martes, 27 de noviembre de 2018

EL HOMBRE DE HOJALATA

Quizás no lo creáis pero hoy he vuelto a ver a Dorothy correr por el camino de baldosas amarillas. Y he visto a un león rugir valientemente defendiendo su manada, he visto a un espantapájaros pensar y divagar acerca de cosas insospechadas y visto a un hombre de hojalata suspirar de amor. Y es que hay cosas que no cambian y, efectivamente, son por arte de magia. Y no hace falta ir a Oz para encontrarlas. Los sentimientos son aquello que forma parte de toda persona. Sobre todo uno: el amor. Puede haber gente con la cabeza vacía, como un espantapájaros, pero siente y quiere. Lo mismo hay personas que no se atreven ni a decir lo que piensan por la reacción que tenga su acción, como el león cobarde, pero saben lo que es amar. A lo mejor también hay sujetos que a primera vista parezcan inhumanos, sin sentimientos, como el hombre de hojalata, pero bajo ese pecho frío esconden un corazón que late y siente. No hay persona que no sienta por insensible, necia o tímida que nos parezca. Y todo el mundo, lo sepa o no, lo reconozca o no, lo manifieste o no, ha amado alguna vez. Todos tenemos corazón y es precioso sentirlo vivo. No te rías nunca de un hombre de hojalata, lo mismo tiene la valentía que a ti te falta y el pensamiento que tú ignoras. Y, por supuesto, siente y ama igual tú, aunque no lo sepas.


jueves, 15 de noviembre de 2018

LAS PALABRAS ESCRITAS

Verba volant, scriptum manet. Las palabras vuelan y lo escrito permanece. Es por ello que siempre que queremos expresar algo que permanezca en el tiempo lo hacemos por escrito. Miguel de Cervantes ya le dijo a dos mujeres "Yo os haré inmortales" y ellas jamás lo entendieron. Pero el escritor sabía lo que decía. Y lo hizo. Las plasmó en su obra más universal y ahí quedaron para siempre aún sin saber él su alcance. Como las canciones, como los himnos, como los poemas, como las cartas, como los sentimientos que se escriben y por más que sople el viento nunca vuelan, siempre quedan. Además es innato en el ser humano el comunicarse más íntimamente por escrito. Será que se obvia la vergüenza y se esquivan las miradas. Las palabras son más directas pero más volátiles. Las letras son, tal vez, más indirectas pero más duraderas. Los niños no hablan con los Reyes Magos. Les escriben sus deseos. Los adolescente no se susurran amor eterno. Lo inscriben en un árbol. Los adultos no comentan qué hacer con sus cosas cuando ya no estén. Lo redactan ante Notario. Los mensajes no se dicen a una palmera. Se apuntan en un papel y se introducen en una botella. Las palabras escritas tienen una fuerza que nosotros no tenemos pero que se la transmitimos al redactarlas: la durabilidad en el tiempo. ¡Cuidado con lo que se escribe! Somos dueños y esclavos de ello, pero que nunca, nunca, nunca, falten escritos "te quiero".


jueves, 8 de noviembre de 2018

EN MIS RECUERDOS...

Dicen que Noviembre es el mes donde más sentimos la presencia de quienes nos abandonaron y cuando más añoramos su cercanía, por eso en él se celebra la Fiesta de Todos los Santos. Cuentan también que en Otoño es cuando más sensible está el alma y más evoca alcanzar lo que desea, por eso el estado de ánimo es más frágil. Los sabios dicen que siempre cuando agradecemos, dedicamos o deseamos algo miramos hacia el Cielo. Y allí, lo creamos o no, están ellos. Nuestros antepasados, nuestros recién pasados, nuestros presentes y nuestros venideros. Allí se esconden en un corazón que cuando alguien nos abandona brilla como la más fulgurosa estrella, cuando alguien está por venir refulge más que el sol, cuando sonreímos por una meta nos ciega con su resplandor y cuando deseamos algo se convierte en estrella fugaz para nuevamente invitarnos a desear. Fuere como fuere todos miramos al Cielo en busca de una explicación cuando no encontramos respuesta. No dejéis nunca de hacerlo. Allí están aunque no los veamos cegados por la lágrimas de tristeza o alegría nuestros recuerdos y nuestros anhelos. Allí late siempre un corazón, el vuestro, el nuestro, el del mundo. Va por vosotros.

