viernes, 30 de diciembre de 2016

¿PEÓN O DAMA?

Emblema ganador del Primer Concurso "Pónle Verba a esta Pictura".
Texto de Juan Manuel Ciudad Almodóvar.


En este mundo, cada uno nace con unas capacidades distintas, unos hacen las cosas mejor y más rápido, moviéndose a la velocidad de una "Dama", mientras que otros sólo pueden hacerlo como un "peón", que hasta pueden necesitar la ayuda de un igual que les cubra las espaldas. Pero esto no nos debe llevar a pensar que somos unos más que otros, todos avanzamos con nuestras posibilidades. ¿Qué culpa tiene nadie de que unos puedan hacer funciones de dama y otros solo de peón en el ajedrez de la vida?
Pero de este pensamiento podemos sacar una reflexión, de entre muchas otras, en la vida hay que ser perseverantes con los deseos de cada uno porque un simple peón avanzando de casilla en casilla, es capaz de llegar al final del tablero y hacerse Dama, mientras que gente que es Dama sin esfuerzos, puede andar perdida de un lado a otro del tablero.

sábado, 24 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD

Sé que la Navidad no es agradable ni esperada por todos. Sé que cuando comienza a haber ausencias en la mesa familiar cambia el sentido de la Navidad en el hogar. Lo sé. Lo sabemos. Lo sabéis. Ya no está el abuelo contando sus historias de niño, quizás ya no está papá cortando el jamón, tal vez no está mamá contando las uvas en los platos o nos falta un marido, una mujer, un hijo o un hermano. No queremos que sea Navidad. Pero también sé que es la fiesta más entrañable que podemos vivir en familia los que aún quedamos. Y que es la época del año que trae los mejores regalos: los reencuentros, los abrazos, los besos, las miradas, la ternura de una madre, el abrazo de un abuelo, las primeras palabras de un bebé, las travesuras con un primo lejano, el perdón de una hermana... Y, ¿por qué no?, algún regalo material que también nos alegra a todos de vez en cuando.
Por eso os deseamos a todos Felices Fiestas y aunque sea difícil os animamos en estos días a abrazaros, a besaros, a reencontraros, a perdonaros, a disfrutar y a sonreír antes de que ya sea tarde y no podáis hacerlo. No reneguéis de la Navidad por los que ya no están, al revés, vividla en su honor, porque ellos nos enseñaron a quererla y a disfrutarla, la compartían con nosotros y por eso los recordamos. Siempre habrá algún recuerdo que nos eche para atrás en ello, pero por cada recuerdo habrá siempre, siempre, siempre, un brillo de ojos, una ilusión, una esperanza, un presente y un futuro por el que merecerá la pena alzar nuestras copas y brindar.
Pictura et Verba os deseamos ¡¡FELIZ NAVIDAD!!


martes, 20 de diciembre de 2016

EL TODO Y LA NADA

Hans era holandés. Vivía sin hogar definido y de modo nómada. En uno de sus viajes conoció a Helena en el Camino de Santiago y se enamoraron locamente. Helena tenía de todo y Hans no tenía nada. Y surgió una vez más la maravilla de la vida: dejaron cada uno lo suyo para estar con el otro el resto de su vida. Así pues Hans no dejó nada y Helena dejó todo. Y Helena no le dio nada a Hans y Hans le dio todo a Helena. Paradójicamente fue así pues quien todo abandona nada tiene por dar y quien nada abandona tiene todo por dar. Ambos se complementaron perfectamente e hicieron de la nada un todo y del todo una nada que colmaba a los dos de satisfacción.
Dicen que como si se tratase del final de un cuento infantil vivieron felices y comieron perdices. Y hay quien asegura que los ha visto alguna vez en una humilde casita en el bosque donde los dos viven contentos y en armonía disfrutando del todo y de la nada a la vez, peregrinos de la vida y del amor, personas que nada exigen y todo agradecen, personas que todo entregan y nada reclaman, personas, Hans y Helana, como tú y como yo, capaces de todo y capaces de nada. Personas. Sólo eso. Personas que para otras son todo y para otras no son nada. Como tú y como yo: para unos todo y para otros nada. El todo y la nada forman parte de la vida. Como Hans y como Helena...


