martes, 30 de diciembre de 2014

LA VIDA SIGUE


Paul estaba entregado a su relación. Bebía los vientos por su amada y la quería con locura. No podía imaginar que ella lo dejase algún día sin mayor explicación. Y así fue. Un giro en la vida de su enamorada lo hizo darse de bruces contra la más cruda realidad. Paul lloró amargamente e intentó por todos los medios encauzar la situación de nuevo, aun doblegándose voluntariamente, suplicando hasta el punto de arrastrarse y planteándose incluso pisotearse él solo sus propios principios. Pero creyó en él y sacó fuerza interior para no degradarse como persona. Ella no lo merecía. Y él sabía que la vida seguía pero no encontraba el camino. Esta atrapado en su muro de amor y su corazón estaba allí aferrado. Paso tiempo de dolor y lágrimas hasta que Paul dio su primer paso de nuevo. Quería avanzar como siempre, con su corazón entero. Pero tras quedar maltrecho no podía. A cambio ganó en sabiduría. La compraventa más antigua de la tierra: dolor de amor por dosis de aprendizaje. Experiencia lo llaman las gentes. Entre aquellas piedras y adobe dejó parte de su amor. Paul hubo aprendido que todo lo que uno edifica a fe ciega junto a otro puede ser derruido de un plumazo. Esa argamasa derruida duele. Y mucho. Pero no deja de ser parte de la construcción de tu vida. Tus cimientos, tu historia, tu valor y tu persona. Y comprendiendo que parte de su corazón quedaría plasmada para siempre en ese muro, Paul supo que la vida sigue y avanzó de frente. 

viernes, 26 de diciembre de 2014

POLAROID

Imagina por un momento que eres una cámara fotográfica de impresión inmediata. Capturas sentimientos que se plasman al instante en el álbum de tu memoria. Una vez efectuado el disparo la imagen es imborrable. Si sale movida se queda así para siempre. Tus ojos son el objetivo para calcular la mayor o menor distancia, tu retina los filtros que definen el color y el brillo, tus lacrimales aportan el grado de humedad, tus palabras son obturador que da o quita nitidez, tus pensamientos aportan el enfoque, tu cerebro es la tarjeta de memoria, tu corazón el que organiza las imágenes y tu alma el álbum definitivo. Complejo pero instantáneo. Así funcionan los recuerdos que fotografiamos en vida. Por eso, antes de apretar el botón que haga la foto asegúrate de tu enfoque, de que sea el marco ideal, de que la postal perdure con el tiempo, de que realmente quieres esa imagen y de que quedará para siempre.
Habrá capturas feas que la vida nos obligue a realizar sin darnos opción. También quedarán en el álbum pero el corazón las colocará en las carpetas más ocultas para que las imágenes más bellas se vayan superponiendo y sean las que primero veamos. Somos fotógrafos de nuestra propia vida y generamos nuestro álbum de recuerdos. Si la imagen es buena, por tiempo que pase, siempre quedará bien impresa aunque ya sea irrecuperable. Será una preciosa fotografía y un bellísimo recuerdo. ¡Enfoca bien antes de realizar tus fotos!

martes, 23 de diciembre de 2014

FELIZ NAVIDAD

No busquéis en estas líneas de hoy un texto que os haga sonreír... o quizás sí. No queráis interpretar este emblema como un nuevo pellizco al alma... o quizás sí. No os esforcéis en hallar en esta postal un renacido sentimiento en vuestro corazón... o quizás sí. En todo caso, cuando las ausencias se hagan notar en vuestra mesa durante la cena de Nochebuena, brindad por aquellos que están por llegar. Cuando las risas de los más pequeños de la familia llenen vuestra mesa en la comida de Navidad, brindad por los que ya no están. Cuando en Nochevieja os juntéis en torno a los racimos de uvas no perdáis ese cosquilleo de terminar un año y empezar otro nuevo rodeado de los que más quieres. Cuando la noche de Reyes veáis la ilusión de los niños cogiendo caramelos en la cabalgata y saludando a sus Magos de Oriente favoritos, recordad cuando eráis vosotros esos niños y os acostábais nerviosos deseando levantaros y ver cumplidos vuestros deseos en forma de juguetes. ¡Qué empeño ponen los niños en cumplir sus sueños! ¿Por qué nosotros no? Cuando os embargue la tristeza por los recuerdos pensad que en esos momentos hay gentes que están en un hospital. Y si alguno de ellos sóis vosotros pensad que habrá alguien que os cambiaría su situación sin pensarlo. Pensad en los regalos y no solo en el carbón. Cuando os invada la alegría compartid un polvorón y una copita de pacharán con los demás. O una mistela como le gustaba al abuelo. Siempre encontraremos un motivo para sonreír por difícil que sea. Siempre tendremos un buey y una mula que nos den el calor de la amistad. Siempre tendremos una estrella que nos guíe hacia el Portal. Siempre hallaremos un pesebre que nos cobije. Dejaos invadir por el espíritu de la Navidad. Creed en ella de una manera u otra con la misma fe que creemos en Melchor, Gaspar y Baltasar y regalaros de corazón entre todos buenos ratos, besos, abrazos, sonrisas y esperanzas. Merecerá la pena.

