jueves, 24 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD

Hoy he soñado que era un adorno navideño y estaba rodeado de sueños e ilusiones de los niños, de brillantes espumillones, de efluvios de licores brindando por venideros y esperanzadores sueños, de muchos más adornos que daban vistosidad a un precioso abeto donde pasaba felizmente mi tiempo. Al despertarme me he dado cuenta que no era así y me he decepcionado. La vuelta a la realidad ha sido dura. Soy una persona con sus más y sus menos, con sus problemillas, con sus enfados y sus ocupaciones mentales. Vamos como todos. Y tumbado en la cama he pensado que sería maravilloso si lograse adaptar lo soñado a mi vida real y ¡¡creo que lo he logrado!! El resto de adornos son otras personas que también pasan por esta vida, coetáneas a mí igual que todas las bolas que pendíamos del mismo árbol. Y si faltase cualquiera de ella ni el abeto luciría igual ni la vida sería la misma. Los espumillones son todos los triunfos que conseguimos y nos ensalzan en la vida. Los sueños e ilusiones de los niños siempre tienen cabida esté donde esté, son el futuro y su inocencia y bondad rodea cualquier hálito de vida seas un adorno navideño o seas una persona real. Son capaces de hablar con una figurita así es que más todavía con una persona. Los aromas de bebidas espirituosas los he englobado en los brindis de estas fechas por el anuncio de una boda, de una nueva empresa, de un camino hacia una meta. Y estando haciendo mi particular adaptación de lo soñado me he dado cuenta también que se puede soñar viviendo y vivir soñando. Todo depende de nosotros y como vivamos en el más simple sentido. No quiero ser una bola imprescindible, quiero ser, sólo, una de las bolas que adornan la Navidad. No quiero ser rico ni pobre, quiero, sólo, vivir feliz con lo que tenga, con vosotros. Al menos en Navidad. 

¡¡Felices Fiestas!!

martes, 24 de noviembre de 2015

EL DIARIO DE LA CALLE

Hoy me he cruzado en los Juzgados con mi antiguo profesor de Derecho Penal. Llevo ya doce años ejerciendo la abogacía y él no se acordaba de mí pero yo lo recuerdo a la perfección. Me ha venido a la cabeza el día que nos dijo que la calle era un periódico de expresión. Se refería a las pintadas, firmas y sprays que plagan las paredes y muros. Mi profesor decía que observando esos textos e imágenes se podía conocer el estado latente de una sociedad. Siempre se ven quejas, reflejos de impotencia, expresiones de desánimo, etc. Cuando volvía de los Juzgados al despacho he ido leyendo esta "prensa gratuita" que está impresa por las calles. No faltaban insultos al político de turno. He visto pintadas de todo tipo que transmiten la sensación de estar inmerso en una sociedad falta de valores, en la que imperan la envidia, el odio y el rencor. Me negaba a creer lo que estaba leyendo en cada una de las pintadas de sprays. Todos los días paso por esas calles y nunca me había detenido a leer los mensajes o tal vez los tenga tan leídos que no hago caso a lo que narran. Hoy ha sido distinto. Cuando creía que no podía leer nada que me hiciera cambiar la opinión que estaba forjando, he avistado una pequeña joven pintando un corazón en el muro de un instituto mientras miraba al chiquillo que le gusta. Sus ojos reflejaban enamoramiento y travesura. Si bien su pintada no deja ser un mal acto al menos no transmitía exabruptos ni improperios. De hecho me ha sacado una sonrisa. Ojalá sea un punto de inflexión en el diario de la calle y éste se llene de amor, esperanza y sonrisas. No se perdería ese diario de la calle y más lustrosas lucirían nuestras paredes, reflejo de la sociedad como decía mi profesor.


lunes, 16 de noviembre de 2015

LAS MARAVILLAS DE LA NATURALEZA



Me gusta cuando miro las nubes e imagino caprichosas formas desplazándose por el cielo con la dirección del viento, formando la cabeza de un dragón o un delfín saltando en un océano. Me gusta cuando tumbado en una pradera, imagino una ola de verde hierba impactando en el tronco de un roble sito en mitad del mar de la llanura amarilla de un trigal. Me gusta cuando contemplo la lumbre y observo chispas de fuego que se producen en las astillas de los sarmientos de la seca vid emulando un espectáculo de fuegos de artificio al cobijo de la chimenea en una lluviosa tarde de otoño. Me gusta admirar al amanecer un conjunto de espumosas crestas marinas avanzando raudas hacia un pétreo rompeolas, mientras dibujo en mi mente una carrera de surfistas sobre ellas debatiéndose entre el equilibrio de la pirueta o caer y fundirse con las aguas de los mares. Me gusta ver el pequeño cactus que me han regalado con motivo de mi onomástica e imaginar que me mira feliz, sonriente, con ojos multicolores y pestañas enraizadas de sentimientos, con lágrimas de alegría porque seremos compañeros durante años y agitando en uno de sus espinosos brazos un conjunto de bellas flores que me da los buenos días derrochando amistad. Me gustan las maravillas de la naturaleza y la imaginación es una de ellas.


martes, 3 de noviembre de 2015

SIEMPRE COMBINAN

¿Os habéis parado a pensar que hay parejas de elementos, sustancias, instrumentos, alimentos, ropas, etc, que siempre combinan? Por ejemplo un pantalón vaquero con una camiseta de sport. O un chocolate con unos churros. O una corneta con un tambor. O unos huevos fritos con unas patatas. O un vaso de leche con una cucharada de miel. O una noche de verano con una estrella fugaz. No se sabe quién crearía esas combinaciones pero sí que parece mágico que en todo el mundo se disfruten de igual manera. Me alegra pensar que exista una especie de mano exterior que dirija estos emparejamientos para que nosotros los disfrutemos. Porque ¡nos encantan! ¿Imagináis lo que sería una vida sin las combinaciones que nunca fallan? Un sofá sin manta. Un Domingo sin siesta. Un cine sin palomitas. Una camisa sin corbata. Una granja sin gallinas. Nada sería igual. Y es que hay combinaciones que se han instaurado en nuestra vida y han arraigado tan profundo en ella que no concebimos el día a día sin ellas. No nos damos cuenta pero somos presa de las mismas. Pensadlo. Oye, tengo tequila. Y yo limones. Solucionado el chupito. Hay parejas que siempre combinan y salen a flote ante cualquier adversidad. Siempre encajan. ¿Estarán hechas el uno para el otro? Así me gusta a mí vivir. Así me gusta el amor, la amistad y la familia. Siempre encajando, siempre hallando la combinación. Impensable pensar que no combinen. ¿Una tostada sin mantequilla? Impensable, os decía.

jueves, 22 de octubre de 2015

DUENDECILLOS



No voy a decir si existen o no, para eso cada uno tiene sus creencias. Tampoco voy a decir si son malos o buenos, para eso cada uno tiene su parecer. Y, por supuesto, ni se me ocurre manifestar si están entre nosotros o no. Lo que diré son cosas reales y del día a día que a todos nos han ocurrido. Ir por una calle llena de talleres de automóviles y que no sepamos de dónde sale olor a pan recién horneado. Saber que no hay nadie en casa del vecino y que tras su puerta se escuche nuestra canción favorita. Tener apetencia de burbujeante limonada, pasar por un bar que acaba de hacerla y un conocido te invita a un vaso. Dejar un papel sobre la mesa, volverte y que ya no esté ahí y aparezca encima de otro mueble. Estar vistiéndote, sacar un par de calcetines del cajón, que desaparezca uno, buscarlo desesperadamente y tenerlo puesto sin recordarlo. Buscar las llaves de casa por todos los rincones posibles y que se encuentren en el bolsillo de la chaqueta que has comprobado concienzudamente varias veces que no estaban. Ir paseando por el bosque en un día sin viento, que estén todos los árboles sin moverse ni una hoja y de pronto una rama en concreto se bambolee a tu paso. Apreciar unas ondas misteriosas en el agua de un estanque sin haber arrojado una piedra ni que hubiera saltado un pez. Lo cierto es que jamás se ha podido demostrar su existencia, pero tampoco su inexistencia. Y no hablo de casualidades, hablo de detalles reales que para bien o para mal rompen nuestra cotidianidad. ¿Duendecillos quizás?