miércoles, 24 de octubre de 2018

NUEVOS AÑOS SESENTA

Años sesenta, vespas de moda, ropas llamativas y miradas cómplices. Una sociedad enmarcada entre pensamientos y tradiciones seguramente impuestos por el sentido común reinante por la historia del momento. Una legislación social no escrita que existe desde que las primeras personas que hubo en el mundo comenzaron a organizarse que está siempre presente y parece indicar lo correcto de lo incorrecto. Dos hombres que se miran y no pueden expresarse como quisieran por el qué dirán pero que todos saben quién son y qué son. Manolo y Antonio.
Hace escasos dos años que la cifra de años del calendario fue la repetición de la segunda decena. Años veinte del nuevo siglo, tecnologías por doquier, ropas que no todo el mundo se pondría pero que no acaparan tantas miradas como antes por las calles y miradas cómplices de las que hubo, hay y habrá. Aquí está todo inventado y nada hay nuevo por descubrir. La legislación social continúa sin escribirse pero sigue en constante adaptación a la historia de su momento y cada persona tiene más conocimiento sobre lo correcto y lo incorrecto. Al final y al cabo esa es la libertad. Dos hombres que se miran y comienzan a expresarse como les habría gustado a Manolo y Antonio. Ya no importa tanto el qué dirán...


miércoles, 10 de octubre de 2018

LUNES LUNERO

¡Ay de ti, Lunes! ¡Cuán odiado eres! ¿Qué culpa tendrías tú del reparto de horas, costumbres y trabajos? Y mira que te esfuerzas por hacer de tu eslogan "Empieza la semana con una sonrisa" pero nada, no hay manera. ¡Como si el resto de días laborales no tocase levantarse pronto y buscarse la vida! Porque digo yo que los Martes, Miércoles, Jueves y Viernes, e incluso algunos Sábados y Domingos para la gente que trabaja por turnos carentes de amados fines de semana y festivos, también suena el despertador a la misma hora. Pero nada. Que no. Que el Lunes Lunero es el día maldito. ¿Será porque casi se puede acariciar aún el Domingo? ¿Será porque el Viernes se atisba en lontananza lejana en el semanario? Y sin embargo cuando eres festivo y te vistes de Domingo eres bien recibido. Lo que te decía, amigo, el nombre lo dice todo. ¿Por qué se instauró que la semana laboral comenzase contigo? Si se iniciase los Domingos el fin de semana sería los Jueves y Viernes. Y, sí, llevas razón, el Viernes seguiría siendo amado pero al menos tú ya no tendrías el sambenito de ser el día feo. Esa carga le tocaría al que se viste de rojo en el calendario. Al menos sabes llevarlo aunque no te valoramos. En ti empiezan los sueños adolescentes de volver a llegar al Viernes. En ti comienzan a fraguarse los sueldos que los adultos disfrutan los Sábados. En ti se llenan otra vez las aulas de risas de niños. En ti cobran rutina los hábitos que marcan nuestro modo de vida voluntariamente elegido. En ti se respira fuerza, coraje, garra, deseo, anhelo y esperanza para disfrutar de un premio previo merecimiento. En ti recaen las maldiciones pero eres fuente de bendiciones. Que digan lo que quieran, Lunes, que yo te quiero.


miércoles, 3 de octubre de 2018

JUST MARRIED

Quédate con quien te mire a los ojos y te hable sin palabras. Quédate con quien sea tu mayor compañía en los momentos de soledad simplemente estando a tu lado. Quédate con quien te invite a un café con el euro que tenía guardado para comprar el pan. Quédate con quien organiza el plan del fin de semana pensando más en ti que en él. Quédate con quien una mañana sin importar la hora ni el día te manda un whatsapp simplemente para sacarte una sonrisa, con quien te llame un Domingo a media tarde solamente para saber cómo ha ido el sábado noche, con quien odie bailar pero al escuchar tu canción favorita te saque a la pista a divertirte, con quien comparta su postre contigo, con quien te haga sentir cosquillas sin tocarte, con quien camine a tu lado callado pero aportando tranquilidad y seguridad, con quien te guise tu comida preferida aunque él ni la pruebe, con quien tras una discusión te diga un "te quiero", con quien tu sexto sentido realmente te diga que es tu media naranja... Quédate con él. Quédate con ella. Lo demás vendrá solo.