Desde Pictura et Verba,
para ti,
para mí,
para nosotros,
para vosotros,
para todos...
 ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!


viernes, 19 de diciembre de 2014

TU RECUERDO

Nos gustaba ver las olas del mar rompiendo contra las rocas y salpicarnos con su espuma. Parecía que el tiempo no pasaba y podríamos estar así una eternidad. O dos. Pero el Sol no para y vuelta a vuelta iba avanzando y marcando el paso a las agujas del reloj. Mientras yo me entregaba a ti en cuerpo y alma, tú tan sólo lo ibas haciendo ya en cuerpo porque tu alma la retenías para ti misma. Y sin darme cuenta de ello la llama del amor decantó la balanza de mi lado. Mi llama crecía y crecía y la tuya a la par menguaba. Y tanto pesaba mi amor que al decantarse el fiel de la báscula por mí, me abrasé en mi pasión misma mientras tú marchabas libremente. Era tu faro en la vida y la luz que marcaba tu horizonte pero tu saliste de nuestro puerto para surcar nuevas aguas.
Hoy he vuelto a saber de ti. Viejos marineros en la lonja me contaron de tus andanzas sobre corceles de madera con popa y proa. He vuelto a pasear por el puerto y me he detenido en aquel rompeolas en el que nos juramos amor. Mi vista se perdía en los mares intentando hallarte dibujada en aquel punto en que la luna baña de plata al agua. Con dos lágrimas en los ojos he vuelto a encender el faro de tu semblante. Sólo de ti depende. Si ves mi luz, inconfundible para ti, síguela hasta el embarcadero y volvamos a retomar el sueño. Aún mantengo tu recuerdo.

martes, 16 de diciembre de 2014

EN LAS SOMBRAS

Javier tenía un aspecto inconfundible. Desaliñado, desarrapado, descuidado, rayando la obsolescencia y con un toque de antigualla sobrevenida. No sonreía jamás. Nadie lo había visto emocionarse y todos los vecinos dudaban de que hubiera sido feliz alguna vez en la vida. Su rostro permanecía impasible ante situaciones que a quien más y a quien menos le sacaban humedad en los lacrimales. Su carácter no era férreo ni pétreo, pero a la luz del día no se le vio nunca un mero esbozo de sonrisa. No gastaba grandes marcas, no se permitía lujos, no cantaba los goles de su equipo, ni jugaba al deporte de moda. En las tascas y tabernas pedía un café con leche o una cortina de vino tinto con un escueto "buenos días". Aparentemente era indomable, insensible, opaco y hermético. Aparentemente...

Tras el prisma con que la sociedad lo veía, Javier parecía todo eso. Esa sociedad que nunca lo entendió cuando él era feliz dándole un caramelo a un niño, ayudando a una ancianita a cruzar la calle, guiando a un ciego por la acera o dando conversación a quien la necesitaba. Esa sociedad que cuando él obraba de corazón y mostraba su más abierta sonrisa le contestaba con escuetos monosílabos y que forjó que Javier dejase de enseñarse como realmente era. Por eso Javier aparentemente era insensible y optó por vivir a su manera. No todo es como las luces de la sociedad indican. Pero en realidad era la bondad en persona, la alegría contenida, el primer hipster del barrio y el más moderno gafapasta que se hubiese conocido. La vela no siempre alumbra como debe y no por no ver lo que hay en las sombras quiere decir que no exista. Hay mucha vida, paz, sentimientos y amor... en las sombras.