miércoles, 7 de diciembre de 2016

ESPANTAPÁJAROS

Oteo mis campos con la dulzura de la mirada de una madre sobre su cría. Tantas veces los he mirado que me sé de memoria cada siembra, cada labriego, cada semilla y cada riego. Disfruto cuando llega el tiempo de la cosecha y admiro las novedosas máquinas que ahora hacen el trabajo que antaño realizaban cuadrillas de hombres. Cómo pasa el tiempo. Ya no veo por estos lares hoces y horquillas, pañuelos anudados a la cabeza y botijos de fresca agua. Y yo sigo igual que siempre, vistiendo roídas vestimentas por el clima y con un sombrero ajado por los rayos del sol. Sigo sintiéndome útil todavía y cumplo fielmente mi cometido. He logrado ahuyentar a malas aves y ganarme la amistad de simpáticos gorriones que vienen ávidos de alimentarse con algún grano de trigo que se haya desprendido de su espiga. Para ellos es mucho y para el hortelano es poco. El fiel de la balanza es justo. Pienso que la esencia de la vida radica en el equilibrio. Yo me mantengo gracias al palo que me sustenta, gracias a mí se mantiene el cultivo sin que depredadores volátiles arrasen las siembras y gracias a las siembras vive el agricultor. Llevo años fascinado con el inmenso equilibrio que domina el mundo y considero que no siempre somos conscientes de ello. Y así paso el tiempo desde que el sol amanece a mis espaldas y se oculta a mis plantas día tras día, mes tras mes, año tras año, siempre en un equilibrado ritmo igual de simple y certero que un cerebro de paja que da más mente a un espantapájaros que a algunos de los humanos.


martes, 22 de noviembre de 2016

VOLARÉ

¿Cuántas veces hemos oído, planteado o enfrentado al dilema de ver el vaso medio lleno o medio vacío? Enfréntate sediento a un vaso de agua con líquido elemento hasta su término medio: ¿te alegras de que haya al menos medio vaso para calmar algo tu sed o te decepciona que falte medio vaso que podría calmar tu sed entera? No me valen los conformismos así es que ahórrate la respuesta de que algo es algo. Si se lucha es para ganar. O al menos esa debe ser la convicción ideal pues contra lo que depare el destino nadie conocemos a priori. En el amor es exactamente lo mismo. Sólo tú sabrás cómo enfrentarte al dilema. ¿Volará tu mente con tu corazón en busca del éxito o caerá tu mente arrastrando a tu corazón a la derrota? Qué fácil es opinar desde fuera cuando la víctima del interrogante no es uno mismo pero plantarle cara a la duda es complejo. Profundiza en ti mismo. Diluye cada una de estas palabras en tu interior y mira la imagen como si fuera el eterno dilema del vaso. Enfréntate a él. No juzgues desde fuera. Sé parte. ¿Estás empezando a volar o estás empezando a caer? Depende de tu ánimo. Habrá días que hablándole de tú a tú a este texto y a esta imagen estarás iniciando el vuelo y habrá días que enfrentándote a ellos estarás empezando a caer. Lo que cambia no es el vaso ni la medida de su contenido. Es tu ánimo. Eso sí, aunque hoy volarás y mañana caerás, nunca, nunca, nunca cohíbas a tu corazón. Él es libre de volar. ¡Vuela con él!


viernes, 18 de noviembre de 2016

¡A LO LOCO!

Es divertido ser consciente de un rato de inconsciencia y vestir extravagantes ropajes en un pasarela urbanita donde todos los ciudadanos caminan encorsetados en sobrias vestimentas de uniforme color. Me fascina sacar la lengua a la sociedad estrictamente guiada por una normativa arcaica. Pinto un mundo de colores donde mis coetáneos sólo ven en blanco y negro y hago el pino para ver las cosas al revés. Rompo las normas de la lógica y luego hago de un comecocos algo lógico. Hago inesperada la rutina y convierto en automatismos lo inesperado. Me gusta ser conocido en un mundo de extraños y ser forastero en casa propia. Me apasiona mostrar un exterior que describe inimaginable el interior. Cuando otros ríen yo lloro y cuando yo río a carcajadas otros lloran. Creo en mi propia libertad y pongo barreras a la locura cuando la misma se entromete en derechos ajenos. Me enamora vivir a lo loco en un mundo real y romper las leyes de la normalidad no escrita. Me atrae conversar sobre la primavera en el otoño y ser feliz soñando en el invierno con actividades de verano. Me gusta silbar en el silencio y callar en la algarabía. Sé que me tachan de loco, pero, ¿y si los locos fueran ellos? ¡Me gusta vivir a lo loco! ¡A lo loco me gusta vivir!