jueves, 27 de septiembre de 2018

EL BUENO DE AGUS DURÁN

Agustín era un niño adorable que tenía el pelo como un peluche, era rechonchete, se le podían tirar pellizcos en los carrillos y rezumaba aromas manchegos como el buen pan candeal. Ya desde pequeño fue chistoso y siempre tuvo la bonhomía y buen humor que caracteriza a las gentes de su tierra. Creció bien arraigado a sus costumbres y fue descubriendo que disfrutaba haciendo reír a los demás y que, por qué no decirlo, tenía el don para ello. Así en sus inicios de hombre adulto comenzó a presentarse a concursos de monólogos y a iniciar pequeñas actuaciones en locales que frecuentaban los universitarios. Ello fue levantando sus ganas de comicidad y las comisuras de la gente pues Agustín regalaba lo más preciado que se puede regalar: sonrisas y felicidad.
Hoy en día, el bueno de Agus, como se le conoce, ya no es aquel niño adorable. Tampoco tiene el pelo como un peluche. Directamente no tiene pelo y eso es una de sus señas de identidad pues siempre luce su inseparable gorra y hace chistes de ello. No está rechoncho pero sí sigue manteniendo su raigambre y haciendo gala de ella junto con el buen yantar. Los años han pasado y su siembra está recogiendo merecido fruto. Se lo merece. Se lo merece porque ahora es una persona directamente entrañable, conocida y con los pies en el suelo que no le importa compararse con Mr. Potato con tal de seguir alumbrando risas en la gente. Agus es una persona de las que hacen falta en este mundo pues a base de tontás, modorrás y hacer el zanguángano es capaz de hacer reír a todo un teatro que se llena para verlo y escucharlo. No siempre toda persona está en condiciones de reír pero él siempre está dispuesto a intentarlo. Y es que hacer llorar es fácil pero hacer reír es un arte. Y Agus Durán... es un artista.


martes, 18 de septiembre de 2018

PROYECTOS FRUSTRADOS

Esteban era un hombre risueño. Aprendí mucho de él. Cada vez que emprendía un proyecto rebosaba ilusión. Lo estudiaba, lo analizaba, le daba mil vueltas a cómo afrontarlo y centraba prácticamente toda su atención diaria al  mismo. Le daba igual que estuviesen poniendo su programa favorito en televisión o que el Real Madrid jugase esa noche Champions League. Él permanecía absorto en su proyecto madurando cómo cumplirlo con éxito y explicaba alegremente en qué consistía. No eran grandes proyectos de empresas multimillonarias, eran proyectos de los que todos tenemos. Una pequeña obra en casa le aceleraba el pulso pensando que tendría que ejercer un poco de albañil y de ebanista. Simplemente crear un blog y pensar en mantenerlo y ganar lectores le entusiasmaba. Muchos admiraban de Esteban su alegría y bonhomía pero lo que todos ignorábamos es que en su trastienda se hallaban muchos proyectos frustrados o fracasados arrugados en un papel y tirados a la papelera. Un día me contó algunos. Experiencias los llamaba él. Sin perder ni un segundo la sonrisa me dijo que no habían resultado por factores externos pero lo que estaba en su mano lo realizó y eso le satisfizo igual que haberlos culminado con éxito. Se alejó buscando nuevos proyectos a los que enfrentarse para conseguir nuevas metas o nuevas experiencias. Fuera cual fuera el resultado disfrutaba y vivía felizmente. Ya os digo que aprendí mucho de él...

lunes, 3 de septiembre de 2018

LA NIÑA QUE AMABA LAS FLORES


La miraban raro y de reojo pero yo la miré de frente y con sinceridad. Cuchicheaban sobre ella a escondidas pero yo hablé sobre ella en público. En un mundo actual en el que impera más enchufar el móvil a cargar que mantener enchufada la máquina que mantiene nuestras constantes vitales, en una sociedad en la que un arquero traicionero nos lanza flechas por la espalda y somos tan inocentes que luego nos refugiamos en sus brazos creyéndonos su falsa sonrisa, en una convivencia social donde lloramos sin sin sentirlo y solo para la foto una tragedia lejana y nos secamos las lágrimas con la mortaja de un hermano cuya pérdida ignoramos, en una vida tan alocada, desorientada y perdida de valores en la que talamos por cientos los árboles para hacer papel y con ellos pósters que representen grandes bosques, ella ponía la sonrisa, la cordura, la tranquilidad, la evocación, la pureza y, en definitiva, la felicidad. Simplemente amaba las flores y disfrutaba con su tacto, con su aroma, con su cromatismo, con su mezcla de fragancias y con su diversidad. Cerraba los ojos y soñaba con poder regalárnoslas a todos y elevarnos por un instante las comisuras de los labios. Era feliz con ellas y entre ellas mientras nosotros pasamos el tiempo entre aplicaciones nuevas. Una margarita por un tuit, una amapola por un estado de facebook, una camelia por un whatsapp... Quizás por eso la veían rara, desconocida y chalada porque no vivía a través de un móvil sino cara a cara. Quizás por eso yo la amaba.