viernes, 12 de diciembre de 2014

EL ÁRBOL DE PAULA

Alguna vez leí que Paula plantó un árbol con su padre Antxón. Y ese árbol llegó a formar parte del Bosque de Telma. Y ese bosque era precioso y encantador. En invierno daba cobijo al caminante y en verano lo arropaba de frescor. Fluía de él una magia especial y todo su conjunto era armonía. Era como un mundo paralelo donde no cabían ni la enemistad ni el rencor. El Bosque de Telma creció a raíz de semillas de amor y vida como de las que germinó y creció al árbol de Paula. Ahí radicaba su espíritu de bondad y vida: en la inocencia y verdad de los niños. Era un bosque de los que enamoran a quien lo ve y de los que contagian a quien lo atraviesa. Una maravilla hecha por la ilusión de dos hermanas y de un padre con valores de la vida que le fueron antes transmitidos y él supo continuar.
Antxón recordaba las palabras de su madre Teresa cuando era niño hablándole de cómo se expande el amor. "El Amor es un gran bosque llamado Humanidad compuesto de árboles que son Personas que ofrecen la imagen de la melodía social. Un bosque humano donde cada sonido es como la primera risa de un bebé, donde cada sabor es como un helado en la decadente primavera, donde cada tacto es como una caricia al alma, donde cada olor es como la limonada recién hecha y el pan recién horneado, donde cada visión es como el remanso de paz de un atardecer en la montaña. Y se transmite de flor en flor, de rama en rama, de árbol en árbol, para que siempre perdure y viva el bosque". Así lo aprendió y así lo enseñó a sus hijas Paula y Telma, a golpe de latido y azada en la tierra húmeda.


Hoy en ese bosque perdura por el aire el espíritu invisible y permanente de las carcajadas, sonrisas, imaginación y juegos con las que Paula, Telma y Antxón, recordando a su madre y abuela, comenzaron la más perfecta obra social jamás creada entre los hombres: sembrar el amor a través de la semilla de la vida.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

LA GRAN CARRERA

Había llegado el momento. Llevaba meses, por no decir años, entrenando arduamente para la gran prueba. De pequeño hubo ganado competiciones escolares, era siempre campeón en la carrera organizada con motivo de las fiestas de su barrio, había subido al podio varias veces en las carreras municipales e incluso provinciales y, en más de una ocasión, había salido victorioso en las carreras a nivel autonómico. Era todo un depredador de victorias. Pero aun con la vitrina material llena de trofeos, su vitrina interior estaba vacía. No había cruzado nunca una línea de meta definitiva que le otorgase un triunfo saciante de verdad. Y no es que las victorias obtenidas en sus anteriores carreras no le hubieron alegrado ni le hubieran obsequiado satisfacción, es que siempre se quedaba con ganas de más porque sabía que la medalla obtenida no lo llenaba interiormente. Quería conquistar su definitiva marathon. Aunque ello supusiera la retirada de las pistas...

Por eso David estaba poniendo todo su empeño en esta gran carrera. Había hablado y entrenado con corredores que ya habían ganado esas pruebas de fondo y todos coincidían en lo mismo: "no hay un triunfo igual. Todas las carreras anteriores te dejan mella y aprendes de ellas pero esta es única. Prepárate bien y no falles pues si alcanzas la victoria en esta gran marathon saborearás la mejor victoria que existe". David veía felices y saciados a esos grandes corredores. Quería ser uno de ellos. Quería dejar de ganar carreras que no perdurasen en su mente y ganar una única carrera para siempre. La gran carrera. Quería sentirse como la abeja nectarina que cansada de libar de flor en flor, escoge una única amapola y se entrega a ella para lograr, entre ambas, la más dulce las mieles jamás habidas. Y así lo hizo. Sabía que el esfuerzo merecería la pena. Se enfundó en sus mallas elásticas, se puso su camiseta de tirantes con el dorsal número uno por bandera, se calzó sus chillonas zapatillas de corredor y tomó su posición en la línea de salida. Ganaría. Ganaría aunque ello supusiera la retirada de las pistas. Y David se lanzó a la carrera, a su gran carrera.