viernes, 11 de noviembre de 2016

EL RESTAURANTE DEL DESTINO


Pablo era aficionado a la cocina. Amaba los fogones pero su profesión de ejecutivo contable no le permitía mancharse las manos de harina tanto como quisiera. Cosas del destino. Y era un romántico. Un romántico empedernido y un soñador. Pasaba el día entre papeles, maletines y oficinas pero su mente soñaba con crear el más perfecto solomillo wellington y elaborar sabrosas salsas y vinagretas. Si pudiera cambiaría su modus vivendi y abandonaría el traje y corbata para vestir una chaquetilla. Y declararía su amor a Miriam, la lotera del puesto del mercado donde Pablo compraba las viandas para casa. Cosas del destino. Siempre que terminaba su jornada se acercaba al puesto de loterías y apuestas y jugaba un cupón de la ONCE o una primitiva. Miriam le deseaba suerte pues a fuerza de verse a diario ya se conocían y sabían los dos de los gustos del otro. Pablo sabía que a Miriam también le fascinaba la cocina y la hostelería y Miriam sabía que Pablo estaba enamorado de ella. Era evidente. A Pablo se le notaba. Pero a ella no. ¡Y también lo estaba de Pablo! Cosas del destino. Un día jugaron juntos una apuesta al euromillón y, cosas del destino también, les tocó. La fortuna y la suerte tienen lugar en esta vida aunque no siempre lo creamos. Cuando se enteraron ambos que tenían el boleto ganador estaban en el puesto de Miriam y supieron que podrían cumplir su sueño con el dinero que les había tocado. Dijeron exclamarlo a la vez contando hasta tres. La gente viendo sus caras de euforia y alegría al escuchar la noticia se iban arremolinando en torno a ellos. Pablo y Miriam contaron hasta tres conjuntamente y se escuchó una voz masculina y otra femenina exclamar a la par: ¡Montar un restaurante! ¡Besarte! Cosas del destino. Un corro de personas rompió a aplaudir en el Mercado pues todo el mundo esperaba tal desenlace menos los propios protagonistas. Ambos sonrieron y se fundieron en beso.Y así surgió el nombre del primer menú del Restaurante del Destino.



miércoles, 2 de noviembre de 2016

EN BUCLE

La mente es puñetera. Cuando algo se le mete dentro se pone machacona con ello. Basta que escuches una cancioncilla pegadiza y se repita en tu interior una y otra vez aunque tú quieras evitarlo. Si te enfadas con una persona la mente ocupa el ochenta por ciento de tus pensamientos en ella (está contrastado científicamente). Si un adolescente se enamora la mente centra el cien por cien en ocupar todos los pensamientos, ideas y deseos en el reflejo cerebral de su amor (igualmente contrastado). . La mente entra en bucle y se repite la misma idea una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez... Es indominable. Hoy pensaba en el antojo de una mujer embarazada. Su mente debe repetir una y otra vez el deseo de comer cierto alimento. Y pensaba si esa mujer embarazada y con antojo además estuviese enfadada con una persona y su mente repitiese una y otra vez a la vez el deseo de comer cierto alimento y repitiese una y otra vez el motivo de su enfado. Y pensaba si esa mujer embarazada, con antojo y enfadada también estuviese muy enamorada y su mente repitiese una y otra vez a la vez el deseo de comer cierto alimento, el motivo de su enfado y el nombre de su enamorado. Y pensaba si para colmo esa mujer embarazada, con antojo, enfadada y enamorada estuviese repitiendo en su mente una y otra vez y a la vez el deseo de comer cierto alimento, el motivo de su enfado, el nombre de su enamorado y la canción de moda. Y pensaba que el que entraba en bucle pensando era yo. Y dejaba de pensar. Pero mi mente seguía haciéndolo. Indominable. Lo que os decía. 


miércoles, 26 de octubre de 2016

DE CÓMO A DON QUIJOTE SE LE LLAMÓ DE LA MANCHA

-¡Non fuyades, viles criaturas! ¡Cabalga, Rocinante! Defendamos esta afrenta a golpe de lanza y espada. -¿Pero qué dice, mi señor? ¿No tuvo bastante en Criptana? No eran gigantes sino molinos y aquestos hombres no son enemigos sino manchegos de pura alma. ¿No ve sus tierras labradas? ¿No ve sus cosechas de vino a la vera del Guadiana? Mire a sus mujeres, lozanas y campechanas, igual que su Dulcinea, robustas y bien amadas, labriegas en las labores, amas de casa y posadas. Escúcheme, Don Quijote, convenzamos a Cervantes, que no hay mejor tierra en Castilla que los campos de la Mancha, no hay paleta de colores que igualar a sus cielos pueda con el alba en la primavera y las vistas de Ruidera. ¡Mire, señor, sus ventas! Deguste sus quesos y pruebe sus gachas. Coma en corro las migas rodeado de jóvenes e infantes que van pasando de boca en boca el chorro de vino al gaznate. Que en esta tierra no hay afrentas, hay convites y hay tiznados, hay sartenes de gazpachos, hay llanura hasta Albacete, hay berenjenas de Almagro y hay olivares de aceite. Si su amada es del Toboso no eligió mejor lugar, haga amigos lugareños, gentes de buen yantar, verá mi señor que de aquesta manera así su amor podrá ganar. ¿Qué más quiere de la Mancha si la Mancha todo da? Da sus gentes, sus cosechas, sus productos del lugar, da sus fiestas, romerías y parajes sin igual. -No sigas, Sancho, amigo mío, mi error he aprendido ya. Esta será mi patria y de ahora en adelante la Mancha será mi hogar.