martes, 13 de octubre de 2015

BESO, VERDAD O ATREVIMIENTO

Hay unos años en la vida que conjugan el paso de la niñez a la adolescencia y de la adolescencia a la madurez. Y en los patios de recreo los chicos y chicas juegan a demostrar su gallardía, su valentía o su habilidad. Todos los hemos vivido y nos gustaba dejar con la boca abierta a quien nos observaba. Pero en el fondo de esa actuación éramos conscientes de que no era oro todo lo que relucía y el refrán "Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces" nos ajusticiaba la conciencia en más de una ocasión. Recuerdo dos adolescentes que peinarían cabellos de unas quince primaveras. Él era el líder de su grupo de amigos y ella era la que destacaba entre las chicas del colegio. Los dos salían siempre airosos de esos retos que se marcan los muchachos en juegos como "Beso, verdad o atrevimiento" y sin embargo en los menesteres más triviales de la vida no tenían el arrojo suficiente que creían tener y que no se gana sino con la experiencia de la vida en el día a día. Él hubo pasado a la panadería preguntando si vendían televisores, demostrando a los amigos que no le daba vergüenza nada y tenía la valentía de preguntar esa insensatez al panadero más antipático del barrio. Ella en un acto de pillería hubo hurtado el póster de Leonardo di Caprio que tenían en el vestuario del gimnasio las chicas mayores del instituto. Sin embargo, ninguno de los dos se atrevía a decirle al otro que le gustaba. Cosas del amor cuando más valientes nos creemos...


viernes, 2 de octubre de 2015

EL COSMOS

La magnitud de la vida es tan enorme que de un minúsculo espermatozoide unido a un microscópico óvulo se genera una vida. ¡Qué curioso! De lo más ínfimo, lo más grande. La vida. Y el mensaje que nos han inculcado es siempre el mismo: nacer, crecer, alimentarse, reproducirse y morir. ¿Y para qué entonces divagamos tanto sobre el origen y el futuro? Total, todos nacemos y todos morimos sin resolver esas cuestiones. Cumplimos nuestras funciones como si fuéramos autómatas programados y punto. Eso sí, todos admiramos la grandiosidad de ese cosmos que nos engloba. ¿Será nuestra misión transmitir algún mensaje? Y no me refiero sólo a la especie humana. Toda especie viva tiene iguales funciones vitales. Pudiera ser que de nuestras miniaturas se nutra ese gigantesco cosmos que todo lo abarca. O quizás de ese enorme cosmos dependa lo más ínfimo de nuestras vidas. En todo caso siempre ha sido así y siempre seguirá siendo así, ¿o hay alguien que sepa la génesis y el final de este maravilloso universo y pueda decirnos cuándo empezó y cuándo finalizará? El cosmos siempre tan estudiado, tan observado y tan analizado y sin embargo es él quien nos programa, estudia, observa y analiza. Esa enorme dimensión es la única que supera lo más grande. La vida. ¡Qué curioso! De lo más grande, lo más ínfimo. 





viernes, 25 de septiembre de 2015

MOMENTOS DE VACÍO INTERIOR


Era una lluviosa tarde otoñal. El aire soplaba violentamente sobre los olmos marrones que iban deshaciéndose de sus hojas ya marchitas que caían sobre la calle. Los charcos aparecían y crecían agigantándose junto a los bordillos de las aceras. Pronto los coches rodarían sobre ellos salpicando a los viandantes. Víctor contemplaba su reflejo impasible en un charco en medio de la calle. No portaba paraguas ni llevaba chubasquero y la gente lo miraba extraño. Quieto, inmóvil, con los ojos agachados y la silueta empapada por la lluvia, no hacía nada por evitar calarse hasta los huesos. La gente comenzó a juzgarlo de loco y tarado por su actitud sin saber el origen de la misma. Lo que no sabían es que tal día como ese hacía cinco años que había fallecido su esposa y desde entonces Víctor cuidaba de la casa y mantenía a sus hijos sólo. Ejemplo de padre. Aquel día triste y plomizo en el que los niños estaban de excursión con el colegio, en el reflejo del charco vio su corazón vacío pues al llegar a casa no habría nadie y era un día muy marcado para él. Emprendió lloroso el regreso a casa. Las gotas de lluvia le caían por la cara y el pelo empapado le chorreaba. Comenzó a pensar que al fin y al cabo sus hijos crecían felices y una compañera de trabajo parecía estar interesada en él. Un esbozo de sonrisa mezclada entre la nostalgia y la ilusión por el futuro asomó a su cara. No todo serían tormentas ese otoño. Recordó la frase que le decía su madre los días que de pequeño estaba triste: Para que salga el arco iris hace falta que antes llueva.

jueves, 17 de septiembre de 2015

ARREPENTIMIENTO

Francisco era profesor de Filosofía en un conocido instituto de la ciudad. Era sabio y se jactaba de que siempre obraba a conciencia y jamás se había arrepentido de nada. Dominaba a la perfección las lecciones de los presocráticos Parménides de Elea y Heráclito de Éfeso, al mismo Sócrates, a su discípulo Platón y al discípulo del discípulo, el gran Aristóteles. Explicaba a sus alumnos que hay que actuar con convicción pues la duda y la incertidumbre llevan a la inseguridad y a la desconfianza y el resultado no es el deseado y nos deja inquietos. Y así lo hacía él. Por eso, Francisco, meditaba sus acciones y no se arrepentía jamás. Nunca hubo de pedir perdón pero tanto convencimiento de poseer la verdad absoluta le fue encerrando en la misma caverna del mito platónico que tanto le gustaba explicar a sus adolescentes alumnos. Con el paso de los años su carácter afianzado se convirtió en déspota y autoritario y fue olvidando que el alma encierra sentimientos muy necesarios para el buen funcionamiento de la vida, como pueden ser el perdón, el olvido o el arrepentimiento. Hubo un día que tuvo una discusión muy fuerte con su mujer y su mente, convertida en costumbre y ley de tener razón, tuvo que filosofar de verdad. La vio decidida a abandonarlo y llevándose en una maleta sus recuerdos, momentos, instantes, vivencias y sabidurías comunes. Es entonces cuando Francisco hizo gala de la mejor filosofía que puede uno aprender en la vida: olvidar el pasado y asegurarse un futuro. Salió de su caverna e intervino el arrepentimiento en potencia. Al instante obtuvo el perdón hecho acto.


viernes, 11 de septiembre de 2015

CONTIGO


Sentados cara a cara en una misma mesa sin nadie alrededor. Inclinados el uno hacia el otro en ademán de conjugar protección, confianza, seguridad y poder a partes iguales. La tenue luz de la bombilla de la lámpara que pendía del techo en el centro de la habitación alumbraba la escena. Con las manos aferradas al tiempo para que no se esfumase aquel instante de consuelo, estaban cogidos el uno al otro. Las lágrimas resbalaban por las mejillas de ambos fruto de la impotencia, la rabia y la frustración. La situación era muy dura y amarga. No había escapatoria a esa dura realidad: en el paro, sin recurso alguno, sin poder sustentar la más mínima economía familiar, con hijos que mantener, amarrados a las cargas financieras, con la alacena vacía y con el peor enemigo que el hombre pueda tener acechando: el hambre. La desesperación y la amargura atenazaban sus almas ajadas. Qué injusta es la vida en muchas ocasiones. La ruleta del azar premia al malvado y castiga al noble. Sólo había una forma de consolarse y coger fuerza para seguir en la brecha y remontar el vuelo recíprocamente. Convertir la unión de sentimientos y fuerzas de un "nosotros" en dos potentes "contigo".


martes, 8 de septiembre de 2015

MOMENTO IDEAL

Tantas veces lo hubo soñado que cuando fue real no lo creía. Despejar cuerpo y mente con su compañera en la vida sin deberle nada a nadie, sin temores, sin perjuicios, sin ataduras de ninguna clase. Simplemente ser feliz por un instante divagando en sueños anhelados. Tantas veces lo había soñado... En el trabajo, en el supermercado, en la siesta de los Domingos, en el sofá relajado... Y así durante años y años. Sólo quería que llegase un día en el que sin pensar en la economía, en el calendario, en el que dirán o en el ya dijeron, llegase cansado de disfrutar un día en la playa de la mano de su amada a un bungalow de ensueño. Tantas veces lo había soñado... Y cuando ya estaba convencido de que no llegaría nunca el momento, llegó. Y llegó como una lotería de esas que sin jugar toca. Volvía al apartamento que habían alquilado en familia durante quince días en la Playa de Gandía. Estaba agotado de haber jugado con sus nietos en la arena. A su vez disfrutaba de ver a sus hijos felices en aquel Mediterráneo en el que los bañaba de niños. Y flotando en esos recuerdos, la arrugada mano de su esposa por el transcurso de los años cogió la suya con cariño y dirigió a casa sus pasos. Fueron tan sólo segundos, toda una vida de sueños que se cumplió en aquellos instantes en el que la felicidad y la libertad jugaron juntas de nuevo. Con el cuerpo y mente despejados cumplió siendo un anciano su momento más soñado.


