viernes, 31 de octubre de 2014

LA LLAMADA

Contradicciones de la vida, capricho del destino o, como Don Álvaro atinase a llamarlo, la fuerza del sino. Mario trabajaba en un locutorio telefónico y estaba rodeado constantemente de sonidos de llamadas entrantes en las que se transmitían miles de sentimientos, confesiones, secretos e ilusiones entre los interlocutores. Estaba acostumbradísimo a leer los rasgos faciales de sus clientes y las expresiones de sus caras y, sin embargo, su tez denotaba una impasibilidad total generada por una espera que se tornaba cada vez más angustiosa al oír sonar todos los teléfonos menos el suyo.
El polvo se acumulaba ya sobre el auricular del viejo teléfono fijo de rueda y sus ojos comenzaban a fraguar lágrimas de impotencia acumulada. Pero sonaría. A todos les sonaba el teléfono. ¿Por qué a él no? Los clientes del locutorio recibían su llamada pero no siempre en el teléfono que esperaban, cosa de la que Mario no había percatado. Estaba tan convencido de que tenía que sonar uno en concreto que no atendía al resto de teléfonos que sonaban, dando por hecho que esa no era la llamada que aguardaba. Demasiada convicción era un reto para el destino. De repente un cliente recabó su atención haciéndole gestos con un brazo mientras con el otro sujetaba un teléfono descolgado en la mano: "¡Mario! Es para ti..."

miércoles, 29 de octubre de 2014

EL PUZZLE DE LA VIDA


Acababan de llegar al Hotel Grand Hyatt situado en pleno midtown de Manhattan en Nueva York. Los dos hermanos venían paseando desde Public Library y se detuvieron unos instantes frente a Grand Central Terminal antes de cruzar al hotel. Era impresionante ver como toda la diversidad posible encajaba perfectamente en ese paisaje urbano. Un grupo de típicos americanos ataviados con indumentaria deportiva de diferentes equipos de béisbol y baloncesto cantaba un blues a capella en la puerta de la Estación. Cinco rabinos judíos con circulares y transparentes gafas salían de la boca del metro hablando de sus negocios, indiferentes ante la curiosa mirada de una excursión de turistas japoneses que se asombraban y los señalaban al ver sus tirabuzones y barbas y sus kippas sobre la cabeza. Unas mujeres hindúes que se cruzaron ponían la nota de color entre los rabinos: sus vestiduras eran una curiosa mezcla de colores que parecía haber sido sacada de "Las mil y una noches" y se entremezclaba con armonía entre las levitas negras de los judíos. Sobre unos roídos cartones un vagabundo devoraba unas cuantas patatas fritas que se le habían caído a alguien a la salida del Mc Donalds de turno, entre tanto impasible lo contemplaba un ejecutivo ataviado de Armani desembalando su recién adquirido smartphone de última generación. Todo tipo de vehículos cruzaban frenéticamente de un lado a otro por las calles y avenidas. Innumerables, luces, reflejos, sonidos y ruidos culminaban la escena. Era fascinante ver como todo ello formaba un homogéneo conjunto.
Los dos hermanos admiraban fascinados ese enorme puzzle encajado entre rascacielos en el que cada cultura, cada religión, cada tribu, cada pueblo, cada persona en esencia, era una pieza suelta que jamás se imaginarían que encajase con el resto formando una obra en conjunto, pero que sin ella el conjunto no sería tal. Mientras pensaban eso a la par, ellos mismos eran únicamente dos piezas más del puzzle de la vida. Era un marco incomparable en un ecosistema humano imparable. Una ciudad frenética, sí, pero gobernada por la conjunción. Y es que cuando reina la conjunción armónica en el mundo todas las piezas se hacen necesarias y encajan en el puzzle de la vida. La Gran Manzana les dio ejemplo de ello.

martes, 28 de octubre de 2014

LA CENA DE LOS AMANTES


Dos enamorados sentados el uno frente al otro en un romántico restaurante comentaron las tres dudas existenciales innatas del hombre: "¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? y ¿A dónde vamos?". El resto de comensales prestaba atención a la conversación pues, ante ese inicio, los vieron capaces de resolver toda duda humana. Siendo ellos mismos puros interrogantes no les costaba entablar conversación sobre preguntas. Eran una pareja que, vista desde fuera, parecería saberlo todo el uno del otro a simple vista, pero realmente ellos sabían que apenas sabían nada material y exterior el uno del otro, salvo que se amaban sin condición. Eso sí lo tenían claro y no hacía falta preguntarlo. Era una respuesta carente de pregunta previa. Ante las atentas escuchas de las personas que en el mismo comedor se hallaban, se cuestionaron por el bagaje cultural, por el origen de sus familias, por sus aspiraciones laborales, por sus bienes y patrimonios, por su modo de vivir de la vida y por mil cuestiones más a las que ambos supieron contestar. Más de uno de entre los presentes se sintió identificado en alguna pregunta o respuesta.
Cuando la llama de la vela que iluminaba la velada se apagó todos habían saciado sus preguntas, tanto los amantes como los espectadores de la escena.  Sólo hubo un interrogante que no supo nadie contestar a lo largo de toda la cena. Pero no importó. Se fue deshilando sólo. En el aire se diluyó un "¿por qué?". No hacía falta preguntarlo. El amor todo lo puede y no tiene pregunta. Es una respuesta.