martes, 18 de octubre de 2016

EL ALBERGUERO DEL CIELO

Leo era un hombre bueno de la zona del Bierzo. Trabajador y humilde vivía en un gran caserón cercano al río, en plena calle del Agua, por donde pasan los peregrinos del Camino de Santiago. Tenía tres nietas pequeñas que correteaban y jugaban por las escaleras de la hacienda sin imaginarse que algún día darían cobijo al caminante. Cuando Leo siguió las flechas amarillas que conducen a las personas al camino de la Vía Láctea, el gran caserón quedó olvidado y sólo era recorrido por el tiempo. No quedaba infancia en él, ni risas, ni juegos. En esta caprichosa vida que premia al malo y condena al bueno, una de sus nietas marchó junto a él y la casa quedó muda. Lágrimas en la tierra y pesadez en las mochilas. Y hete aquí que el destino jugó de nuevo. No sé cómo, ni dónde, ni a quién se le ocurrió la idea pero sé que desde el cielo Leo y su nieta movieron los hilos. El Camino es así, la vida es así. Y seguir siempre hay que seguir. El gran caserón fue reconstruido, reformado y habitado de nuevo. Se ha convertido en un Albergue de Peregrinos atendido por las nietas de Leo, las que portan con maestría su nombres celestiales que son Ángela y María. Han vuelto al caserón las palabras, las vivencias, los corazones y las sonrisas. Refugio para los peregrinos, vínculo para las hermanas, memoria para los que se han ido y en el cielo un alberguero. Y ésta es su historia, la de Leo y la de su albergue, la de sus nietas, la de la vida y la de la magia en el Camino.

jueves, 6 de octubre de 2016

ALQUIMIA

Nunca he sido científico ni he dominado las fórmulas. Jamás aprendí Física y Química por más que escuché a Sabina. En ningún momento he llenado una probeta a mi antojo. En absoluto regento laboratorios. Tampoco visto bata blanca ni utilizo microscopios. Y sin embargo he descubierto que mezclando la amistad con el mismo gusto y la afición, se obtiene la ecuación resuelta de la diversión. Y también he descubierto que escuchando con atención se oyen las palabras de las miradas y del corazón. Y ya os digo que jamás he sido científico pero sabed que no miento al contaros este descubrimiento. Lo he logrado, simplemente, viviendo y hablando con las personas de tú a tú, mezclando la actitud con la aptitud. Así obtuve la combinación perfecta de trato, personalidad y lugar para que la sonrisa fuese el resultado en el laboratorio de la convivencia. Serendipias de la vida, llamémoslo así, que no atienden a fórmulas ni a alquimias pero te hacen ser feliz. 


miércoles, 28 de septiembre de 2016

ABUELA CARMEN

Desde bien niño me enredaba en tu falda y te pedía los caprichos que en mi casa no me daban o te mandaba a los recados que a mí mismo me daba vergüenza hacer. No sabía ni decir abuela y lo más parecido que atinaba a decir con lengüecilla de medio trapo era Lela.  -Lela, cómprame una careta de pirata. -¡Pero si estamos en Agosto! -Es que mamá no quiere... Y el niño lucía orgulloso su careta por la calle mientras su inocente cara se escondía sudorosa bajo aquella máscara de plástico que su abuela le había comprado buscando de tienda en tienda en pleno verano. -Lela, ¿me traes unas tablas de la carpintería para hacerme una ballesta? -Anda, ¿por qué no vas tú a por ellas? -Es que me da vergüenza... Y el niño se fabricaba un juguete casero con las tablas que su abuela le traía. -Lela quiero un helado. -¡Este niño! Si estamos en Febrero... -Ya, pero yo lo quiero... Y el niño se comía tan feliz el helado que su abuela le compraba. Y así pasaron los años y el niño creció. Y no fui ni el nieto mayor, ni el nieto menor. Fui simplemente el nieto. El que de todos ellos siempre estuvo con la Lela. El que creció a su lado viendo las Fiestas de la Pandorga, el Mercadillo de la Plaza de Toros y la Feria en el Parque de Gasset. Quien siguió creciendo a su vera y le hacía las chapuzas de casa, le ponía en hora el reloj y le hacía gachas para comer. Quien a su Lela la montaba en el coche y la llevaba al campo o le instalaba un teléfono en casa aunque para ello rompiera media pared. Era su nieto y ella mi abuela. Mi Lela. Mi abuela Carmen.