viernes, 5 de diciembre de 2014

UN SIMPLE WHATSAPP

Llorando en la cama hecha un ovillo le resbalaban lágrimas por las mejillas. Llevaba horas encerrada en su habitación y no entendía cómo habían llegado a esa situación. Era increíble que él no quisiera ceder y no la entendiera. Miraba el móvil sin parar esperando que sonase en cualquier momento y fuese Roberto llamándola. Ella se prometía no llamarlo. Si quería solucionarlo que fuera él quien diera el paso. Y cada segundo que pasaba, cada minuto que avanzaba en el reloj, la angustia la invadía y el orgullo se iba apoderando de ella. No y no. No cedería.
Enfurruñado en el sofá de su casa mantenía el rostro airado y los ojos secos. Los hombres no lloran, pensaba, mientras por su interior no podía contener un llanto ahogado. Era inaudito que ella no quisiera ceder y no lo entendiera. Miraba el móvil sin parar esperando que sonase en cualquier momento y fuese Noelia llamándolo. Él se prometía no llamarla. Si quería solucionarlo que fuera ella quien diera el paso. Y cada segundo que pasaba, cada minuto que avanzaba en el reloj, la angustia lo invadía y el orgullo se iba apoderando de él. No y no. No cedería.

Pasaron unas horas lamentables para ambos. Era un choque de trenes testarudos que no estaban dispuestos a dar su brazo a torcer. Pero por algún mágico motivo de esos que sólo el amor puede explicar, se dieron cuenta a la vez que el orgullo no engorda y puede tragarse de vez en cuando. Ambos cogieron sus teléfonos móviles al mismo tiempo. Se querían y eso era realmente lo que importaba. Ella lo buscó a él en su listado de contactos. Él la busco a ella en los suyos. Los dos se dieron cuenta que el otro aparecía en línea en la aplicación de mensajería instantánea. Noelia descubrió en la pantalla un "Roberto está escribiendo". En el móvil de Roberto podía leerse "Noelia está escribiendo". Sendos teléfonos emitieron un sonido simultáneo. Los dos abalanzaron su vista sobre las pantallas y vieron su emoticono favorito. Ella había cedido. Él había cedido. La angustia y el orgullo desaparecieron. Roberto y Noelia sonrieron a la par. Se conocían bien. Supieron interpretar un "perdóname, lo siento, te necesito, te quiero" en ese icono, en un simple whatsapp.

martes, 2 de diciembre de 2014

SIGUIENDO TUS PASOS

Desde antes siquiera de que veamos la luz ya nos están allanando el terreno. Nueve meses paseándonos en su interior y marcándonos cuál será la ruta a seguir. Quedan hipotecadas de por vida con nuestro caminar, siempre pensando que no demos ningún traspiés, siempre pendientes de que la senda sea la correcta. ¿Cómo no van a estar nerviosas si se comen el filete con más nervio para que tengamos nosotros la tierna carne? ¿Cómo no van a tener sed si antes de que pidamos agua se retiran el vaso de la boca y nos lo ofrecen? Y jamás pierden la sonrisa cuando ven cómo avanza su hijo. Cómo da los primeros pasos que ella le va inculcando. Orgullo de madre.
Orgullo de madre convertido con el tiempo en orgullo de hijo.
Porque si alguien me enseñó a caminar...
Porque si alguien me educó en el andar del camino de la vida...
Porque si alguien me sirvió de bastón en mi infancia...
Porque si alguien implantó sus huellas en mi alma...
Eres tú, mamá.
Y cuando no estés conmigo ten por seguro que seguiré siguiendo tus pasos.
Te quiero, madre.
Tu hijo.

viernes, 28 de noviembre de 2014

CRUCE DE CAMINOS

Alberto era dubitativo. Siempre le había ido bien porque no se había enfrentado a tomar decisiones difíciles por sí mismo. De niño de la mano de su abuelo y de joven de la mano de sus padres había superado todos los obstáculos que hubieran ido surgiendo sin siquiera saber muchas veces de la existencia de los mismos. Más la vida escribe tu historia y la historia la escribes tú. Llegó un momento que el camino de Alberto pasaba por un cruce señalizado con un poste cuyas direcciones él jamás se había planteado. Y lo peor de todo era que no tenía a nadie que le dijera cuál era el camino correcto. Nunca se había encontrado en esa situación pero ahora no estaban ni su abuelo ni sus padres con él. ¿Qué haría? Descubrió que por un lado ya no tenía a nadie que lo aconsejase y le diese hecha la ruta. Necesitaba escribir una historia a medias con alguien, un acompañante, una compañía en el camino de la vida. Al verse necesitado de compañía en su camino se dio cuenta de que debería arriesgar. Lo invadió el miedo y la soledad. Y pensó que el que no arriesga no gana. Debería al menos intentarlo. Si fracasaba volvería al cruce de caminos y podría escoger la soledad. Si elegía el camino del miedo jamás podría ni tan siquiera elegir, ni escribiría su historia pues sería presa de sus temores. Lo pensó y lo repensó. Miró el poste varias veces. Imaginó a sus abuelos y sus padres ante aquel poste y finalmente se arriesgó. Alberto escogió el único camino que podría garantizarle compañía en su andadura... 