viernes, 24 de octubre de 2014

ESFUERZO

Hay veces en las que la vida te pone a prueba y por grande que sea la recompensa de tu sacrificio no hay nada ni nadie que pueda ayudarte en la motivación para llegar. Podría incluso decirse que la meta desea tu llegada casi más que tu mismo, pero no depende de ella que cruzas la línea de la victoria o no. Depende sólo de ti y tú te ves débil ante esa aventura. Tantas veces lo has intentado ya que crees que ese podio no es para ti. Te cansas de luchar viendo que no lo logras. Quisieras arrojar la toalla pero ni siquiera tienes toalla que arrojar. Tan sólo existe una cuerda a la que agarrarse. En ocasiones está compuesta por hebras de esperanza, otras veces por una trenza formada por la constancia, la perseverancia y la paciencia y, en algunos momentos, se compone de un material muy extraño que algunos llaman fe. Y, ojo, esa cuerda es sólo para ti. Igual que la traba. En todo caso estás sólo frente al reto. La huida es hacia delante y nunca se habló de los cobardes. Depende de ti únicamente conseguir tu cometido. Mentalízate. ¿Notas tu fuerza interior? Nunca te abandonó aunque así lo creíste. Siempre está ahí esperando que la uses cuando sepas cómo. Ahora es el momento. Aférrate a tu cuerda y trepa fuerte con tus dos manos llamadas pundonor y orgullo. La medalla de oro te aguarda y te observa. Sonríe convencido de tu triunfo. ¡Lo lograrás! ¡Ánimo! Bienvenido al esfuerzo.

martes, 21 de octubre de 2014

CAOS ORGANIZADO

Desde el balcón de su apartamento contemplaba ensimismado la diversidad de edificios que componían la ciudad. Cualquiera que los viera bajo el prisma no siempre objetivo de la sana crítica afirmaría que estaban distribuidos sin ton ni son y no se detendría a buscar el sentido de los mismos. En efecto eran muy variopintos entre ellos. Y más variopintas aún eran las personas que los habitaban. Y más todavía sus costumbres y formas de vida. Parecía un gigantesco sinsentido armonizado pues era impresionante ver cómo entre tal marabunta de hormigón y hierro se imponía un orden que lograba la convivencia social de modo tal que cualquier persona era tan necesaria para las demás como cualquier edificio era tan necesario para sustentar al del al lado. Mientras divagaba sobre el sky-line que tenía ante sus ojos, pensaba que la copa que sujetaba en la mano no existiría si previamente no hubiera un cristalero que la hubiera elaborado, ni un destilador que hubiera dado lugar al whisky de reserva que ahora saboreaba, ni un fabricante de hielo que hubiese creado los cubitos para refrescar su elixir, ni tan siquiera, él podría estar disfrutándola en esos instantes si no hubiera cumplido su trabajo previamente.
Y todo ello estaba coexistiendo a la par. Era fascinante la vida que esos edificios escondían. Todo encajaba. Amó su ciudad y su vida. Mirando al cielo vio reflejado su sentimiento y pensó que algo debía haber que impusiera ese orden que convertía en tan fantástica y mágica la aventura de vivir, amar y soñar entre personas, formando parte de ese perfecto caos organizado.

viernes, 17 de octubre de 2014

CULTIVANDO EL AMOR


Él tenía una preocupación pero la misma garantizaba su satisfacción. Mientras se afanaba en cultivar el amor sus pensamientos fluían. No entendía por qué tantos desdenes entre las parejas. Él no es que fuera un seductor innato o un mujeriego descarriado pero tenía un don, una virtud o, quizás, ambas cosas a la vez. Y en su fuero interno lo sabía. Por eso estaba seguro de que le iría bien en ese terreno y estaba feliz consigo mismo.  Como buen hortelano del corazón sabía que previamente tenía que labrar la tierra, sembrar la semilla del amor y cuando ésta brotase recoger sus frutos. Era el jardinero sentimental que sabía lo que tenía que aplicar a su planta. Pero tenía una preocupación aunque la misma garantizaba su satisfacción.
Pasaba los días ignorando los jardines de los demás ya que cada uno tiene la obligación de preparar su cosecha. Él tenía una única semilla y a base de buena técnica ya estaba bien arraigada. Podía haberse despreocupado pues tenía el éxito asegurado, más la planta del amor necesita buen abono de futuro, una generosa poda de olvido, algún injerto del presente y un riego diario que la mantenga viva. Sólo así no culminará nunca de dar frutos. Y él tenía una preocupación que garantizaba su satisfacción: tener el agua siempre a mano para regar su maceta de amor.