martes, 20 de septiembre de 2016

CONSERVA

Cuando se aúnan ante una sartén y unas trébedes una familia mientras los tomates y pimientos borbotean friéndose a fuego lento, cuando el aroma de la huerta a punto de embotarse impregna la lumbre y entremedias los niños juegan cerca de los tizones bajo la atenta mirada de los mayores, cuando el verano comienza su ocaso e inicia los últimos días de cara a un incipiente veranillo de San Miguel que dará paso al otoño dejando en el aire vaharadas de productos hortelanos, cuando todos los presentes obran y colaboran ayudándose en la consecución de la misma tarea para repartir el fin común que saldrá recién hecho del fuego, cuando la tradición y la costumbre hacen ley y ésta se consume abriendo frascos durante el crudo frío recordando aquel rato de calor y buena cocina frente a las llamas, cuando los nietos apuran los últimos botes que se hallan en la alacena de los abuelos llenos con cosechas del año anterior y se pelean por la última sopa de pan, cuando en la sobremesa de una comida de primavera recién apurado el bacalao con tomate se habla entre hermanas de que este año se repetirá el ritual... Tantos momentos servirían para describirte, conserva, que no sé con cuál quedarme. Por eso sólo te pido que nunca faltes y sigas apretando los lazos que unen a las familias de mi tierra a través de estas tradiciones.



jueves, 8 de septiembre de 2016

MELANCOLÍA MUSICAL




Fernando tenía un walkman que le habían regalado en Navidad. Tenía quince años e iba a 3º de la E.S.O. Pasaba los ratos libres escuchando sus canciones favoritas en una cinta de cassette que él mismo había grabado y decorado. Eran para él canciones que le recordaban a la chica que le gustaba del colegio y la cinta estaba plagada de sentimientos y te quieros que Fernando expresaba a viva voz cantando sus temas favoritos cuando salía de clase y volvía a casa con los cascos puestos o cuando estaba en la ducha un viernes antes de salir con los amigos. Aquella cinta era su tesoro.
Pasó el tiempo y Fernando se hizo mayor. Ya tenía treinta y cinco años y hacía veinte desde que le regalaron aquel walkman que tanto disfrutó exprimiendo sus canciones predilectas. Subido a una escalera cogiendo el abeto de Navidad del altillo de un armario, encontró una caja llena de recuerdos que se llevó a su casa cuando se casó y formó un hogar. Sopló el polvo que la cubría y la abrió. Dentro de ella estaba aquella cinta de su primera juventud. Todavía se sabía las letras de las canciones de memoria y el orden en que estaban grabadas. Su mente se trasladó a aquellos años y comenzó a cantar "Historias de amor" de OBK. Acto seguido entonó "Mi soledad y yo" de Alejandro Sanz. Por un instante la melancolía embargó su alma haciéndole vibrar de recuerdos. Fue un rato precioso en el que Fernando se encontró consigo mismo. Sonrió, montó el abeto rememorando aquellas canciones y colocó bajo el árbol los regalos de esa Navidad. En uno de los paquetes podía leerse "Para Fernando". Contenía su cinta, sus recuerdos, sus canciones. Un precioso regalo que el azar le hubo hecho en su momento y que hoy volvía a regalarle por sorpresa. Aquella Nochebuena sonaron en el radiocassette de la casa aquellas canciones. Fernando estaba radiante, dio gracias a la vida y besó a su mujer como soñaba cuando tenía quince años hacerlo con aquella chica del colegio. Sonaba de fondo "La cosa más bella" de Eros Ramazzoti.


viernes, 29 de julio de 2016

EL MAESTRO

Aquel profesor era muy querido por sus alumnos. Les enseñó los verdaderos valores y conocimientos necesarios para vivir del mejor modo posible a la vez que les impartía las clases enseñando el abecedario, a leer y a escribir, a restar y a sumar, ciencias sociales, naturales, plástica y a hacer gimnasia. Era un profesor todoterreno de los que ya no quedan. Trataba a todos los niños con cariño, les daba caramelos y alguna vez se llevó la guitarra a clase y cantó con ellos canciones de campamentos. Los chicos lo querían mucho y lo llamaban Maestro. Siempre obró igual con todas las generaciones de estudiantes que pasaron por su aula y decía que les regalaba su legado: sabiduría y vida.
Cuando los alumnos crecieron y cada uno emprendió su camino, se dieron cuenta del real valor de aquellas enseñanzas y las pusieron en práctica. No todas las lecciones de la vida son de conocimientos o aprendizajes. Tuvieron hijos y les inculcaron aquellos valores. Y aquellos hijos a los suyos. Y así se repetiría una y otra vez por más generaciones que a las que el Maestro enseñó. Los años siguieron pasando pero las lecciones se mantuvieron igual pues eran doctrinas universales que no venían explicadas en los libros. Y cuentan que a día de hoy un viejo profesor, hijo y nieto de profesores a su vez, que camina por las calles de la ciudad apoyado en un bastón, cuando ve un grupo de niños que tras jugar juntos al fútbol hablan de los deberes de la escuela, mira al cielo y musita: maestro, tu legado sigue en pie, sabiduría y vida.