martes, 25 de noviembre de 2014

LICOR DE AMOR

Fabio era el más afamado bodeguero de la comarca. Nadie sabía de vinos y licores como él. Dominaba los caldos vitivinícolas a la perfección y tenía un paladar hecho a base de la aspereza de los tintos y la graduación de los blancos. Pero había una botella que jamás había abierto. Malas experiencias con esa cosecha hicieron que pareciera olvidada en lo más profundo de la bodega. Y no es porque fuera de mala reserva o estuviera todavía en fase de crianza, era porque a Fabio le daba miedo abrirla y no lo reconocía. Se escondía de sus sentimientos y su personalidad iba tornando en un ser uraño, antipático y déspota alejado de la vid del amor. Aquella era una botella con su máxima esencia, una botella que descubriría su interior, una botella que mostraría al verdadero Fabio sin tapujos al exterior y que, una vez abierta, no podría cerrarse de nuevo o, al menos, no de la misma manera. Nuestro bodeguero, oculto tras su blanca bata y entre los toneles y cubas de su negocio, sabía que aquella botella que acumulaba polvo sobre el vidrio debería ser abierta antes o después. Creía firmemente que algún cliente sería quien la descorchase y descubriera al mundo al mismo Fabio que cuando era niño jugaba con su abuelo en las cuevas de la bodega. Aquello le aterraba, lo hacía verse débil e indefenso por mostrar sus sentimientos y, a la vez, le hacía irse dando cuenta que esa botella era tan suya, tan personal, tan de su cosecha, que debería ser él quien la abriese, antes o después.  Era conocedor de su contenido y recordaba haber pisado aquellas uvas de la mano de su padre. Pero a Fabio le daba miedo. No quería amar otra vez. Temía demasiado al jugo de esas viñas.

Llegó un día que harto de esconderse de su propio miedo se armó de valor y abrió aquella misteriosa botella sabiendo que se expondría al exterior pero ignorando las maravillosas consecuencias que ello podría traerle. Y ese día Fabio descubrió de nuevo el sentimiento más anciano que hay, se mostró al exterior, comenzó a paladearlo y a degustarlo y se dio cuenta de que era el mejor vino que había probado jamás: el licor del corazón de su propia cosecha. Ese vino siempre deja poso, unas veces bueno y otras no. Pero era, sin duda, el mejor de los que Fabio hubo probado. Mereció la pena abrir esa botella.

viernes, 21 de noviembre de 2014

EL TREN DE LA VIDA

Sabía que encontraría algún pasajero en la Estación Esperanza. Por eso sonreía mientras conducía el tren hacia allá. Aunque pasase muy de vez en cuando por aquel andén siempre había alguien que había sabido esperar. El maquinista sabía que el vapor de amor de ese ferrocarril era el verdadero motor de la vida. El tren de la vida discurre por los raíles que van enlazando nuestras estaciones: familia, sentimientos, sueños... Depende del momento que atravesemos estamos en una estación u otra y el tren sigue avanzando llevándonos a nuestro destino. Depende del billete que compremos y nuestra forma de usarlo el tren irá más rápido o más lento, primero a unos andenes o a otros. Depende de nuestras aptitudes y actitudes el tren volverá a detenerse en ciertas estaciones o jamás volverá a ellas. Depende de nosotros mismos, en cierta manera, que nuestro tren de la vida siga su marcha con los pasajeros que nos acompañan o se detenga y se baje alguno de ellos. Incluso ocurre que, a veces, nos bajamos nosotros de algún tren porque nos damos cuenta que no es el nuestro. No para en las estaciones que queremos o no nos conduce a nuestro destino.
Jeremías lo sabía y por eso conducía felizmente su máquina. Llevaba muchos años transportando a pasajeros y había aprendido mucho con ellos y de ellos. Por eso sabía que, aunque parezca mentira, la Estación Amor era de las más concurridas por los viajeros, pues todos los trenes de la vida pasan por allí, bien por voluntad, bien por capricho, bien por destino, bien por azar o bien por esperanza. Pero el amor siempre está presente. ¡Pasajeros al tren!