viernes, 4 de septiembre de 2015

CAIDA LIBRE HACIA EL INFINITO

¿Os habéis parado alguna vez a contemplar a los niños saltar en las camas elásticas de la feria? Llega un momento en que no se sabe si suben o bajan pero la felicidad de todos ellos les delata en sus rostros. Los cuerpos estirados, las piernas rectas y los brazos subidos. Una posición cómoda para disfrutar en el aire de los saltos de la vida. Una figura capaz de hacer de una caída un impulso y de impulso una caída. No pierden la sonrisa fruto de la inocencia. Todos ríen entre ellos y disfrutan su trayecto aéreo sin importar si cuando uno sube el otro baja y al revés. Les gusta llegar más y más alto y cuanto más larga es la caída más alto suben en el siguiente salto. Sin embargo, en la vida adulta, cuando uno baja tiende a desear que el vecino también lo haga. Y cuando uno sube los demás lo envidian.  No se disfrutan igual las subidas y bajadas. No se aprovecha la felicidad del salto porque estamos más pendientes de si el otro está en posición de caída libre o de impulso. Realmente la posición es la misma. Disfrutemos como los niños. Saltemos y riamos de ver cómo todos volamos y celebramos éxitos, victorias, fortunas y alegrías. Y hagamos que cuando uno caiga coja impulso y lo eleve de nuevo al infinito. Los brazos arriba siempre y que todo salto o caída sea un triunfo en la vida.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

CONVICCIÓN

Iñaki no se planteaba cuándo llegar ni cómo llegar. Sabía que llegaría. Creía en sí mismo y estaba convencido de ello. Cada vez que afrontaba un reto había actuado de igual manera: valoraba su convicción y si era positiva se enfrentaba a él sin miedo y con garantía de triunfo, pero si no salía bien parado de su juicio interno no lo afrontaba, al menos en esa ocasión. El miedo, la duda, la incertidumbre y la inseguridad eran barridas con la escoba del convencimiento. Y eso hacía que Iñaki obtuviera el éxito en todos los duelos en los que participase. No por ello eran fáciles. El camino a veces tiene duras cuestas que agotan mucho, otras veces tiene empinadas bajadas que acechan tu caída y otros tramos son llanos pero repletos de zarzas y espinas que dificultan mucho el avance. Pero la convicción es más fuerte que toda cuesta y toda maraña espinosa. Cuando alguien está convencido de lograr llegar al final, el propio sentimiento de convicción le regala dos bastones para el camino llamados perseverancia y constancia. Así se lo explicaba Iñaki a sus hijos y así se lo hubo explicado a él su padre y a éste su abuelo. Analiza la situación y si te ves convencido de lograr tu éxito, lánzate a por él con perseverancia y constancia. Con esos bastones sortearás todos los obstáculos entre la salida y la meta. Y recuerda, la convicción garantiza el triunfo. Nos vemos en la meta. Cree en ti. Convéncete.



jueves, 30 de julio de 2015

EL NEXO COMÚN

Pues señor esto eran dos artistas que fusionaron sus artes y decidieron publicar el resultado obtenido tras la mezcla. Y forjándose en uno solo no sabían cómo hacerlo y buscaron el más importante de los puntos en común para que siempre estuviera presente en sus obras. Y siempre hacían emblemas sentimentales que pellizcaran el alma de quien los viera y leyera. Siempre buscaban como fin expresar un sentimiento fuese bueno o malo. Esperanza, miedo, alegría, amor, desamor, furia, ira, esfuerzo, nostalgia, bondad, etc. Siempre timbraban el alma de quienes contemplaban sus obras expresando algún sentimiento que estuviera patente o que hubiera quedado olvidado. Su afán eran hacer sentirse vivas a las personas. Les gustaba hacer renacer sensaciones como cuando alguien se enamora o se embarca ilusionado en un proyecto. Y también les gustaba tener presente que hay sentimientos cotidianos que aunque negativos también forman parte del juego. A la larga todo yin tiene yang. Y decidieron regalar el nexo común a todos de manera que en todas sus obras figurase el órgano de los sentimientos suyos y vuestros. Y así es como Pictura et Verba publicó siempre un corazón en cada una de sus postales y os las entregó a todos con el mayor sentimiento posible. Y alegres por ello, sin darse cuenta, los dos artistas encontraron un corazón nuevo para ellos mismos y siguieron creando obras felices. Ese corazón eran vuestros gestos de cariño y afecto hacia la fusión del arte que os regalaban. Y el nexo fue realmente común: nuestro corazón, el vuestro, lo que os regalamos y lo que nos regaláis. Gracias por compartir sentimientos con nosotros. Pictura et Verba.

viernes, 24 de julio de 2015

UN OLMO VIEJO

A un olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de Abril y el sol de Mayo, algunas hojas verdes le han salido. Así empezaba Don Antonio Machado su mensaje de esperanza más evocador y conocido. Así brota reflejado en el color verde de la nueva savia, en forma de hojas, ese siempre hilo inagotable del sentimiento último en perderse. Así tintinean en la pechera de la que habita en San Gil cinco verdes esmeraldas que Gallito le trajera del otro confín del mundo para realzar su belleza, porque sentimientos habrá, pero como el que te da nombre ninguno, Macarena. Así rebrota también año tras año la que habita en esta civita regia, capital manchega, en la Barriada del Pilar mientras las Penas se hacen dueñas del Carmelo. De la misma guisa navega el sentimiento bajo palio sobre las aguas del Guadalquivir teniendo por vigía el Altozano: por cada Tres Caídas, una Esperanza. Esperanza siempre Esperanza. Así lo soñaba el poeta y así lo sueño yo. El tiempo pasa pero la vida sigue y siempre habrá en la ancianidad nuevas ramas que rebroten, nuevas flores que renazcan y corazones que latan bombeando la esperanza. Y terminando como empezase, con retazos de Machado, añado que mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera, mi querido olmo viejo con la gracia de tu rama verdecida.


martes, 21 de julio de 2015

SKYLINE

Las luces de los apartamentos brillaban en las ventanas anunciando vida en su interior. Un trajín de persianas que subían y bajaban anticipaban que la noche estaba cayendo en la gran ciudad. El tráfico iba aumentando la fluidez conforme se cerraba el color del cielo. Una manta silenciosa llegó a cubrir la frenética actividad de la urbe y sobre ella tintineaban miles de estrellas creando una mágica atmósfera que embrujaba la vista. La ausencia de ruido era tal que imponía un majestuoso respeto apenas latente unas horas antes. Podía intuirse el ulular del viento entre los edificios y avenidas mientras una calma chicha se había apoderado de aquel conglomerado de asfalto y construcciones. La conjunción era total y el recorte lateral de la ciudad encajaba a la perfección en las coordenadas espacio - tiempo. Era uno de esos momentos en que quedas absorto y todo te sobra. Tú y el mundo; el mundo y tú. Maravillosa estampa que no puede dibujarse ni fotografiarse salvo con el lienzo de los recuerdos y los lápices del alma. No sé cuánto tiempo estuve contemplándolo. No sé si ya lo había hecho alguna vez o si volveré a hacerlo. Sé que fui feliz en aquel instante. Lo capturé y ya forma parte de mí. 


martes, 14 de julio de 2015

UN MUNDO LIBRE

Hoy con el espíritu embriagado pensaba si hay algo que sea íntegramente propiedad de alguien. Pero propiedad total, sin condiciones, sin sorpresas, sin tiranías, sin modificaciones, sujeto a nuestra voluntad plenamente, inamovible, inmodificable. Y he pensado que no. Que en todo surgen subpropiedades y que nada hay que esté atado totalmente. Yo tengo un terreno y es mío y lo aro y lo labro y lo dejo en barbecho si quiero. Y en ese terreno sin someterse a voluntad mía nacen hierbas. ¿Esas hierbas son por voluntad del terreno o han nacido libremente? ¿Esas hierbas pueden ser sometidas por mí a su desaparición o volverán a brotar? Yo tengo una vivienda y es mía y aliso sus paredes y las limpio y las pinto si quiero. Y en esa vivienda sin someterse a voluntad mía aparecen unas grietas. ¿Esas grietas son por voluntad de la vivienda o han surgido espontáneamente? ¿Esas grietas pueden ser sometidas por mí a su desaparición o volverán a resurgir? Ni yo domino el terreno, ni yo domino la vivienda, ni el terreno domina las hierbas, ni la vivienda domina las grietas. No hay nada íntegramente dominable en este mundo. Ni siquiera el propio mundo se domina así mismo ni está sometido a voluntad alguna. Es un globo etéreo, indomable, indómito, anárquico. Corre, vuela y navega sin fuerza que lo controle. Y así es todo en la vida. Huimos de toda fuerza de control que sea por imposición. Creo firmemente que todo ello es el sentimiento más ancestral y perseguido por la vida: la libertad.