viernes, 17 de junio de 2016

RETAZOS DE VERANO

Hoy estaba cuadrando mi agenda para las vacaciones de verano. Como siempre Agosto está marcado en rojo en la primera quincena. Desde que tengo uso de razón ha sido en esas fechas cuando he visto el mar: de pequeño de la mano de mis padres, de adolescente con el grupo de amigos, de joven con el primer amor y de adulto tan sólo pido poder seguir viéndolo año tras año, poder seguir jugueteando con las olas mientras evoco recuerdos, poder bañarme en él junto a mi mujer e hijos y poder despedir un día a mis hijos cuando vayan  por primera vez con mis nietos a su reencuentro. Hoy punteando los días del octavo mes del calendario me han venido recuerdos de muchos años y edades y, no sé por qué, junto a ellos brotaban de mi mente aquellas canciones que sonaban en las terrazas, pubs, discotecas, chiringuitos, etc, conforme iba avanzando la vida, mi vida, por aquellas playas del Mediterráneo. Eva María, Quince años tiene mi amor, No hagas el indio haz el Cherokee, Corazón partío, Salomé, Mambo Nº 5, El camaleón (versión King África), La raja de tu falda, etc, etc. Cuántas músicas distintas han ido arañando mis momentos de verano. Son retazos. Retazos de pasado y de futuro que me dejan un enigmático rostro entre la sonrisa y el llanto, entre lo anciano y lo nuevo, entre lo pasado y lo futuro. A quien le cuente que cuadrando la agenda me ha venido todo ello a la mente no me tachará de loco ni de soñador, es más, creo que me dirá que no solamente lo cree sino que alguna vez también le ha pasado. Todos tenemos retazos, especialmente retazos de verano: pueblo, playa, familia, amigos y recuerdos. ¿No es precioso que se avecinen unas nuevas vacaciones?


martes, 7 de junio de 2016

FAMILIA

Cuando cae el frío y se engalana la ciudad con luces de colores, adornos en los escaparates y se ven polvorones y turrones por cualquier rincón, siempre forjamos los mismos pensamientos todos, ya seamos abuelos, padres, hijos, hermanos, nietos, tíos, sobrinos o primos. En los mayores: recuerdos de los que no están y esperanza de los que deben llegar. En los pequeños: ilusiones, alegría y felicidad. A cualquier edad: juntarnos los máximos que podamos, reencuentros, besos, abrazos y ratos entrañables al calor del hogar común. Podríamos definir con ello, entre unos y otros, lo que es la Navidad, sin embargo deberíamos aprovechar esas fechas en las que todos coincidimos aproximadamente en pensamientos para valorar un concepto mucho mayor y que olvidamos con excesiva frecuencia por las más absurdas riñas o disputas. Y deberíamos disfrutarlo a diario. Familia. Hay que obrar como familia, pues serlo lo somos queramos o no. Cuando todos los miembros de una casa que comparten apellidos y sangre se juntan en un cumpleaños, en una visita sorpresa, al amparo de un abuelo, recibiendo a un nuevo primo o casando a una hermana, todos compartiendo un mismo pan y bebiendo un mismo vino, no hace falta que sea una fiesta que nos indique el calendario, si no que somos nosotros quienes marcamos la fiesta en el almanaque. Y eso podemos vivirlo día a día. No hace falta un momento especial para echar de menos al que ya no está, no es necesario una junta anual para brindar por un reencuentro, de nada sirve una ilusión atada a una fecha concreta. Hay que olvidar enfrentamientos: un padre es un padre siempre, una madre lo es de por vida, un hermano lleva tu sangre quieras o no. El día a día es mucho más sólido viviéndolo los que de verdad somos. Con los nuestros. Siendo y obrando como una familia. Cuando uno ríe, todos ríen. Cuando uno llora, todos lloran. Sea la fecha que sea. Todos remando en el mismo barco. Todos posados en la misma rama. Familia. Todos los días del año y todos los días de la semana: Familia.