martes, 18 de noviembre de 2014

LECCIÓN UNIVERSAL

El Maestro de la Vida reunió a sus discípulos y les enseñó todo lo necesario para afrontar su camino. Les dijo que les enseñaría todas las materias necesarias excepto una que aprenderían por sí mismos y que descubrirían antes o después. La llamó "La próxima lección". Los alumnos entonces preguntaron por aquella asignatura y el por qué de no ser impartida en ese curso y el profesor les dijo que no era necesario que él la enseñase, que era una materia tan universal y vital que llegarían al conocimiento de la misma por sí solos y que su propio camino de la vida les enseñaría los temas necesarios para afrontarla y los examinaría con el tiempo. Estudiaron y aprendieron todo lo demás y cada uno se especializó en una faceta. Se olvidaron de aquella lección que el maestro no quiso enseñarles y buscaron el éxito en sus vidas...
Años después su maestro común volvió a juntarlos y se reunieron nuevamente todos los alumnos y compañeros. El Maestro les preguntó si recordaban todo aquello que él les había enseñado y si estarían dispuestos a ser examinados nuevamente. Los discípulos sonrieron y aceptaron pues tenían bien aprendidas las lecciones y con el paso de los años habían ido aumentando más todavía sus conocimientos y especialidades. Cual sería su sorpresa cuando el profesor no incluyó en el examen ninguna pregunta sobre las materias que él había impartido y, sin embargo, todas las preguntas recayeron en "La próxima lección". Y para mayor asombro ellos superaron con nota el examen. Todos supieron responder. Todos sabían la lección por sí mismos. Enamorarse es una lección tan universal y vital que todo el mundo debe aprender.


viernes, 14 de noviembre de 2014

AMOR DEL FUTURO

I. He logrado escaparme al futuro. Año 3025 de la Era Tecnológica. La raza humana en su evolución se ha convertido íntegramente en robots humanoides que han ido cambiando y mutando de carne y hueso en acero y cables. Fascinante. Decían que el amor nunca cambiaría... En este mundo de tecnología y ciencia no veo a ningún robot capaz de amar. Todo son ondas, contraseñas, redes wifi... No veo relación propia de humanos entre estas máquinas. Observando esta era desde mi pequeña nave espacial recuerdo el primer robot que tuvo sentimientos. Aquel Hombre de Hojalata que siguiendo el camino de baldosas amarillas demostró al Mago de Oz que tenía un corazón bajo la chatarra que conformaba su cuerpo. Un robot que sentía. Qué recuerdos... Dorothy conquistó el corazón de aquel hombre de hojalata y éste conquistó el nuestro. Decían que el amor nunca cambiaría... Voy a pernoctar triste por lo que he visto en mi primera toma de contacto.


II. Continúo escribiendo este particular Cuaderno de Bitácora de mi viaje espacial. Agazapado en el terreno observo las férreas apariencias e inexpresivos rostros de los humanoides. Parecen totalmente deshumanizados y carentes de sentimientos. Pero... ¡Espera! ¿Qué ven mis ojos? Sí, sí que lo es. Un robot humanoide parece sentir como lo hizo el Hombre de Hojalata. Avanza firme. Ese brillo  de ojos, ese esbozo de sonrisa... Descubro que incluso en esta especie evolucionada el varón más duro se enamora. Decían que el amor nunca cambiaría... ¡Era verdad! La esencia del amor continúa y sigue viva. Tomo nota rápidamente en mi libreta. Hoy dormiré feliz. Anoto en letra cursiva: "Año 3025. El amor de verdad no se ha extinguido. En el futuro el corazón seguirá latiendo y hasta el hombre mecanizado aparentemente más hostil sucumbirá ante ese sentimiento y continuará deshojando margaritas con un clásico me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere..."

