martes, 13 de octubre de 2015

BESO, VERDAD O ATREVIMIENTO

Hay unos años en la vida que conjugan el paso de la niñez a la adolescencia y de la adolescencia a la madurez. Y en los patios de recreo los chicos y chicas juegan a demostrar su gallardía, su valentía o su habilidad. Todos los hemos vivido y nos gustaba dejar con la boca abierta a quien nos observaba. Pero en el fondo de esa actuación éramos conscientes de que no era oro todo lo que relucía y el refrán "Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces" nos ajusticiaba la conciencia en más de una ocasión. Recuerdo dos adolescentes que peinarían cabellos de unas quince primaveras. Él era el líder de su grupo de amigos y ella era la que destacaba entre las chicas del colegio. Los dos salían siempre airosos de esos retos que se marcan los muchachos en juegos como "Beso, verdad o atrevimiento" y sin embargo en los menesteres más triviales de la vida no tenían el arrojo suficiente que creían tener y que no se gana sino con la experiencia de la vida en el día a día. Él hubo pasado a la panadería preguntando si vendían televisores, demostrando a los amigos que no le daba vergüenza nada y tenía la valentía de preguntar esa insensatez al panadero más antipático del barrio. Ella en un acto de pillería hubo hurtado el póster de Leonardo di Caprio que tenían en el vestuario del gimnasio las chicas mayores del instituto. Sin embargo, ninguno de los dos se atrevía a decirle al otro que le gustaba. Cosas del amor cuando más valientes nos creemos...


No hay comentarios:

Publicar un comentario