miércoles, 25 de mayo de 2016

RECUERDOS REALES


En 1255 decidí renombrar el municipio del Pozo Seco de Don Gil fundando Villa Real. Con los años llegaría a asentarme entre los colores blanco y añil de sus fachadas y en el ocre de sus campos. Historia de la historia de la villa. Me sentí involucrado con aquellas personas que dotarían escuelas con mi nombre queriéndome y recordándome. Cuando Juan II concedió a la villa la categoría de ciudad yo me alegraba de ver cómo se engrandaba la leyenda de mi querida muy noble y muy leal Ciudad Real, capricho manchego en la Orden de Calatrava. Tiempo después me otorgaron una butaca de lujo en el centro de la ciudad y presidí la empedrada Plaza Mayor desde un humilde parterre que era el corazón de los ciudadrrealeños. Contemplé la evolución y en los soportales de la Plaza dejaron de pasar los carros y carretas para dar paso a los automóviles y motocicletas. Durante unos pocos años estuve al amparo de la Puerta de Toledo. Qué recuerdos de aquellos tiempos en los que vigilaba la entrada y salida de la villa. De nuevo volví a la Plaza Mayor para quedarme definitivamente presidiendo mi ciudad. He visto celebraciones, festejos, ofrendas y sonreír a sus gentes. Hoy veo a un grupo de personas que contemplan el novedoso carrillón y me gustaría contarles la historia de la tierra que pisan. Retendré la imagen como una postal envejecida en los recuerdos añejos de mi mente. Siete siglos y medio después la ciudad sigue viva. Parece ayer cuando firmé la Carta Puebla. Yo, Rey Don Alfonso.

lunes, 9 de mayo de 2016

PURA AMISTAD

Michael y Charlie eran uña y carne. Se llevaban unos meses de edad y por eso no eran de la misma quinta, pero como si lo fueran. Uno era de Junio del ochenta y el otro de Marzo del ochenta y uno y podría decirse que para el Mundial de Naranjito ambos ya eran amigos en torno a un balón. Era una de esas amistades que por lo civil o por lo criminal saldrían hacia adelante. Estaba escrito. Vivían en la misma ciudad y crecieron juntos. Aún recuerdo una vez que jugaron un partido de fútbol con los chicos del barrio y perdieron de paliza. Todos los de su equipo se marcharon entristecidos pero ellos dos, más allá del resultado, marcharon sonrientes y abrazados por el buen rato pasado juntos. Cuando a uno lo dejó su primera novia con el alma rota allí estaba su amigo. Cuando al otro la vida le jugaba malas pasadas allí estaba su amigo. Siempre juntos aunque hubiera distancia. Podían transcurrir plazos de equis tiempo sin saber el uno del otro, pero ambos sabían que con un silbidito tipo Pepito Grillo allí estarían. Michael y Charlie eran el ejemplo de la amistad. Eran la lección pública de que un amigo de verdad siempre lo es pase lo que pase. Y es que los amigos son los hermanos que uno no tiene y la vida les regala. Y ya sabe que el amor entre hermanos es infranqueable. Así eran Michael y Charlie, infranqueables en su amistad. ¿He dicho eran? Eran y son. La pura amistad no termina.



martes, 19 de abril de 2016

TODA UNA VIDA

Ahora que llego al ocaso de mi existencia me doy cuenta de lo que ha sido toda una vida contigo. Nos conocimos de jóvenes cuando rondábamos la veintena y media de años y desde entonces no nos hemos separado. Juntos hemos hecho algo más que formar una familia. Hemos envejecido haciendo gala de lo que es el verdadero amor. Los dos caminando año tras año en el mismo sendero, superando de la mano los obstáculos que la vida te pone y apoyándonos el uno en el otro cuando la cuesta arriba era dura. También nos hemos perdonado las veces que haya hecho falta pues los dos sabíamos que era la mejor forma de seguir unidos avanzando en nuestra vida. Hemos criado y educado a nuestros hijos, hemos disfrutado de ellos y hemos conocido a nuestros nietos. Hemos pasado momentos muy felices y otros no tanto. Toda una vida contigo. Hemos reído y llorado juntos. Hemos viajado, nos hemos perdido y nos hemos encontrado. Y ahora que el tic tac de nuestro reloj avanza hacia la hora de no retorno nos encontramos juntos de la mano, sentados en un rompeolas mirando un cielo estrellado donde cada brillo es un recuerdo de toda una vida. La vez primera que estuvimos así cada estrella era una esperanza y un sueño por lograr. Sonreíamos con rostros impolutos y ganas de luchar. Los deberes por hacer. Hoy que volvemos la vista atrás sonreímos entre arrugas y con ganas de descansar. Los deberes hechos. Hemos llegado a la meta y hemos cumplido y ganado nuestra carrera de fondo por equipos. Y de qué manera. Toda una vida contigo. Antes de marchar sólo quiero repetirte la palabra que tantas veces nos ha llevado al éxito: Juntos. Fin.


martes, 5 de abril de 2016

TÚ Y YO. YO Y TÚ.