martes, 11 de noviembre de 2014

YO MATARÉ MONSTRUOS POR TI



Alma había ido acumulando a lo largo de su vida miedos, incertidumbres, malos recuerdos y temores al presente simplemente porque sí. Ella era feliz en su mundo de bondad y de inocencia por lo que los fantasmas que la acosaban causaban en ella más pavor que en otras personas. No entendía que en este mundo existiera la maldad y la crueldad sin motivo aparente y simplemente porque sí. Alma era cándida, noble, confiada y buena. Y eso hacía, a su vez, que fuera débil y, por ende, víctima fácil de las pillerías, travesuras, picardías y maldades que en el mundo habitan simplemente porque sí.
Y como su caso era especial y aun con miedos no perdía la sonrisa, la vida le hizo un regalo, ella así lo merecía: siempre tuvo a su lado un ángel de la guarda en forma de abuela, padre, hermano, amiga o guía que la ayudaba y protegía simplemente porque sí. Quizás cuando un alma es como Alma y no es origen de fantasmas o monstruos que a otros aterrorizan, merece que alguien sea su espada y valor en esta vida. Quien nos trata con bondad, inocencia y verdad acrecenta nuestra alma y nos llena de alegría. Por eso, mi querida Alma, yo mataré monstruos por ti, simplemente porque sí.

viernes, 7 de noviembre de 2014

ROMPIENDO LA VERGÜENZA

Había estado en mil batallas y tenía diversas condecoraciones militares. Le sobraba valor para la acción bélica y guerrillera y de mozo había sido aprendiz de torero. Por falta de coraje no era. Pero tanta o más vergüenza da saber que algo te da vergüenza y es sabido por el resto  que ese algo te da vergüenza, que reconocer que algo te da vergüenza y que no haces ese algo por vergüenza. Redundante pero cierto. Y Tomás como hombre lo sabía. Y en su fuero interno tenía un problema: era el soldado más valeroso de su destacamento pero le daba vergüenza decirle a Irene que la amaba. Y le daba vergüenza que Irene supiera que a él le daba vergüenza decírselo. Y le daba vergüenza reconocer ante el resto de camaradas que le daba vergüenza que Irene supiera que le daba vergüenza decirle que la amaba. Todo era un trabalenguas vergüenza y tenía que esquivar la vergüenza o jamás ganaría esa batalla. 


La realidad de Tomás era que en los campos del corazón no hay sargento ni comandante que te dé órdenes. Tu mismo eres el soldado raso y el capitán general en tu particular guerra de amor. "Tienes que tener valor en esa faceta también, Tomás", se decía asimismo en la litera del cuartel. Y oyó la voz de su alma que le susurraba "Díselo". Pensó que la guerra que más dolorosamente se pierde es aquella en la que ni siquiera se lucha. Se armó de valor interior, se puso su uniforme y fue a ver a Irene. Rompiendo la vergüenza le declaró su amor y ganó la mejor batalla de todas: la lucha consigo mismo. Y además, a Irene.

martes, 4 de noviembre de 2014

DESAHUCIANDO NUBES

Joaquín amaba el cielo abierto y el sol resplandeciente. Y así le gustaba disfrutarlo. Sabía que la doctrina y la jurisprudencia de la vida lo respaldaban. Su objetivo era llegar derecho y por Derecho a alcanzar su sueño y estaba mentalizado de que nada podría detenerlo. Sin embargo no esperaba que su felicidad estuviera oculta tras unos inquilinos que no abonaban la renta y que fuera él quien debiera iniciar y ejecutar el procedimiento para llegar a una resolución estimatoria. Había pagado la tasa, había envalentonado su toga y había redactado una demanda precisa para cumplir su cometido. Llegados a la vista oral, unos nubarrones no invitados impedían al tribunal otorgar a Joaquín su deseada victoria ante el estrado hasta que no quedase la excepción resuelta. Pero él sabía que su camino Cum Laude serviría y que era el momento de ponerlo en práctica para obtener su verdadera meta. Su felicidad y amor verdadero sería liberado por lo civil o por lo criminal si fuera necesario. La mayor virtud que tenía Joaquín era que actuaba con la Ley del Valor y el Real Decreto de la Creencia. Juró sobre la Constitución de la Vida que ganaría su pleito, liberaría su sueño y podría alcanzarlo. Y acto seguido con la herramienta dispuesta por el más Alto Tribunal de su conciencia interna, desahució a las deudoras nubes de su indebida morada y consiguió que se ejecutase la Sentencia: un sol brillante asomó al fin al cielo abierto donde su sueño fue liberado, alcanzado y disfrutado.