viernes, 10 de julio de 2015

UN PEZ

Quisiera ser un pez y hacer burbujas de amor en tu pecera, decía la canción. Un pez, pasar la noche en vela, mojado en ti. Y para mí ese "ti" es el paso por la vida. Pasar por la vida haciendo burbujas de amor en la pecera llamada mundo. Y surcar ríos, mares y océanos con total libertad, expandiendo sentimientos en los cauces, estrechos y amplitudes. Un pez libre, feliz, único, ideal. Un pez que no huyese del grande ni se comiese al chico. Un pez que no hubiese red que lo detuviera colándose hábilmente entre las ataduras. Un pez que no mordiese anzuelos ni muriera por la boca. Un pez que tan sólo con verlo te arrancase un pequeño gesto, tan pequeño como grande es su significado en estos días en que no acostumbramos a verlos: una sonrisa de satisfacción, un guiño cómplice de ojos, una mirada de ilusión, un halo de esperanza, una caricia inesperada, un aplauso espontáneo. Un pez puede ser, significar, representar y lograr muchas cosas si uno imagina serlo y sueña con serlo como lo hemos descrito: libre, feliz, único e ideal por un segundo, tocando son su nariz en la pecera y haciendo burbujas de amor por donde quiera.

miércoles, 8 de julio de 2015

CORTÉS

Lo cortés no quita lo valiente. Y lo bien hecho bien parece. Leído así pareciera que hablamos de las bases de la más ancestral educación. O del mínimo respeto que debiéramos tenernos las personas en nuestras recíprocas relaciones hasta que la confianza fuera dando lugar a otras actuaciones. Pero todo ello tiene un punto en común. Un punto, una nota característica, un nexo, un sentimiento que muchas veces olvidamos y que debiéramos acentuar: la cortesía. Porque no es lo mismo dar los buenos días sin más que acompañar el saludo de una sonrisa, porque no es lo mismo ceder el paso que además abrir la puerta, porque no es lo mismo disfrutar de la victoria que también consolar al rival, porque no es lo mismo avisar a un anciano de cuando puede cruzar la calle que ayudarle a hacerlo, porque no es lo mismo pedirle a un camarero una consumición que agradecérselo cuando la trae, porque no es lo mismo declarar amor que además hacerlo por sorpresa y con flores, porque no es lo mismo vivir que vivir siendo feliz. Si añadimos a la educación la cortesía sonreiremos y haremos sonreír. Porque no es lo mismo sonreír a que te hagan sonreír.

martes, 30 de junio de 2015

ARACNOFOBIA


Ana Mercedes siempre le había tenido miedo a las arañas. Era ver un arácnido del tipo que fuera y un temor irracional se apoderaba de ella y no la dejaba ni moverse. El bloqueo mental y la paralización física eran instantáneas en el momento en que viera una araña relativamente cerca de ella. Un día divagando sobre ese asunto, pensó que quizás el sentimiento era mutuo y posiblemente las arañas también se quedaban aterradas y huían despavoridas cuando aparecía con el spray insecticida. A ella la mera presencia de aquellas criaturas de ocho patas le provocaba pánico y a ellas la presencia de Ana Mercedes les hacía temer por su vida. Ella se asustaba de ellas; ellas se asustaban de ella. Era algo recíproco y pensándolo fríamente podrían firmar un pacto bilateral de no agresión y respeto, de modo que la vida fuera latente a ritmo normal para las dos partes y ninguna se atemorizase de la otra. Desde aquel día comenzó a no tener miedo de las arañas y a observarlas en sus curiosas y manidas telas en el bosque. Se dio cuenta que cuando se acercaba confiada a mirarlas en su entorno y su aliento no desprendía miedo ni peligro a otros seres coetáneos de vida, las arañas continuaban su trajín sin huir de su presencia. Ana Mercedes comprendió que en la vida el respeto ha de darse entre todos los seres que comparten este mundo con nosotros y no sólo entre personas. Aun para la hormiga la vida es dulce.



lunes, 22 de junio de 2015

Y SEGUIR SIEMPRE HAY QUE SEGUIR

Hoy veía a mis hijos jugar alegremente en el bosque y me han invadido los recuerdos... Después de enjugarme las lágrimas de las mejillas por enésima vez en aquel nefasto día, recordé la inocencia de los primeros llantos de la vida. Y seguir siempre hay que seguir. El bebé llora amargamente porque no puede expresar el dolor del primer diente que rompiéndole la encía hará acto de presencia en su vida, hasta que permutando la leche por el hueso sea definitivo a cambio de alguna dádiva a cargo del Ratoncito Pérez. Y seguir siempre hay que seguir. El niño llora amargamente por su primer suspenso en matemáticas hasta que con el paso de los años aprueba con nota el arte de vivir y sonreír y, entonces, supera los exámenes que la vida le pone a su edad sin saber que jamás dejará de examinarse por el destino. Y recuerda que le contaron que de bebé lloraba simplemente porque le estaba saliendo un diente. Y seguir siempre hay que seguir. El adolescente llora amargamente su primera ruptura sentimental cuando la novia con la que ha estado solo unos meses de relación (que para él son un tiempo enorme) lo deja alegando haberse enamorado de otro guaperas de gimnasio y, aquel, sabe que no merece pasar ese mal trago que el destino le ha regalado sin él merecerlo. Y recuerda cuando de niño lloraba simplemente por un suspenso en matemáticas. Y seguir siempre hay que seguir. El adulto llora amargamente cuando en la revisión ginecológica de su mujer le dan la noticia de que el hijo que esperaban juntos jamás llegará a este mundo porque no viene bien formado para afrontar la vida real que le tocaría vivir. Y recuerda cuando de adolescente lloraba simplemente por finalizar una relación de escasos meses. Y seguir siempre hay que seguir...


martes, 16 de junio de 2015

LA VENTANA

Manuel llevaba meses postrado en la cama de aquella habitación del hospital. Su vista no alcanzaba la ventana y no lograba ver qué había en el exterior. Siempre le preguntaba a las visitas qué se veía desde aquella ventana. La verdad es que frente a los cristales había un muro de cerramiento interior que no dejaba ni siquiera ver el azul del cielo, pero conscientes de que él anhelaba ver la vida real y los colores de la existencia le daban mil y una explicaciones de lo que se veía a través de la ventana. Sonreía y los escuchaba extasiado. Y luego intentaba dibujar en su bloc lo que le habían dicho que se veía. Hubo un día que le pusieron un compañero en la otra cama de la habitación, la que daba a la ventana y rápidamente le preguntó que se veía a través de ella. Luego lo plasmaría en un dibujo. El compañero le dijo que había un árbol extraño pero precioso. Tenía brotes en forma de corazón y se elevaba hacia la esperanza de un cielo sin límite. Parecía que nunca dejaba de florecer y siempre estaba engalanado con el frescor de la primavera. El color del horizonte daba refulgencias tornasoladas jugando con tonos rojizos y morados. Y el conjunto era ideal para fotografiarlo. Manuel se esmeró en plasmar todo lo que su compañero le había dicho que se veía desde la ventana y logro una imagen bellísima que no se cansaba de contemplar día tras día. Pocos días después, lamentablemente el paciente de la cama de la ventana fallecía. Fue entonces cuando Manuel se enteró que aquel hombre era ciego. Supo que lo que le había dicho que se veía por la ventana era una invención suya para alegrarlo. Y lloró. Lloró contemplando su dibujo y recordando como su compañero de habitación se lo describía mirando hacia el exterior con unos ojos que ni siquiera veían la luz del día. Manuel entendió que jamás le contarían visión más bella que aquella. Lo que el alma veía tras la ventana...


viernes, 12 de junio de 2015

EL MUNDO EN UNA COPA DE VINO

A veces es curioso lo que puede transmitir una imagen dependiendo de quien la capte y de quien la vea. Podríamos decir que una simple copa de vino no tiene más mensaje que lo que es. Un objeto creado por y para un fin. Sin embargo unas pinceladas de pequeños detalles pueden convertirla en algo mucho más completo. En esta ocasión transmite libertad, ¿no lo crees? Contémplala. Contémplala tranquilamente. Y ahora lee y saborea cada vocablo que define esa copa. Vamos a describir una mera copa de vino ilustrada de una manera especial, verás como es mucho más... Apoyada en la tierra fértil de la madre naturaleza y erguida firmemente sobre un robusto tronco que emana vida vegetal, sustenta su concavidad rellena de un océano donde un barco humano navega mansamente hacia un horizonte que cuando tú avanzas un paso él se separa dos. Las aguas se van oscureciendo desde el barco hasta donde reposan los posos del vino. O quizás se van aclarando desde el fondo de la copa hacia el olfato del enólogo conforme la luz de un sol no ilustrado va penetrando en ellas cambiando su tonalidad. A su vez, el barco navega hacia un rumbo infinito que no tiene traba alguna ni fin, exponente de las alas de la libertad que no conocen límite en un cielo que tampoco está presente en la imagen pero se desprende su existencia. Y los brotes siempre verdes del tronco nos evocan la perennidad de la vida. Relee y contempla de nuevo: el mundo en una copa de vino.