martes, 14 de octubre de 2014

AMOR A LOS CUATRO VIENTOS

Era un joven grumete hijo y nieto de marineros. Pero la veleta de su corazón no giraba y llevaba años inmóvil marcando un perdido noreste. Ello presagiaba que su mente no es que hubiera perdido el norte íntegramente pero tampoco estaba en el rumbo acertado que marcaba la brújula de sus sentimientos. Su alma de marinero del amor luchaba contra viento y marea para librarse del ancla de un pasado que se aferraba duramente al fondo de sus recuerdos y le roía amargamente los pensamientos. Aferrado al palo mayor no tenía fuerza para usar su megáfono gritando haber visto tierra de nuevo.
Cuando la conoció a ella las mariposas del estómago ni siquiera eran larvas que tuvieran la metamorfosis en el horizonte de su vida, pero ese mismo día una leve brisa infló su vela mayor y la fragata comenzó a navegar avistando tierra a lo lejos. La humedad de los océanos que surcaba en ese inesperado presente hizo chirriar las puntas de la veleta que poco a poco fue rotando hasta señalar el norte de su destino. El revoloteo de las mariposas en el estómago, ya patente, era signo inequívoco de que saliendo de la ciénaga del pasado surcaba por amores nuevos. Fue entonces cuando pensando en ella levó el ancla de su pasado y navegando por el presente tuvo claro su futuro. La brújula indicó que la amaba. La amaba sin duda alguna. Los cuatro puntos cardinales se confabularon en su destino. Trepó a lo más alto del mástil, prendió el megáfono con esmero e hinchando su pecho de aire y al son de los remeros proclamó su amor a los cuatro vientos.

viernes, 10 de octubre de 2014

EL ARMA ERA LA VOZ



No había manera de llegar a su interior. Y ella estaba obcecada en ello. En ello y en él. Porque lo amaba sin límites y no sabía como ganarlo. Sabía que era correspondida pero el gesto impasible e incólume del rostro de su rural enamorado demostraba que ningún halago era suficiente para derribar su muro. La millonaria urbana no sabía cómo demostrarle su amor. Y eso que había hecho gala de su bélico armamento. Lo había invitado al cine al mejor estreno y en la mejor butaca. Lo había llevado a cenar a majestuosos restaurantes en los que el más afamado chef los hubo atendido en persona. No existía viaje más lujoso que el de la Vuelta al Mundo que ella le regaló. Y no había manera. El bello rostro, espejo del alma, no caía ante sus materiales encantos y no manifestaba expresión de amor recíproco alguna. 
Cuando estaba apunto de abandonar su batalla, agotada de despotricar a los cuatro puntos cardinales rabietas infructíferas que no lograban expresar su sentimiento y exhausta de haber utilizado todo su armamento sin éxito, susurró sin querer un "Te Quiero" que impactó directo en el corazón de su amado. Sólo al oírlo cambió el rostro del varón y fueron felices para siempre. El arma era la voz.

martes, 7 de octubre de 2014

ESTACIÓN ESPERANZA

Hacía mucho tiempo que ningún tren pasaba por esos raíles. La estación parecía abandonada y las telarañas campaban a sus anchas en los letreros del andén. Pero él se mantenía allí esperando, sólo en el olvido, sólo con su espíritu, igual que la canción de Maná "En el muelle de San Blas". Mantenía la sonrisa en la cara pues sabía que su tren aún no había pasado. Estaba seguro de ello. Él sabía que llegaría y juró que esperaría. Podría haber perdido muchos otros trenes, pero ese no. La esperanza es lo último que se pierde y todavía le quedaban muchas cosas por perder en esta vida. Oyó chirriar los metales a lo lejos y dibujarse la silueta de la máquina. Con la felicidad del alma más latente que nunca agarró su desgastada y vieja maleta y subió, al fin, a su Tren de la Esperanza. Ese tren que nunca deja de pasar para todos. Tan sólo hay que confiar y saber esperar...

viernes, 3 de octubre de 2014

AMOR EN VESPA


Apotronado en el sofá con el corazón hecho pedazos creía que jamás volvería a llenarse de vida. Tan grande era el cúmulo de sentimientos desaparecidos y perdidos que el vacío se hacía eterno en su interior. Y cuando menos lo esperaba y de la forma más insólita, ataviado con un ramo de rosas y un corazón latiendo de nuevo, se presentó en su morada cabalgando sobre una vespa y le dibujó una sonrisa en la cara. Nunca sabes cómo, cuándo, ni dónde. Pero es así. Y es que el amor no se busca. Se encuentra.