martes, 27 de noviembre de 2018

EL HOMBRE DE HOJALATA

Quizás no lo creáis pero hoy he vuelto a ver a Dorothy correr por el camino de baldosas amarillas. Y he visto a un león rugir valientemente defendiendo su manada, he visto a un espantapájaros pensar y divagar acerca de cosas insospechadas y visto a un hombre de hojalata suspirar de amor. Y es que hay cosas que no cambian y, efectivamente, son por arte de magia. Y no hace falta ir a Oz para encontrarlas. Los sentimientos son aquello que forma parte de toda persona. Sobre todo uno: el amor. Puede haber gente con la cabeza vacía, como un espantapájaros, pero siente y quiere. Lo mismo hay personas que no se atreven ni a decir lo que piensan por la reacción que tenga su acción, como el león cobarde, pero saben lo que es amar. A lo mejor también hay sujetos que a primera vista parezcan inhumanos, sin sentimientos, como el hombre de hojalata, pero bajo ese pecho frío esconden un corazón que late y siente. No hay persona que no sienta por insensible, necia o tímida que nos parezca. Y todo el mundo, lo sepa o no, lo reconozca o no, lo manifieste o no, ha amado alguna vez. Todos tenemos corazón y es precioso sentirlo vivo. No te rías nunca de un hombre de hojalata, lo mismo tiene la valentía que a ti te falta y el pensamiento que tú ignoras. Y, por supuesto, siente y ama igual tú, aunque no lo sepas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario