viernes, 17 de junio de 2016

RETAZOS DE VERANO

Hoy estaba cuadrando mi agenda para las vacaciones de verano. Como siempre Agosto está marcado en rojo en la primera quincena. Desde que tengo uso de razón ha sido en esas fechas cuando he visto el mar: de pequeño de la mano de mis padres, de adolescente con el grupo de amigos, de joven con el primer amor y de adulto tan sólo pido poder seguir viéndolo año tras año, poder seguir jugueteando con las olas mientras evoco recuerdos, poder bañarme en él junto a mi mujer e hijos y poder despedir un día a mis hijos cuando vayan  por primera vez con mis nietos a su reencuentro. Hoy punteando los días del octavo mes del calendario me han venido recuerdos de muchos años y edades y, no sé por qué, junto a ellos brotaban de mi mente aquellas canciones que sonaban en las terrazas, pubs, discotecas, chiringuitos, etc, conforme iba avanzando la vida, mi vida, por aquellas playas del Mediterráneo. Eva María, Quince años tiene mi amor, No hagas el indio haz el Cherokee, Corazón partío, Salomé, Mambo Nº 5, El camaleón (versión King África), La raja de tu falda, etc, etc. Cuántas músicas distintas han ido arañando mis momentos de verano. Son retazos. Retazos de pasado y de futuro que me dejan un enigmático rostro entre la sonrisa y el llanto, entre lo anciano y lo nuevo, entre lo pasado y lo futuro. A quien le cuente que cuadrando la agenda me ha venido todo ello a la mente no me tachará de loco ni de soñador, es más, creo que me dirá que no solamente lo cree sino que alguna vez también le ha pasado. Todos tenemos retazos, especialmente retazos de verano: pueblo, playa, familia, amigos y recuerdos. ¿No es precioso que se avecinen unas nuevas vacaciones?


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