Desde el día en que al mundo llegamos y nos ciega el brillo del sol ya estamos destinados tú y yo. Desde el momento en que nuestro corazón comenzó a latir y tuvimos conciencia para sentir ya estábamos destinados yo y tú. Y por más trabas, obstáculos y barreras que haya entre nosotros, nuestros caminos están abocados a fundirse en uno sólo, en uno mismo, en una senda común, donde tus pisadas y las mías se entremezclen dejando un maremágnum de huellas que se unifiquen en un mismo pisar. Y pasaremos a la historia haciendo historia. Como tantas otras parejas que sin saberlo ya tenían su futuro escrito en un paseo de dos por la vida.
Tú Eva, Yo Adán.
Yo Simba, Tú Nalha.
Tú Julieta, Yo Romeo.
Yo Fernando, Tú Isabel.
Tú María, Yo José.
Siempre Tú y yo.
Yo y tú.
Y nada más.


lunes, 22 de febrero de 2016

FOTOS DE AYER

Hoy estaba viendo fotos de antaño. Para mí, nacido a principios de los años ochenta, ha sido un agradable rato rememorar las modas y aspectos de la gente en las fotografías de aquellos años sesenta. A decir verdad un agradable, pensativo y filosófico rato. Mientras clavaba mis ojos en aquellas floreadas camisas que desprendían amor y paz en un incipiente movimiento que desembocaría un tiempo después en un hálito de destape y marihuana, pensaba que en los tiempos que corren nadie vestiría esas prendas, pero sin embargo el último movimiento de moda es ser moderno vistiendo ropa antigua. Rizando más el rizo podría decirse que seguramente quien vista como mandan los tiempos es un anticuado y quien vista como mandan las modas es un adecuado. Entonces, ¿quién rige la moda de la sociedad en cada época? En tono semi irónico, ahora resulta que si visto prendas de hace varias décadas soy un moderno, pero si visto las prendas de mi época no voy a la moda. Entonces, ¿cuál es la moda de mi época? ¿La de años atrás? Con tal criterio ahora no soy un anticuado, soy un futurista, pues visto ropas que se vestirán dentro de varios años, ¿o no? ¡Qué cosas! Con las modas de antaño vivimos el presente hoy. No sé lo que pensarán los que dentro de unas épocas, un día cualquiera, vean fotos de antaño, ¿o debería decir de hoy?


martes, 2 de febrero de 2016

FIDELIDAD

Sultán era mi mascota favorita. Siempre me recibía en casa con alegres ladridos y dispuesto a jugar con la pelota. Me seguía a donde fuese y esperaba pacientemente cuando no podía prestarle la atención que requería. Si me encontraba enfermo no se separaba de mí y me miraba transmitiéndome ánimo con sus ojos marrones. Jamás se puso agresivo y siempre saboreaba felizmente cada alimento que pusiese en su cuenco. No me exigía que le diera de comer o lo sacase a pasear, por el contrario agradecía día a día que lo hiciera. Sultán era amigo de mis amigos y se dejaba acariciar por todos. Infinidad de veces pensé que ese animal me entendía mejor que muchas personas y me regalaba una nobleza y un amistad que en ocasiones echas de menos en la vida real. Correteaba felizmente cuando íbamos al campo y se dejaba luego limpiar para no ensuciar el coche ni la casa. Jamás discutió una decisión mía y siempre permaneció a mi lado. Nos entendíamos a la perfección. Eramos complementarios y siempre nos respetamos y contamos el uno con el otro. No le exigía comportamiento alguno, ni él se entrega sumiso. Por todo ello, cuando Sultán marchó para siempre al cielo de los perros me dejó en la memoria tres legados: un enorme vacío, unos preciosos recuerdos y la definición de fidelidad.


lunes, 11 de enero de 2016

COMPLICIDAD

El hombre y la mujer tienen boca para entenderse. El arma era la voz leí alguna vez. A través de las palabras se establece la comunicación y se intercambian las ideas y opiniones. Sin embargo hay una comunicación no verbal que demuestra mucho más: la complicidad. El perfecto entendimiento de dos personas sin emitir un sonido y tan sólo como mirarse. Ese momento mágico en que dos retinas distintas se funden en una misma idea arraigando en la cabeza de ambas y surgiendo un pensamiento común. Ese momento álgido en la forma más ancestral de transmitir sentimientos que surge cuando una madre ve por primera vez a su retoño y flota en el aire el más profundo "te amo" jamás habido, dimanante de una cálida mirada que, sin decir nada, todo lo dice. Ese cruce de miradas entre dos jugadores de naipes que son pareja y controlan el destino de la partida sin abrir la boca sometiendo a los rivales a su voluntad. Con la complicidad se intuye un triunfo común, una victoria planeada sin mediar palabras, un mismo destino en unión con quien está atado a ti por invisibles lazos que se aprietan con el iris de los ojos. La complicidad es el entendimiento en su plena esencia habido entre personas que no hace falta que ni se conozcan. Una mirada cómplice lo expresa todo. Y quien no comprenda una mirada jamás entenderá una larga explicación.