martes, 9 de junio de 2015

EL TARRO DE LAS ESENCIAS

Pepe soñaba desde pequeño con ser un gran cocinero. Le apasionaba el mundo de los fogones y los chefs. Imaginaba que algún día crearía grandes guisos y bellos emplatados y pondría su propio restaurante. "El Tarro de las Esencias" se llamaría. La verdad es que siempre tuvo buen gusto y sabía combinar los alimentos a la perfección. Conforme iba creciendo continuaba aprendiendo e iba innovando con las especias y aromas. Cuando cocinaba Pepe todo el portal se enteraba porque sus guisos embriagan de apetitoso los patios de la comunidad. Se formó finalmente como cocinero y con su primer sueldo compró un gran tarro de esencias que colocó estratégicamente en la alacena. Ese tarro fue el que le daba nombre a su restaurante tal cual tenía pensado desde niño. Siempre que guisaba cogía un pellizco de la esencia secreta que guardaba en él y se la echaba al puchero. Y sonreía. Era feliz con su cocina. Nadie sabía su secreto y los platos salían sabrosísimos. Todos los pinches y ayudantes de cocina tenían prohibido abrir aquel tarro y descubrir el secreto. Era algo único y exclusivo del chef. Y el restaurante funcionaba a la perfección. El día que Pepe se jubiló les dijo que les dejaba su tarro lleno de la esencia del secreto. Que lo utilizasen si querían. Pero la verdad es que los menús dejaron de saber igual. Todos pensaron que era porque el nuevo chef se había negado a usar la esencia mágica, aquella especia secreta que utilizaba Pepe. Decidieron entre todos abrir el tarro de las esencias y descubrieron que estaba vacío. ¡¡Siempre había estado vacío!! Pepe los tuvo engañados a todos. No había esencia mágica ni especia secreta. Sólo había una nota de papel: "El condimento para todos los platos es que nos hagan felices". Y esa era la esencia de Pepe. Él era feliz con su trabajo y en el resultado eso se notaba. Ponía un pellizquito de felicidad en lo que hacía. Ese era el secreto. 


viernes, 5 de junio de 2015

MEDIA NARANJA

Tenía nombre de Diosa egipcia y vivía en un pequeño pueblecito donde la contaminación urbanita no había hecho (Deo gratias) acto de presencia ni en lo terrenal ni en lo personal. Bien sabía que el hábito no hace al monje, por lo que era feliz con los pequeños detalles de la vida vinieran de un encorbatado ejecutivo o de un doméstico labriego. El ser va más allá de lo que uno ve. De hecho, Isis, así lo aprendió en alguno de los caminos que recorrió en su vida y no dudaba en sonreír al escuchar el alegre ladrido de un perro juguetón o al observar alguna pequeña artesanía elaborada con materiales al alcance de la mano de cualquiera. El ambiente en ella era puro y propicio para la huerta del alma. Quizás su pensamiento, un tanto etéreo, estuviera anclado en alguna mala experiencia, en alguna semilla de limonero que no llegó a germinar como debiera y pensase que nunca florecería su corazón. O quizás el miedo apresase sus alas y no volase tan alto como mereciera, no como pudiera que, sin duda, lo haría si quisiera. Y querer, quería. Isis sabía que la vida es caminar y caminando uno cultiva su interior. Estaba convencida de ello. Abonaría sin saberlo su tierra del amor. Y cuando menos lo esperase se mostraría al mundo con todo su potencial de corazón grande y alma noble. Tal vez ya venía haciéndolo pero no se lo creía ella misma. Daría el paso definitivo y le llegaría el impulso personal, laboral y social que la encumbraría haciendo gala de la grandeza del apellido que portaba. En todo caso su media naranja estaba en el mundo y antes o después llegaría. La historia no habló solo de Isis. También de Osiris. ¿O no?


martes, 2 de junio de 2015

ELLA

Cuando viajaba por la vida era feliz. Carlos siempre intentaba mantenerse sonriendo atravesara el bache que atravesara. Ya fuera en coche, en tren, en barco o en avión siempre intentaba ir sonriente hasta el destino. Un día se paró a pensar en ello. Era curioso que fuese cual fuese el destino y estuviese atravesando el terreno que fuese, finalmente lograba sonreír de nuevo y cumplir el viaje. Había superado ya algunas lluvias en el coche, incluso noches de tremendas tormentas. Otras veces el viaje en tren había pasado por feos y áridos valles donde no crecía vegetación alguna y sumido en la tristeza de ese ferrocarril logró esbozar una sonrisa. Los trayectos en barco no se quedaban atrás: zarandeos, vértigos, mareos y náuseas se habían adueñado de él hasta que la sonrisa le volvía a brotar y atracaba felizmente en el puerto. ¿Y qué decir de los largos viajes en avión en los que el capricho del destino lo ponía a prueba física y psíquicamente? Finalmente se bajaba sonriente en el aeropuerto del fin del viaje. Y pensando en todo ello, Carlos se dio cuenta de cual era el principal motivo de su sonrisa y de cómo la lograba. No se debía a su creencia cierta en su amuleto de viaje. Tampoco era por su vieja maleta de la suerte que lo acompañaba donde fuera. Ni siquiera por el colgante que llevaba prendido desde que nació. No. Todos sus últimos viajes en el medio de transporte que fueran tenían un nexo común que le irradiaba fuerza, ánimo, sosiego, calma, compañía, tranquilidad, esperanza, ilusión y felicidad cuando más lo necesitaba. Cuatro letras que lo eran todo y eran la causa de su sonrisa: Ella.

viernes, 29 de mayo de 2015

CAMPEÓN DE CAMPEONES


Cuentan que se juntaron una vez todos los sentimientos y organizaron unos Juegos Olímpicos entre ellos. En vez de con ropas deportivas vistieron con amaneceres y cascadas. El estadio y las pistas se llamaban Alma y Sociedad. Y la expectación era total. Se avecinaban preciosas pruebas de todo tipo. En el lanzamiento de peso estaban la furia y el rencor. En el tiro con arco se medían cara a cara la ironía y la falsedad. En la piscina se batían en duelo de natación la nostalgia y la pena. Y en las pruebas reinas de atletismo estaban enfrentados la paz, la guerra, el miedo, la mentira, la ilusión, la esperanza y muchos sentimientos más llegados de todos los hombres del mundo. Las pruebas se fueron desarrollando y fueron brillando los ganadores que lucían sus medallas. Subieron a los podios la amistad, la verdad, la nobleza, la justicia y la alegría con sus resplandecientes medallas de oro. Los recientes campeones decidieron elegir entre ellos al verdadero campeón de campeones. Y se dieron cuenta que hay un sentimiento que los englobaba a todos. El Amor. El amor es alegre, es justo, es noble, es sano, es pacífico, es ilusionante... No sabían describirlo sino como una mezcla de todos y cada uno de ellos. Tenía algo de todos los vencedores de la Olimpiada Sentimental. Fue aclamado y vitoreado y en volandas lo llevaron a un podio en el que no había segundo ni tercer clasificados. Reinaba sólo él. El Amor: campeón de campeones.



martes, 26 de mayo de 2015

EL PECADO ORIGINAL

Pues verán, Eva y Adán estaban en el paraíso, tan felices ellos, tan agustito así como cantaba Ortega Cano con el vino ya subido a la cabeza. A Eva le hacía tilín el señor Adán. Y a Adán le hacían tolón los... sentimientos cuando veía a la señora Eva. Y tilín, tolón, surgió el amor. Y esa fue la primera relación. Y claro, ya se sabe... Eva comenzó con "Cariño, vamos al cine. Cariño, llévame a comprar. Cariño, vamos a un spa..." Y así todo el día. Y el pobre Adán decía "Mira, Eva, rica mía, esto se llama Paraíso pero podría llamarse "Vitrinas de títulos del Club Navalcarnero" porque no hay nada de nada. Nada de lo que yo quiero, me refiero. No hay pistas de pádel, no hay videojuegos, no hay Champions League... Ni siquiera hay un bar para tomarme un pacharán." Total que lo único que había en el Paraíso era un manzano que daba limones. Muy místico todo ello. Y como los limones son ácidos y agriaban, Eva no los quería. Y Adán menos. Él solo quería cebada para hacer no sé qué brebaje. Pero Doña Serpiente, muy cuca ella, le decía a Eva: "¿Has visto el limón ese raro que es de color rojo? Seguro que si te lo comes Adán te lleva a Marina D´Or, Ciudad de vacaciones. Y la puñetera lo que quería era quedarse sola en el paraíso y reptar a placer. Y Eva, ingenua en temas de frutales, fue y cogió el limón pensando ya en tomar el sol en la costa de Levante. Y claro, le dio unos bocados y, ¡oh, sorpresa!, como no estaba ácido pues era una manzana (pero ella no distinguía entre una cafetera y un balón de fútbol) se quedó extrañada. Se lo llevó a Adán y le dijo: "Mira qué pomelo más raro. Es como una pera pero sabe a fideuá." Y Adán el pobre mío, por no oírla decir más tonterías pues él estaba muy puesto en Parques y Jardines y había hecho un curso de F.P. de Boy Scout, haciendo gala del dicho "Aquí está Velasco que a nada le hace asco", se lo terminó de comer. Y también le sorprendió pues era el primer coco que sabía a chuletas asadas. Total que sorprendidos los dos de aquel limón-manzana y sin saber ni lo que habían comido, dieron lugar, sin saberlo a la primera raíz del amor, el confiar y compartir. Y eso los hizo libres. Y se fueron, vaya si se fueron, pero en vez de a Marina D´Or al ViñaRock. Y se lo pasaron pipa. Adán conoció unos coleguis molones que fumaban unos cigarritos de la risa y bebían un licor llamado Don Simón (contiene sulfitos) y a Eva le dió por aprender a tocar la guitarra, así es que se apuntó a un cursillo CCC de Peluquería, precisamente porque con la primera entrega regalaban una guitarra española. Y volvieron al Paraíso tan contentos (con los cigarritos y con la guitarra) a buscar más melones de esos con sabor a piña tropical enlatada en su jugo natural con bajo contenido calórico y sin gluten. Y Doña Serpiente vio que se chafaba su plan, que allí no había quien pudiera reptar tranquila y tomarse un calimocho en paz. Y se enfadó y se lo dijo al Mesías. Y el Señor que, en esos momentos, estaba jugando al billar americano con San Pedro en los Cielos, le dijo que si se enfadaba dos problemas tenía pero que lo dejase en paz darle tiza al taco. Total que Doña Serpiente se piró de allí y dicen haberla visto en Gran Hermano Vip. Y Adán y Eva al verla marcharse del Paraíso sin despedirse de ellos ni nada, le preguntaron al Creador: "¿Señor, es que hemos pecado?" Y Dios les dijo: "Sí, pero muy originalmente". Y esa es la historia del Pecado Original. O más o menos, digo yo.


viernes, 22 de mayo de 2015

TROTAMUNDOS

Hoy que ya no está podré decir que era un viajero empedernido. Él decía que simplemente le gustaba salir de ruta de vez en cuando, pero la verdad es que le entusiasmaba desde la más clásica de las excursiones domingueras hasta la más aventurera senda pirenaica. Siempre fiel a su bidoncillo de agua con sales minerales, recorrió muchos caminos, subió muchas montañas y cruzó muchos valles. Empezó conmigo a la edad de veinte años y ya jamás se separó de mí. Yo no objetaba nada de las salidas que hacíamos y me dejaba llevar. Digamos que, simplemente, era feliz con él. Me encantaba cuando me limpiaba, me engrasaba y me acariciaba con un trapo humedecido. Eso quería decir que se avecinaba ruta en un ratito o al día siguiente. Se subía sobre mí comenzaba a pedalear y me decía "¡Vamos, bonita! Hoy iremos a tal lugar". Me fui acostumbrando a su respiración, a su aliento en el invierno, a su sudor en el verano, a su pasión hacia mí. Alguna vez caímos juntos y nada más levantarse, renqueante y apenas haberse limpiado la sangre en las heridas, se interesaba por mí y me comprobaba la cadena, los platos, los piñones, los pedales... Todo. Me trataba genial y sé que jamás tendré un dueño igual. Ahora ya hace tiempo que no sé nada de él. Llevo meses o años encerrada en la cochera y el polvo me va cubriendo lenta pero inexorablemente. Echo de menos mucho a mi trotamundos. No puede ser que se haya ido de ruta sin mí. Me resisto a darme por vencida. Sigo esperando que aparezca con su maillot en cualquier momento. Una vieja vespino me ha dicho que hace algo más de un año lo vio salir de casa muy malito, lo llevaban en una furgoneta rara, con muchos sonidos y luces como las que cerraban los pelotones cuando íbamos a competir. Ambulancia creo que era el nombre. Y que no volvió. No volvió a casa jamás. Se me ha salido la cadena de pensarlo. Mi trotamundos se ha ido de ruta a otros mundos sin mí. De repente se ha abierto la puerta y ha entrado la luz. Unos chiquillos han entrado en la cochera. Creo que son los nuevos dueños. Uno de ellos se ha acercado y me ha visto vieja y abandonada. Ha dicho "Este trasto no sirve para nada" y me han traído al desguace. Las máquinas me están destrozando para hacerme chatarra. Me voy de este mundo. He cumplido mi cometido. Siento que dí todo y es mi hora. Me voy elevando en esencia con un sentimiento mezclado de orgullo y tristeza. Dos lágrimas de pura bicicleta me resbalan por los piñones. Ya mi timbre no suena y está sucio y oxidado. Pero... ¡No puede ser! Esas mallas me suenan. Ese bidoncillo de agua me es peculiar. ¡Mi trotamundos! "Te esperaba. Vamos, bonita. Hoy iremos a dar un paseo por nuevos lares". Y limpiándome de nuevo, me engrasó los platos y volví a sentirme valorada y útil. Y ahora las pedaladas serán eternas. ¿Quién dijo que las bicicletas no sentían?



martes, 19 de mayo de 2015

EL MEJOR REGALO


La Noche de Reyes había dejado infinidad de regalos en todos los hogares. Muchos juguetes envueltos en llamativos papeles de colores amanecían en las casas por donde ya habían pasado Melchor, Gaspar y Baltasar y eran abiertos entre las ilusiones y risas de los niños esperando que en el interior de los paquetes estuvieran sus peticiones. Era sin duda el día más especial de la Navidad para los más pequeños y el día que todo niño merece ser feliz. Por supuesto también había paquetes y regalos para los mayores. Incluso algo de ropa, cinturones, camisas, colonias y esos detalles que puntualmente traen sus Majestades de Oriente para todos los papás. Sin embargo, en el hogar de Gonzalo y Claudia sólo apareció un paquete. Era una pobre caja mediana de cartón reciclado, bondadosamente ataviada con un lazo rojo que también era reciclado de otro envoltorio. Dentro no escondía un magnífico excaletric, ni una play station, ni el fuerte de playmobil, ni un juego de cocinitas, ni un triciclo nuevo. Ni siquiera había un chandal para mamá o un paquete de calcetines para papá. De hecho, eran un matrimonio que todavía no eran padres y contaban con el dinero justo para poder ir pagando su hipoteca y de vez en cuando cenar fuera un barato menú dándose un capricho, más bien llamado lujo. Pero aquella caja guardaba el mayor regalo que ambos se pudieran hacer, el más preciado tesoro que entre ellos podían regalarse: un amor sano y renovado compartido entre los dos.

viernes, 15 de mayo de 2015

LA LUZ DEL ALMA



Hoy se ha muerto el abuelo de un amigo. Toda la mente se ha nublado salvo un ascua incandescente que, por mucho que el resto de luces se apaguen, sigue brillando. Es la luz del amor, de la amistad, del recuerdo, de la experiencia y de la confraternidad. Es la bombilla del alma que siempre permanece atenta para iluminarnos cuando más falta nos hace. En torno al velatorio he visto de nuevo abrazos, reconciliaciones, besos, caricias, lágrimas, lazos... Quizás la especie humana sea tan caprichosa que solo enciende esa bombilla cuando ocurre algo malo. Hermanos que no se hablan y con un fallecimiento encienden la luz del perdón. Familias que no salvan las distancias y con una pérdida unen sus cables de nuevo y vuelven a brillar. Amistades al borde de la desaparición que llegando un mal trago otra vez unen sus filamentos y refulgen como antaño. Cuán mágica es la luz del alma que aprovecha los duros momentos para romper las tinieblas del rencor, del olvido y de la enemistad. Cree en tu alma, enciende tu luz, no dejes que oscurezca nunca en tu interior.