miércoles, 25 de julio de 2018

EL EQUILIBRIO

Hoy he llegado a la conclusión de que nos pasamos la vida en el alambre. Literalmente. Y no me refiero a debatirnos entre la vida o la muerte sino a estar constantemente eligiendo hacia que lado de la red caer, porque, inevitablemente caemos. Por obligación. Y una vez caídos subimos de nuevo al alambre a seguir en equilibrio. Así es la vida. Elección, coste de oportunidad lo llaman algunos, abanico de opciones y, vivir siempre, queramos o no, en la incertidumbre. La vida pasa deshojando la margarita desde el adolescente "me quiere, no me quiere" hasta el adulto "decido blanco o decido negro". Desde que nacemos nos vemos obligados a caer a un lado u otro, a decantar la balanza, a tomar una decisión. Y superado ello, vuelta a empezar. Es el juego de la vida, el equilibrio de la existencia. Cada caída supone siempre un triunfo o una derrota y otra vez comienza el ciclo y nos encontramos en la tesitura de tener que volver a elegir de nuevo. Es nuestro destino, nuestro sino. Vivimos en equilibrio siempre. Y, claro está, hay caídas que no dependen de nosotros. Esas se llaman experiencia y cuando volvemos a subir al alambre ya sabemos cómo contonearnos para que la decisión sea más fácil. Pero en equilibrio, siempre en equilibrio.


martes, 26 de junio de 2018

SURCARÉ LOS MARES

"Ayer se fue. Tomó sus cosas y se puso a navegar. Una camisa, un pantalón vaquero y una canción. ¿Dónde irá? ¿Dónde irá? Se despidió. Y decidió batirse en duelo con el mar y recorrer el mundo en su velero. Y navegar... Y navegar. Y se marchó. Y a su barco le llamó "Libertad". Y en el Cielo descubrió gaviotas y pintó estelas en el mar...
Más allá del mar habrá un lugar donde el sol cada mañana brille más. Forjarán mi destino las piedras del camino, lo que nos es querido siempre queda atrás. Buscaré un hogar para ti, donde el Cielo se une con el mar, lejos de aquí..."
¿Lo has leído cantando? ¿Conoces ambas letras? ¡Qué bonito es sentirse vivo a través de la música! Es, sin duda, el mayor idioma universal. ¿Cuántas veces cantamos una canción en otro idioma sin saber ni lo que estamos diciendo ni tan siquiera lo que estamos pronunciando? Y, sin embargo, nos alegra, nos pone felices, nos cambia el ánimo y nos saca una sonrisa. Todos tenemos alguna melodía que nos recuerda a alguien y nos da fuerza para surcar los mares por esa persona si hiciera falta y soñar con los dos sentimientos más ancestrales del ser humano: el amor y la libertad.

miércoles, 13 de junio de 2018

PRIMERA CITA

"¡Qué nervios! ¿Irá todo bien? Voy a peinarme de nuevo. ¡No vayas a liarla ahora! ¡Con lo que te ha costado! Respira. Toma aire. Relájate y actúa normal, natural, como tú eres. No tienes nada que perder y mucho que ganar. ¿Te has echado colonia? ¡Venga! A ver si vas a llegar tarde... La primera cita es importante ser puntual. Mejor esperar un poquito a hacer esperar. ¿Qué pensará de mí? Me he puesto mi ropa favorita y me da la sensación de que parezco un fantoche. ¡Madre mía! Se me traba la lengua. Se acerca la hora y estoy que no me aguanto ni yo. ¿Y qué le digo? ¿Y a dónde vamos? ¿Tomo yo la iniciativa o me dejo llevar? No sé, me da vergüenza todo. ¡Ah! ¿Y de qué le hablo? Vaya si saco una conversación que no le gusta. Mejor me callo. ¿Y si piensa de mi que no tengo personalidad? ¡Uf! ¡Me va a dar algo! Me voy ya. No aguanto más. Iré despacio por la calle e intentaré no pensar mucho y que sea lo que Dios quiera. Así llego antes y preparo mi mejor sonrisa. ¡Qué nervios, por favor!"

