.

viernes, 24 de julio de 2015

UN OLMO VIEJO

A un olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de Abril y el sol de Mayo, algunas hojas verdes le han salido. Así empezaba Don Antonio Machado su mensaje de esperanza más evocador y conocido. Así brota reflejado en el color verde de la nueva savia, en forma de hojas, ese siempre hilo inagotable del sentimiento último en perderse. Así tintinean en la pechera de la que habita en San Gil cinco verdes esmeraldas que Gallito le trajera del otro confín del mundo para realzar su belleza, porque sentimientos habrá, pero como el que te da nombre ninguno, Macarena. Así rebrota también año tras año la que habita en esta civita regia, capital manchega, en la Barriada del Pilar mientras las Penas se hacen dueñas del Carmelo. De la misma guisa navega el sentimiento bajo palio sobre las aguas del Guadalquivir teniendo por vigía el Altozano: por cada Tres Caídas, una Esperanza. Esperanza siempre Esperanza. Así lo soñaba el poeta y así lo sueño yo. El tiempo pasa pero la vida sigue y siempre habrá en la ancianidad nuevas ramas que rebroten, nuevas flores que renazcan y corazones que latan bombeando la esperanza. Y terminando como empezase, con retazos de Machado, añado que mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera, mi querido olmo viejo con la gracia de tu rama verdecida.


martes, 21 de julio de 2015

SKYLINE

Las luces de los apartamentos brillaban en las ventanas anunciando vida en su interior. Un trajín de persianas que subían y bajaban anticipaban que la noche estaba cayendo en la gran ciudad. El tráfico iba aumentando la fluidez conforme se cerraba el color del cielo. Una manta silenciosa llegó a cubrir la frenética actividad de la urbe y sobre ella tintineaban miles de estrellas creando una mágica atmósfera que embrujaba la vista. La ausencia de ruido era tal que imponía un majestuoso respeto apenas latente unas horas antes. Podía intuirse el ulular del viento entre los edificios y avenidas mientras una calma chicha se había apoderado de aquel conglomerado de asfalto y construcciones. La conjunción era total y el recorte lateral de la ciudad encajaba a la perfección en las coordenadas espacio - tiempo. Era uno de esos momentos en que quedas absorto y todo te sobra. Tú y el mundo; el mundo y tú. Maravillosa estampa que no puede dibujarse ni fotografiarse salvo con el lienzo de los recuerdos y los lápices del alma. No sé cuánto tiempo estuve contemplándolo. No sé si ya lo había hecho alguna vez o si volveré a hacerlo. Sé que fui feliz en aquel instante. Lo capturé y ya forma parte de mí. 


martes, 14 de julio de 2015

UN MUNDO LIBRE

Hoy con el espíritu embriagado pensaba si hay algo que sea íntegramente propiedad de alguien. Pero propiedad total, sin condiciones, sin sorpresas, sin tiranías, sin modificaciones, sujeto a nuestra voluntad plenamente, inamovible, inmodificable. Y he pensado que no. Que en todo surgen subpropiedades y que nada hay que esté atado totalmente. Yo tengo un terreno y es mío y lo aro y lo labro y lo dejo en barbecho si quiero. Y en ese terreno sin someterse a voluntad mía nacen hierbas. ¿Esas hierbas son por voluntad del terreno o han nacido libremente? ¿Esas hierbas pueden ser sometidas por mí a su desaparición o volverán a brotar? Yo tengo una vivienda y es mía y aliso sus paredes y las limpio y las pinto si quiero. Y en esa vivienda sin someterse a voluntad mía aparecen unas grietas. ¿Esas grietas son por voluntad de la vivienda o han surgido espontáneamente? ¿Esas grietas pueden ser sometidas por mí a su desaparición o volverán a resurgir? Ni yo domino el terreno, ni yo domino la vivienda, ni el terreno domina las hierbas, ni la vivienda domina las grietas. No hay nada íntegramente dominable en este mundo. Ni siquiera el propio mundo se domina así mismo ni está sometido a voluntad alguna. Es un globo etéreo, indomable, indómito, anárquico. Corre, vuela y navega sin fuerza que lo controle. Y así es todo en la vida. Huimos de toda fuerza de control que sea por imposición. Creo firmemente que todo ello es el sentimiento más ancestral y perseguido por la vida: la libertad.

viernes, 10 de julio de 2015

UN PEZ

Quisiera ser un pez y hacer burbujas de amor en tu pecera, decía la canción. Un pez, pasar la noche en vela, mojado en ti. Y para mí ese "ti" es el paso por la vida. Pasar por la vida haciendo burbujas de amor en la pecera llamada mundo. Y surcar ríos, mares y océanos con total libertad, expandiendo sentimientos en los cauces, estrechos y amplitudes. Un pez libre, feliz, único, ideal. Un pez que no huyese del grande ni se comiese al chico. Un pez que no hubiese red que lo detuviera colándose hábilmente entre las ataduras. Un pez que no mordiese anzuelos ni muriera por la boca. Un pez que tan sólo con verlo te arrancase un pequeño gesto, tan pequeño como grande es su significado en estos días en que no acostumbramos a verlos: una sonrisa de satisfacción, un guiño cómplice de ojos, una mirada de ilusión, un halo de esperanza, una caricia inesperada, un aplauso espontáneo. Un pez puede ser, significar, representar y lograr muchas cosas si uno imagina serlo y sueña con serlo como lo hemos descrito: libre, feliz, único e ideal por un segundo, tocando son su nariz en la pecera y haciendo burbujas de amor por donde quiera.

miércoles, 8 de julio de 2015

CORTÉS

Lo cortés no quita lo valiente. Y lo bien hecho bien parece. Leído así pareciera que hablamos de las bases de la más ancestral educación. O del mínimo respeto que debiéramos tenernos las personas en nuestras recíprocas relaciones hasta que la confianza fuera dando lugar a otras actuaciones. Pero todo ello tiene un punto en común. Un punto, una nota característica, un nexo, un sentimiento que muchas veces olvidamos y que debiéramos acentuar: la cortesía. Porque no es lo mismo dar los buenos días sin más que acompañar el saludo de una sonrisa, porque no es lo mismo ceder el paso que además abrir la puerta, porque no es lo mismo disfrutar de la victoria que también consolar al rival, porque no es lo mismo avisar a un anciano de cuando puede cruzar la calle que ayudarle a hacerlo, porque no es lo mismo pedirle a un camarero una consumición que agradecérselo cuando la trae, porque no es lo mismo declarar amor que además hacerlo por sorpresa y con flores, porque no es lo mismo vivir que vivir siendo feliz. Si añadimos a la educación la cortesía sonreiremos y haremos sonreír. Porque no es lo mismo sonreír a que te hagan sonreír.