viernes, 10 de julio de 2015

UN PEZ

Quisiera ser un pez y hacer burbujas de amor en tu pecera, decía la canción. Un pez, pasar la noche en vela, mojado en ti. Y para mí ese "ti" es el paso por la vida. Pasar por la vida haciendo burbujas de amor en la pecera llamada mundo. Y surcar ríos, mares y océanos con total libertad, expandiendo sentimientos en los cauces, estrechos y amplitudes. Un pez libre, feliz, único, ideal. Un pez que no huyese del grande ni se comiese al chico. Un pez que no hubiese red que lo detuviera colándose hábilmente entre las ataduras. Un pez que no mordiese anzuelos ni muriera por la boca. Un pez que tan sólo con verlo te arrancase un pequeño gesto, tan pequeño como grande es su significado en estos días en que no acostumbramos a verlos: una sonrisa de satisfacción, un guiño cómplice de ojos, una mirada de ilusión, un halo de esperanza, una caricia inesperada, un aplauso espontáneo. Un pez puede ser, significar, representar y lograr muchas cosas si uno imagina serlo y sueña con serlo como lo hemos descrito: libre, feliz, único e ideal por un segundo, tocando son su nariz en la pecera y haciendo burbujas de amor por donde quiera.

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