PD: ¿A que ha sido bonito recordarlo?



martes, 15 de mayo de 2018

LA FAMILIA


¡Qué bonita es la familia! Sin duda es la fuente de sentimientos más primitivos que conoce todo ser humano. Si de algo no se puede huir es de tener un padre y una madre. Otra cosa es que la propia vida nos lo quité a uno u otro antes de tiempo o que cumplan como tales o no. Pero toda persona tiene padre y tiene madre. Y por ende tuvo abuelos. Y seguramente tenga hijos, aunque eso no es definitivo ni muchas veces depende de uno mismo. Pero ¡qué bonita es la familia! El más primordial hogar, la más productiva empresa, la más bella economía, el más íntimo lugar, todo ello es la familia. El abrazo de un padre, el beso de una abuela, la confesión de un hermano... ¡Qué bonita es la familia! Y, sin embargo, qué poco la valoramos. Qué habituales son las riñas en las que hacemos daño a quien más nos quiere. Cuántos casos de hermanos que no se hablan, hijos que ignoran a sus padres, abuelos que no conocen a sus nietos... Hay que darse cuenta que venimos los unos de los otros, que la sangre que corre por nuestras venas fue engendrada por ellos y que, por mucho que no queramos, somos padres, madres e hijos desde el parto en adelante todo lo que nos quede de vida. ¡Qué bonita es la familia! Id ahora mismo y darle un beso a vuestro abuelo, un abrazo a vuestra madre y un achuchón a vuestro hermano. Sin explicación. Veréis como un sentimiento enorme de amor os brota de dentro. ¿Cuánto hace que no le decís a vuestro padre un "te quiero"? Estáis tardando...


miércoles, 9 de mayo de 2018

TODA UNA VIDA

"Toda una vida". Simplemente leer esas tres palabras despierte en cada uno de nosotros sentimientos distintos en cada uno. Sensaciones internas que pueden conjugar un final feliz, un sueño frustrado, un revés de la vida, un amor eterno, una promesa incumplida o una injusticia de la que nadie tuvo culpa. Deberíamos definir qué es una vida para cada uno de nosotros y tampoco nos pondríamos de acuerdo. Habría tantas definiciones como definidores pero seguro que las palabras "para siempre", "eternidad"  y "amor" bailotean en todas las cabezas... ¿Por qué? Porque una vida sin amor no es vida. Y el amor no sólo engloba las relaciones de pareja. El amor engloba compañía hasta el final de nuestra existencia. Por eso al leer "Toda una vida" nos asaltan a la mente esos retazos de sentimiento alegres o tristes porque lo que realmente nos evoca nuestro interior es el amor, esas personas amadas con las que hemos compartido o seguimos compartiendo nuestra vida. Alguna vez oí que el amor de verdad es envejecer juntos. Recalco: no sólo relación de pareja. Familia, amistad, compañía... Ya lo dice la canción y podéis elegir versión porque lo importante es la letra la cante Antonio Machín, Los Panchos, María Dolores Pradera, Raphael o Luis Miguel: "Toda una vida me estaría contigo, no me importa en qué forma, ni cómo, ni dónde, pero junto a ti".

jueves, 3 de mayo de 2018

UNA NUEVA ESTRELLA

Doy por hecho que habéis visto la película el Rey León. Y si no es así, estáis tardando en ver esa joya de Disney. Hay una parte de la película que ofrece una maravillosa explicación de lo que son las estrellas. Y deja el regustillo de que los seres queridos nunca mueren porque viven en ti. No es la primera vez que se coquetea con el teorema de que las estrellas son el reflejo de la marcha al Cielo de nuestros antepasados y desde allí nos contemplan. De hecho siempre que alguien fallece se suele decir que brilla una nueva estrella. Y también es verdad que, cuando en la soledad de una noche en la que se ven a la perfección las infinitas estrellas que alumbran el Cielo y nos quedamos boquiabiertos admirando la gran cúpula del planeta en el que vivimos, nos embarga el interior una mezcolanza de recuerdos de aquellos que ya no están con nosotros. Algunas estrellas brillan más porque son nuevas en la bóveda celeste, otras brillan menos porque ya llevan mucho tiempo allí arriba, pero todas brillan. Y nosotros con su recuerdo hacemos que sigan brillando. Hoy he visto una nueva estrella en el Cielo de Liverpool. Se llama Pepi, era sevillana, genio y figura. La primera Nochevieja de mi hija fue la última suya. Y allí está. Brillando. "Recuerda, Simba, él vive en ti".