martes, 12 de mayo de 2015

FLAMINGO

Era un niño distinto. Mientras el resto le pedía a los Reyes Magos balones de fútbol y coches teledirigidos, él le pedía que en el cielo brillasen cinco estrellas y que la luna fuese de color morado. No estaba loco ni mucho menos. Simplemente su lugar estaba en otra parte. Allí donde la gente vive al raso sobre los tejados y no bajo ellos. Allí donde las bocanadas de humo de las chimeneas evocan los colores de un atardecer de verano y tienen forma de corazón. Era su mundo, el mundo de su mente donde él vivía feliz. Cuando lo llamaban para jugar a las canicas decía que prefería ir a pasear con su unicornio de pelo azul. Nadie entendía las contestaciones que daba pero su mirada desprendía tal transparencia y honradez que jamás se escuchó una carcajada ante sus palabras. Eran convincentes al máximo para quien sabía escucharlo. Igual que las de aquel Rabí de Galilea que vestía de blanca túnica y mirando a Lázaro le dijo "Levántate y anda", o igual que las de aquel tipo larguirucho, desmelenado, con barbas y lentes redondas que cantaba "Imagine". Era feliz viviendo en su tejado, con las bocanadas de humo en forma de corazón, con su unicornio de pelo azul y sonriéndole a un cielo con cinco estrellas y una luna de color morado. No todo el mundo vive en el mundo que todo el mundo considera su mundo. Redundante es la redundancia y no por ello menos cierta. Era feliz en su mundo. En su mundo era feliz. 


viernes, 8 de mayo de 2015

PASEO POR LAS NUBES

Cuando pensaba en ella todo era etéreo. Sus afianzadas pisadas se convertían en inseguros pasos que no garantizaban un mínimo equilibrio. La mente se volatilizaba y quedaba atrapada en nimbos, cirros y estratos que solo aparecían en el mapa del tiempo de su corazón y alma. Jamás la palabra abstracción tuvo significado más preciso sin tener que hacer uso de vocabulario. El todo que llena la nada. La más perfecta caricia nunca habida ni realizada por no existir tacto humano que pudiera transmitir físicamente la misma. Su universo era todo copado por ella de tal modo que no había arco iris más bello que el que desprendían sus húmedas pupilas soñadoras evocando su figura. Cuando su mente fluía en sentimientos hacia su amada no había mares salados ni ríos dulces. No había estrellas en el firmamento ni espacios siderales que no estuviesen llenos de la fragancia que emanaba su corazón por ella. Titubeaba al caminar entre algodones porque no estaba acostumbrado a que el firme fuese emocional y no tangible. Por más vocablos que existieran no atinaba a describir lo que ella significaba para él. Cuando pensaba en ella su espíritu se elevaba de tal manera que se daba un paseo por las nubes...



martes, 5 de mayo de 2015

CARPE DIEM

Recordando los dorados años en los que la edad se entremezcla dulcemente entre infancia y juventud, me acordé de las lecciones de latín en la escuela. No diré colegio, ni instituto. Diré escuela porque a "saber se va a la escuela" y allí es donde lo supe y por ende lo aprendí. Cada uno cuando recuerda pone nombre a sus recuerdos y el nombre por mí elegido para mi querido colegio será escuela en esta ocasión. Así pues recuerda que te recuerda recordé aquellas lecciones de las que siempre quedan poso y luego la vida te enseña donde aplicarlas. Tantos latinismos se quedan en el tintero de la sesera que si uno pudiera usarlos todos con ocasión de la verdad, bien pudiera ser coetáneo de Plinio o Juvenal. Y así, acostumbrado a la compañía de la incertidumbre y de la desesperanza, pues toda esperanza  de su amparo parecería llegar ad calendas graecas (o lo que es lo mismo el 30 de Febrero), estaba viciado a vivir vagabundeando sentimentalmente en la más íntima de las soledades. Y un día recordando los recuerdos recordé que me contó haber hallado un mensaje inesperado. ¿Por escrito? pregunté. Por escrito, respondió. Ya sabes que verba volant sed scriptum manet (las palabras vuelan y lo escrito permanece), por lo que si hubiera sido verbal no lo consideraría. Y la verdad es que no sé dónde marcharía porque ya estaba cansado del homo homini lupus est (el hombre es un lobo para el hombre), de traiciones y de desconfianzas. Hace ya años que no sé de él pero sé que esté donde esté estará feliz. Me dijo en su despedida que en aquel mensaje ponía Carpe Diem y así lo haría. Aquel mensaje le cambió la vida.

viernes, 1 de mayo de 2015

DÍA DE LA MADRE

Desde que era un óvulo recién fecundado apenas instalado en la cavidad uterina, comenzaste a fraguar en tu mente un concepto que te cambiaría para siempre. Un sentimiento que jamás antes habías sentido. Una mirada entremezclada entre la dulzura de un cachorro de pantera recién amamantado y la amenaza de una tigresa atacando a los enemigos de sus vástagos. Empezaste a remover tu interior para hacerme hueco muy dentro de ti, tanto en los órganos vitales como en los sentimentales. Sin verme ya me querías. Tanto fue tu instinto primario que me diste la vida y por mí darías la vida. Cuánta vida en una misma fase, en un mismo cuerpo, en una vida de tu vida. Sólo quien lo es sabe bien lo que se siente. Sólo tiene la dicha de saberlo el cuerpo de una mujer que alberga por naturaleza una cuna dentro de sí. El vínculo es tal que ya se inicia la vida conectando ambos cuerpos a través de un cordón por el que se comunican tanto los alimentos como los estados de ánimo. Si tu estás enfadada, yo lo estoy. Si tu saboreas una comida yo ingiero la misma. Si tu estás feliz, yo estoy feliz. Mágica maravilla del ser humano que cuando se corta el cordón y ya estamos cara a cara, el vínculo ya creado es total y, aunque invisible, lo que a mí me duela te duele a ti, lo que a mí me ocurra te ocurre a ti. Y la primera palabra que se aprende y, sin saber si quiera todo lo que ella engloba, sirve a un hijo para todo: para pedir auxilio, para pedir protección, para expresar cariño, para expresar amor, para compartir sentimientos tan sólo con una mirada. Y ese sentimiento, esa mirada, ese instinto, ese vínculo y esa maravilla, son una misma palabra que comienza con la letra m de mar, de la fuente de la vida que es la vida de las vidas: MAMÁ.


FELICIDADES A TODAS LAS MADRES.
SOIS ÚNICAS PARA CADA UNO DE NOSOTROS.

martes, 28 de abril de 2015

DIRECCIÓN OBLIGATORIA

Era un peregrino avezado pero no sabía qué indicación seguir. Tras las flechas de color morado y paso a paso llegó hasta Urda, persiguiendo las de color marrón llegó por el Camino Teresiano hasta Malagón y con sus compañeras las de color amarillo se presentó en Santiago de Compostela por diversos caminos. Sin embargo no hallaba su meta. Le habían dicho que caminando se encuentra uno a sí mismo y hubo llegado hasta la Ermita de Urda, hasta la población de Santa Teresa y hasta la mismísima Plaza del Obradoiro. Pero seguía sin encontrarse. Estaba claro que la meta no era ese lugar. Recordó que en sus caminos observó que los trigales caminaban en una misma dirección. Las semillas daban sus frutos tostados por el sol y arraigaban en la tierra siguiendo el ciclo de la vida. Los olivares brillaban con un verde aceitoso cuando los rayos vespertinos del astro rey acariciaban sus más altas hojas. Las estrellas tintineaban en un oscurecido cielo que se bañaba de plata al alba. Y estando absorto en sus recuerdos es cuando se descubrió a sí mismo. Fue entonces cuando se encontró y supo que la meta era amar. Amarse a uno mismo y amar al prójimo. Los trigales amaban al sol y esa era su dirección. Los olivares amaban su tierra y en ella crecían robustos y verdes. La luna amaba la noche y ante ella aparecía resplandeciente para darle luz. Todo el mundo rotaba con el sentimiento del amor. Comenzó a amarse a sí mismo y amar todo lo que le rodeaba. Comprendió la indicación a seguir y puso camino a su meta: Amar. Esa es la única y verdadera dirección obligatoria.



viernes, 24 de abril de 2015

CERRADO POR DERRIBO


El maestro Sabina decía en una de sus muchas conocidas canciones que tenía el corazón maltrecho y ajado. Y narraba, en musical poesía, esa vivencia que ocurre cuando alguien nos ama de verdad y no es correspondido porque nuestro corazón ya no puede amar, pues se ha convertido en una sala de espera sin esperanza, en una mitad partida por la mitad, en una campana muda en el campanario, en un look de presidiario para el viejo Peter Pan... Y es que hay personas que aman con todas sus fuerzas e ilusiones. Y lo hacen ver día a día. Estas ganas de nada menos de ti... Este huracán (de amor) sin ojos que lo gobiernen, este jueves, este viernes y el miércoles que vendrá... Toda una vida amando, ilusionando y confiando. Pero hay gentes que siempre reciben golpes de mentiras, de no correspondencia y de traición. Y no una vez. Ni dos. Y eso pasa factura. Hay personas que besan con labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas, a pañuelo de estación... El amor tiene un contrapunto que no siempre es bello. Y uno se rehace y vuelve a amar. Y otra vez sueña con dedos que lo desnudan. Pero si vuelves a caer... Te conviertes en un perro andaluz sin domesticar, tomas un helado de fresa de la venganza y juegas a la mudanza con los muebles del amor. Por eso si ahora no soy capaz de amar no acuses a mi corazón. No tiene la culpa de saber que estos son los últimos versos que te escribo. Ya está dolorido y consumido. Y, lamentablemente, si una nueva media naranja llama a la puerta se encuentra el cartel que decía Joaquín: "Cerrado por derribo". 