lunes, 23 de abril de 2018

LA ETERNA BATALLA

Gerardo paseaba por el parque cuando vio una escena conocida. Lamentablemente conocida. Todos hemos pasado alguna vez como actores o como espectadores por esa película. Por eso es conocida. Una pareja cabizbaja, sentados el uno a centímetros del otro, ella mirando al suelo, él mirándola de soslayo y la imaginación disparada del que visione la escena. ¿Será timidez? ¿Será vergüenza? ¿Será pena? Puede que hubieran tenido una discusión. Puede que les hubieran dado una mala noticia. Puede que él no se atreviese a declararle su amor y ella se cansase de esperar. Podrían ser muchas cosas que sólo los dos actores saben y los demás imaginan pero la imagen no despertaba otros sentimientos que no fuesen los más ancestrales en el ser humano: curiosidad, intriga y duda.
Y lo peor es que el actor sabe que es motivo de inspección, de visión, de comentarios y de pesquisas por todo aquel espectador que lo contempla. Pero se le escapa que cuando se invierten los papeles él se ve prisionero de los mismos sentimientos que levanta cuando es él quien está bajo los focos. Por eso Gerardo iba pensando que en ese mismo banco del parque estuvo ayer solo, triste, desolado. Tuvo la nota más alta de la oposición y se quedó sin plaza. Quien lo viese no sabría qué le ocurría. Sólo él. Y, sin embargo, harían mil apuestas sobre la imagen que desprendía. La eterna batalla. ¿Actor o espectador? Depende del día. No juzguéis.

jueves, 19 de abril de 2018

EJERCICIOS DE AMOR

Siempre se ha dicho que al corazón no se le puede dominar. Es consabida la máxima que reza al decir que "uno no elige de quién se enamora" y son conocidas y sufridos por todos las internas batallas cabeza-corazón. No hay debate posible en ello. Sin embargo, una vez caídos en amor (como dicen los británicos) sí que podemos ejercitar nuestro corazón para que mantenga vivo ese sentimiento que emana del mismo hacia todo lo que queremos de verdad: el amor. Hay que cuidar que nunca decaiga la sonrisa de un amigo. Hay que mantener al afecto hacia los familiares más lejanos. Hay que sostener siempre que "madre solo hay una y como la mía ninguna". Hay que demostrarle a nuestra pareja que lo es siempre y no solo a ratos. Hay que fortalecer el corazón para que no se oxide y esté siempre en forma como buen deportista de élite que es y tantos momentos bellos y triunfos nos regala. En definitiva, al corazón no se le puede dominar pero sí moldear. Hay que hacer a diario ejercicios de amor.

martes, 3 de abril de 2018

OBRA DE ARTE

Ayer estaba charlando con un amigo que es profesor de primaria y me decía que sus alumnos hacían verdaderas obras de arte. Incrédulo le preguntaba cómo un niño de siete años podía hacer una obra de arte sin dominar todavía el oficio del buen pintor, del habilidoso imaginero, del prestigioso constructor o del perfeccionista director de cine, por ejemplo. Claro, yo no contaba con que el arte tiene tantos puntos de vista como personas existen y no toda obra ha de encuadrarse en unos cánones preestablecidos. Ignorante de mí, estaba acostumbrado a denominar "obra de arte" toda aquella pieza digna de exponerse en un museo. Y eso me explicaba Gustavo. Sus pequeños alumnos crean unas obras merecedoras de causar admiración a quien las contempla, las escucha, las visualiza, las palpa o las saborea. Cada destinatario de las mismas es quien debe apreciarlas y catalogarlas. Me quedé pensando en ello y en los enmarques obligados que impone la sociedad. Nos despedimos y volví a casa. Mi hijo pequeño, todavía más joven que los alumnos de primaria y que no sabe aún ni pintar, me había hecho un dibujo de un gran corazón que decía "Te quiero, papá". Jamás había visto mayor obra de arte. Gustavo tenía razón.

martes, 6 de marzo de 2018

EVOCACIONES

Si hay un sentimiento que a todos nos toca la fibra interna y puede llegar a humedecernos los ojos es la nostalgia evocadora. Y eso es así porque siempre conlleva recordar tiempos pasados que fueron felices o soñar tiempos futuros que nos gustaría que fueran a nuestro gusto. Forma parte de la vida el tener un destino inmanejable que nos depare sorpresas, a veces buenas y a veces malas. Y somos conscientes de ello y de ahí las evocaciones. A veces suspiramos recordando momentos que vivimos felices y, sin saber por qué o incluso sabiéndolo pero sin poder evitarlo, se acabaron. Y otras veces suspiramos anhelando que lleguen momentos que nos dibujamos felices en la mente. Y el pellizco al alma llega a ser total cuando a la evocación del futuro le añadimos la incertidumbre. ¿Llegará? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién? Y por más que nos empeñemos en querer contestar los interrogantes resulta imposible pues eso sólo la propia vida ampliamente entendida lo sabe. Y sabemos que es un tópico el "carpe diem" pero igualmente es una rotunda veracidad así es que dejemos de evocar y vivamos. Ya habrá momentos de recordar y de anhelar pero el presente es efímero. Disfrutémoslo. 


martes, 27 de febrero de 2018

EL SONIDO DEL MUNDO

"Son los latidos del corazón los que mueven el mundo" dice la conocida canción de Alazán que todos hemos cantado alguna vez en una fiesta, verbena o feria. Y además del mensaje que se desprende de que el amor es el motor de todo se adivina que el sonido del mismo existe. Y dando otra vueltecita de tuerca se intuye que otros muchos también. ¿Hay algo más bonito que escuchar un corazón cuando habla? Que lo pregunten a una mujer embarazada cuando en la ecografía se oye el latido del bebé que lleva dentro. Y es que el mundo está lleno de sonidos cotidianos que muchas veces pasan desapercibidos para nosotros porque son tan comunes que forman parte de ese llamado "ruido blanco" que convive pacíficamente con nosotros y al que estamos tan acostumbrados que no prestamos atención. Pero, ¿os habéis parado a escuchar alguna vez la sinfonía de la vida? Es algo maravilloso. El sonido del agua de un arroyo al correr en primavera, el sonido al partir un pan con corteza tostada recién hecho, el sonido de las pisadas de uno mismo en un camino en otoño repleto de hojas caídas, el sonido del crepitar de las llamas de una hoguera... Hay miles de sonidos escondidos que son, sencillamente, deliciosos de escuchar. ¡No os los perdáis! Afinad el oído y disfrutad del sonido del mundo.

miércoles, 14 de febrero de 2018

ALINEADOS Y ALIENADOS

¡Cómo pasa el tiempo! ¡Cómo ha cambiado la vida! Cuando era niño disfrutaba oliendo el aroma a pan recién horneado que escapaba de los hornos del obrador. Luego disfrutaba corriendo por el Prado de la ciudad con el césped recién cortado mientras pisaba la arena recién regada para levantar frescor. Y jugábamos con el balón en la calle en la que apenas pasaba coches. Llegaba la época de las canicas y el trompo. Y las niñas jugaban a la goma cantando alegres canciones o saltaban la rayuela con agilidad. Todos estábamos alineados con la sociedad y disfrutábamos.
Ahora sentado en un banco de aquel viejo parque miro a los niños jugar mientras doy vueltas a mi garrota apoyada en el suelo. No ríen como nosotros antaño. Sólo miran alternando ojos de picardía con admiración extrañas máquinas pequeñas que portan en sus manos de las que emanan incesantemente luces y sonidos. La comunicación personal entre ellos es prácticamente nula. No veo rodar ningún balón, ni a ningún niño hacer rodar sus canicas por el suelo. Le he preguntado a mi nieta si sabe jugar a la goma y me ha mirado indiferente mientras tecleaba en su maquinita. Todos están alienados con la sociedad y no sé si disfrutan...


viernes, 2 de febrero de 2018

EN MIS LIBROS


Un pueblo que no sabe leer ni escribir es un pueblo fácil de dominar. Lo decía Ernesto "Ché" Guevara y en eso tenía razón. La incultura hace al hombre preso al igual que la cultura lo hace libre. Pablo lo sabía. Y a pesar de que todo o casi todo está escrito en los libros, hay cosas de la vida que uno no sabe dónde buscar. Y eso le ocurría a Pablo. Añoraba ser feliz con una pareja y encontrar a su media naranja pero pasaban los años y no encontraba a la misma. Hubo evocado Dulcineas, princesas de castillos encantados, doncellas de todo tipo, bellas molineras, labriegas, detectives y doctoras. Todo tipo de perfiles amorosos que salían en su amplia colección de libros. Pero no había manera. Por algo que Pablo no comprendía su amor no llegaba. No se daba cuenta de que para él era casi una obsesión indominable que le podía hacer caer hacia un lado u otro del alambre sin que hubiera red debajo. Desesperado pensaba que había buscado su alma gemela hasta escondida en su biblioteca y en realidad allí halló la solución. En un viejo libro de refranes y dichos leyó que "el amor no se busca, se encuentra". Y cuando dejó de buscar, lo encontró. 