martes, 21 de abril de 2015

SONRÍE

Nacho no era un chico común. Era un chaval especial. Gastaba la vida sonriendo y haciendo sonreír a los demás. Le gustaba escribir sentimientos a corazón abierto y publicar fotografías que hiciesen recapacitar sobre el sentido de la vida a quienes leyeran sus textos y vieran sus imágenes. Raro era en la ciudad quien al leer o escuchar la palabra "Sonríe" no pensase en él. Había logrado hacer de las sonrisas una filosofía de vida y la había expandido por su ciudad natal y por todos los lugares donde tuviera la oportunidad de ir. Nacho tenías palabras y gestos bonitos para todos. A quien más o a quien menos le había alegrado el día alguna vez. Él mismo en sus malos momentos se auto medicaba una sonrisa y salía del bache. Expandía su lema por todos los rincones y fue el precursor de la revolución de la sonrisa. Cuentan que una vez llegó hasta el fin del mundo, allí donde se juntan en una misma línea de horizonte el azul del cielo y el azul del mar. Y estando en el propio Finis Terrae dejó un mensaje escrito con las nubes del cielo para que lo viera todo el planeta. Las gentes de todo el mundo lo leyeron, lo aplicaron y comenzaron a sonreír. El propio Nacho sonrió al comprobarlo.  El mundo sonreía y la vida era más feliz para todos. El poder de una sonrisa todo lo cambia. El legado de Nacho y su texto en el mismo cielo simplemente decía "SONRIE". Y así fue.


Nacho existe de verdad. Este emblema no es una ficción de Pictura et Verba.
Ignacio Sánchez Calero, conocido como Nachete, se dedica a repartir sonrisas.
Nacido y criado en Ciudad Real vive valorando los pequeños detalles y sonriendo por ellos.
Su lema "Sonrí3" es conocido en las redes sociales y continúa en expansión.
En un reto personal llegó corriendo hasta Finisterre para demostrar que todo es posible sonriendo.
Esta postal es un merecido reconocimiento a su labor.
SONRI3

viernes, 17 de abril de 2015

AMOR DE RUBIK


Hoy he visto en un programa de televisión a un experimentado informático que con los ojos vendados tardaba sólo cuarenta segundos en hacer un cubo de rubik perfecto. Seis caras y cada una de un color. Impresionante. Con qué facilidad y con qué precisión ha ido girando filas y columnas hasta que ha completado el tangible rompecocos. Realmente asombroso. Al quitarse la venda que le impedía ver y observar que había concluido airoso el lance ha sonreído de satisfacción. El presentador rápidamente le ha preguntado si los mismos conocimientos de lógica, intuición y precisión que había demostrado resolviendo el cubo los aplicaba en la vida real, a lo que el caballero ha respondido que sí salvo a una cosa: al amor. Ha dicho que para el amor nunca hay que tener los ojos tapados. Que jamás hay que girar las piezas con prisa. Que se debe avanzar serenamente y con tacto. Que cada vez que se completa una cara del mismo color hay que saborear el momento antes de iniciar el trabajo con otra cara. Que el éxito no es realizar el cubo de rubik entero si no realizar disfrutando cada una de las caras que lo componen. Y sobre todo que el cubo de amor no se hace con tus dos manos, sino con una mano tuya y otra de la persona que amas. Y sólo si existe perfecta armonía y conjunción entre los dos se lograrán realizar los giros precisos y realizar el cubo íntegramente. Luego ha añadido que su primer cubo de rubik fue un regalo de su esposa hace treinta años, el mismo día de la noche de bodas y que aún está sin concluir. Me he asombrado de nuevo. Entiéndame. Mi asombro no ha sido el cubo que ha hecho en cuarenta segundos sino el que lleva haciendo con su mujer durante treinta años: Amor de rubik.

martes, 14 de abril de 2015

EL RELOJ

Días antes de que naciera el abuelo le regalaron un reloj a sus padres. Era un reloj de cuco y lucía majestuoso en el salón de la humilde casa, junto a la chimenea y el rincón donde el bisabuelo recordaba los tiempos de guerra. Aquel reloj lo vio nacer y marcó cada segundo, cada minuto y cada hora de su vida. El abuelo lo recordaba de niño dando las campanadas de Nochevieja cuando todavía no había televisión. Lo recordaba dar tres sonoras campanadas cuando salía la procesión del Silencio en la  madrugada del Jueves Santo y sonaban las cadenas por las calles. Lo recordaba dar una solitaria campanada que anunciaba la hora del vermú los Domingos. Entre mil relojes podría reconocer el clack clack de su segundero. El abuelo creció y vivió al ritmo de aquel reloj. Y cuando el abuelo se marchitó y su vida continuó por otros lares, el reloj siguió impasible marcando el tiempo. Era como si el instrumento que marcaba el tiempo fuese inmune al propio tiempo. Como si los años no pasasen por él y continuase abriendo fielmente la caseta de su cuco cada vez que era una hora en punto. Pasó el reloj de generación en generación. Si el mismo pudiera hablar diría a los que vio nacer y a los que vio morir. Seguía con su incesante avance de las tres agujas, segundo a segundo, minuto a minuto, hora a hora. Y al igual que aquel reloj debe ser el legado del hombre con el tiempo: que sus obras perduren más que su vida.

viernes, 10 de abril de 2015

MONTAÑA RUSA

Hay veces que la vida es como una gran atracción de feria. Se acumulan en poco espacio y en poco tiempo nervios, valentías, subidas, bajadas, sensaciones, pensamientos, emociones, euforia, velocidades, vértigos y un sinfín de experiencias sensitivas que pueden hacernos estallar de felicidad o que el viaje concluya con un tremendo mareo. Por eso es muy importante sabe elegir el compañero de asiento y vagón. En ocasiones nos los regala la vida y son llamados hermanos. Otras veces carecemos de ellos y son amigos íntimos. Incluso hay momentos en los que los amigos íntimos nos dan más apoyo que los propios hermanos. La vida es así. Con sus subidas y bajadas. Lo que está claro es que el viaje siempre es más ameno o menos mareante con alguien a tu lado. Aprovecha si tienes oportunidad de elegir tu acompañante, comprad el billete juntos y cuando él se maree tú lo agarras de la mano y lo calmas y verás que cuando tu estés en plena bajada él te ayudará a subir. Las amistades no se imponen, se eligen. Júntate con un buen amigo y disfruta y déjate acompañar en la montaña rusa de la vida. Al fin y al cabo es solo una atracción pasajera pero vivir es mucho más que eso.


martes, 7 de abril de 2015

CAMBIA DE COLOR

Estaba convencido de que actuaba correctamente. Tenía las ideas claras y obraba sin titubeo. No entendía cómo había pensamientos tan dispares que chocasen frontalmente con el suyo. Los respetaba pero se negaba a intentar integrarse en ellos. Eso sería perder su propia esencia. Sus miras estaban cerradas y estaba convencido de su razón. Iba dándole vueltas a ello mientras caminaba por el bosque. De pronto, José Ramón, observó un camaleón avanzando en la cama de hojas que se hallaban en el suelo. Era primavera incipiente y un precioso abanico de colores y gamas brotaba de la madre naturaleza. El animal avanzaba majestuosamente irradiando un bello tono verde. Cuando José Ramón avanzó por el sendero una ramita se tronchó bajó sus pies. El sonido alertó de su presencia al camaleón que cambió de color al instante mimetizándose con las sombras en un tono marrón. 
Aquella visión se le clavó aquello en la mente. Dependiendo de la ocasión el camaleón podía cambiar de color y adaptarse a la situación. Y no por ello perdía su esencia. Magnífico. Volvió a casa sonriendo. Había aprendido una bella lección. Muchas veces algo inesperado nos hace tener que cambiar el sentimiento y el pensamiento. Aquella rama rota lo hizo con el camaleón. Cualquier cosa inesperada podía hacerlo con él. Tenía que abrir sus miras, moldear sus pensamientos, adaptarlos a las situaciones. No por ello dejaría de ser él mismo, al revés, se garantizaría una vida más segura. Se mimetizaría con el entorno y podría disfrutar más de la vida. En el día a día y en el amor, cuando algo no vaya bien, cambia de color.