miércoles, 24 de enero de 2018

CINE DE AMOR

Aquella noche proyectaban una película de estreno en los cines "Las Vías" de Ciudad Real. Pedro, afligido por el comportamiento de la sociedad con él, compró una solitaria entrada para ver la película en el pase de las diez de la noche de aquel lluvioso viernes de primavera. No era como los demás. No era uno más de la multitud. No le gustaba el fútbol, ni los bares, ni salir de casa simplemente por cumplir con la rutina impuesta de los sábados. Y eso socialmente le pasaba factura en una sociedad regida por los cánones de la normalidad imperante. Pero era una persona como todas las demás. No era raro, era distinto. 
Llovía mucho aquella tarde. Ana decidió salir en compañía de sus pensamientos y su paraguas. Sola con su soledad por no ceñirse a una legislación social no escrita que todo el mundo seguía a pies juntillas. Optó por acercarse al cine y ver la cartelera por si había algo de su gusto. Y lo hubo. Compró su entrada y accedió a la sala. No era una chica extraña, simplemente diferente.
Cuando la sala quedó a oscuras y comenzó la película sólo dos personas estaban en ella. Pedro y Ana. Nadie más de la gente normal quiso ir a ver esa peli de frikis. Al terminar los dos se miraron, sonrieron y entablaron conversación. Algo tenían en común. Mucho. Surgió entre ambos una preciosa historia. Y ese día se creó una película nueva, distinta a lo normal y realmente digna de la mejor cartelera del cine de amor.

jueves, 18 de enero de 2018

EL SENTIR DE LO INANIMADO

Hace algún tiempo leí una postal que hablaba de que las bicicletas tenían sentimientos. Se llamaba "Trotamundos" y logró sacarme una lagrimilla al reflexionar que todo ser puede sentir aunque los humanos no lo creamos. Estoy plenamente convencido de que cada creación tiene una esencia destinada a ser útil en su período de existencia y se siente realizada cuando alcanza esa utilidad en el mundo, sea una persona, sea un animal, sea un vegetal o, inclusive, sea algo inanimado. De hecho, ¿por qué denominamos inanimado a aquello que "creemos" que no tiene vida? La vida son sentimientos y es patente que todo ser responde a un trato correcto y afable. Incluso el teclado desde el que vierto estas palabras siente mis impactos de los dedos suavemente y los diferencia de los golpeos más violentos de otras manos que no lo tratan como yo. Es como la tan manida frase que argumenta que si al descolgar el teléfono respondes con una sonrisa el interlocutor lo nota. Evidentemente no te ve, pero es patente que se transmite ese estado de ánimo. En el trato es igual. Con la misma evidencia consideramos que una piedra no siente pero es patente que algo cambia al tacto cuando se la coge con cariño. Creo en el sentir de lo inanimado. ¿Nos tratarán de una manera u otra según sus sentimientos los seres inanimados a nosotros? Me gusta divagarlo pero la vida, insisto, son sentimientos y confío en que todo lo que vive siente. Y lo que no... También.

martes, 9 de enero de 2018

LA LOSA DEL DESAMOR

"-¿Y cuánto tiempo estaré así? -Yo estuve casi un año, no sé. No te puedo decir... Llegará un día en el que te levantes y todo habrá pasado. -No creo que consiga superarlo. -Ya verás como sí..." Quien haya tenido esa conversación sabe a que nos referimos. Es raro que haya persona en la faz de la tierra que no haya sentido el peso de la losa del desamor. Ese lastre injusto que no te permite vivir en armonía y te hace pensar que además de ser la parte perjudicada debes pagar un enorme tributo por no ser correspondido en el amor. Y hay que seguir. Siempre hay que seguir pues la vida que tenemos solo es una y es para vivirla. Ni los gatos que tienen siete desperdician momento alguno. Tiramos de la pesadez hecha lágrimas y el tiempo, aunque no lo creamos, va pasando. Y finalmente pasa ese "casi un año, no sé". Y recuerdas aquella conversación y te das cuenta que ya no duele como entonces. Y te ves reconociendo que aquellas frases de ayuda que tanto te hartaban al final tenían razón. Y descubres que los deportistas entrenan con pesas y lastres para coger más potencia y al liberarse de ellos correr más. Y compruebas que te has desprendido de la losa del desamor y te has hecho más experimentado y más fuerte. Y vuelas. Y vuelas alto. Y eres libre y sabes que vida tienes una. Y que es para vivirla. ¡Vive!