viernes, 31 de octubre de 2014

LA LLAMADA

Contradicciones de la vida, capricho del destino o, como Don Álvaro atinase a llamarlo, la fuerza del sino. Mario trabajaba en un locutorio telefónico y estaba rodeado constantemente de sonidos de llamadas entrantes en las que se transmitían miles de sentimientos, confesiones, secretos e ilusiones entre los interlocutores. Estaba acostumbradísimo a leer los rasgos faciales de sus clientes y las expresiones de sus caras y, sin embargo, su tez denotaba una impasibilidad total generada por una espera que se tornaba cada vez más angustiosa al oír sonar todos los teléfonos menos el suyo.
El polvo se acumulaba ya sobre el auricular del viejo teléfono fijo de rueda y sus ojos comenzaban a fraguar lágrimas de impotencia acumulada. Pero sonaría. A todos les sonaba el teléfono. ¿Por qué a él no? Los clientes del locutorio recibían su llamada pero no siempre en el teléfono que esperaban, cosa de la que Mario no había percatado. Estaba tan convencido de que tenía que sonar uno en concreto que no atendía al resto de teléfonos que sonaban, dando por hecho que esa no era la llamada que aguardaba. Demasiada convicción era un reto para el destino. De repente un cliente recabó su atención haciéndole gestos con un brazo mientras con el otro sujetaba un teléfono descolgado en la mano: "¡Mario! Es para ti..."

miércoles, 29 de octubre de 2014

EL PUZZLE DE LA VIDA


Acababan de llegar al Hotel Grand Hyatt situado en pleno midtown de Manhattan en Nueva York. Los dos hermanos venían paseando desde Public Library y se detuvieron unos instantes frente a Grand Central Terminal antes de cruzar al hotel. Era impresionante ver como toda la diversidad posible encajaba perfectamente en ese paisaje urbano. Un grupo de típicos americanos ataviados con indumentaria deportiva de diferentes equipos de béisbol y baloncesto cantaba un blues a capella en la puerta de la Estación. Cinco rabinos judíos con circulares y transparentes gafas salían de la boca del metro hablando de sus negocios, indiferentes ante la curiosa mirada de una excursión de turistas japoneses que se asombraban y los señalaban al ver sus tirabuzones y barbas y sus kippas sobre la cabeza. Unas mujeres hindúes que se cruzaron ponían la nota de color entre los rabinos: sus vestiduras eran una curiosa mezcla de colores que parecía haber sido sacada de "Las mil y una noches" y se entremezclaba con armonía entre las levitas negras de los judíos. Sobre unos roídos cartones un vagabundo devoraba unas cuantas patatas fritas que se le habían caído a alguien a la salida del Mc Donalds de turno, entre tanto impasible lo contemplaba un ejecutivo ataviado de Armani desembalando su recién adquirido smartphone de última generación. Todo tipo de vehículos cruzaban frenéticamente de un lado a otro por las calles y avenidas. Innumerables, luces, reflejos, sonidos y ruidos culminaban la escena. Era fascinante ver como todo ello formaba un homogéneo conjunto.
Los dos hermanos admiraban fascinados ese enorme puzzle encajado entre rascacielos en el que cada cultura, cada religión, cada tribu, cada pueblo, cada persona en esencia, era una pieza suelta que jamás se imaginarían que encajase con el resto formando una obra en conjunto, pero que sin ella el conjunto no sería tal. Mientras pensaban eso a la par, ellos mismos eran únicamente dos piezas más del puzzle de la vida. Era un marco incomparable en un ecosistema humano imparable. Una ciudad frenética, sí, pero gobernada por la conjunción. Y es que cuando reina la conjunción armónica en el mundo todas las piezas se hacen necesarias y encajan en el puzzle de la vida. La Gran Manzana les dio ejemplo de ello.

martes, 28 de octubre de 2014

LA CENA DE LOS AMANTES


Dos enamorados sentados el uno frente al otro en un romántico restaurante comentaron las tres dudas existenciales innatas del hombre: "¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? y ¿A dónde vamos?". El resto de comensales prestaba atención a la conversación pues, ante ese inicio, los vieron capaces de resolver toda duda humana. Siendo ellos mismos puros interrogantes no les costaba entablar conversación sobre preguntas. Eran una pareja que, vista desde fuera, parecería saberlo todo el uno del otro a simple vista, pero realmente ellos sabían que apenas sabían nada material y exterior el uno del otro, salvo que se amaban sin condición. Eso sí lo tenían claro y no hacía falta preguntarlo. Era una respuesta carente de pregunta previa. Ante las atentas escuchas de las personas que en el mismo comedor se hallaban, se cuestionaron por el bagaje cultural, por el origen de sus familias, por sus aspiraciones laborales, por sus bienes y patrimonios, por su modo de vivir de la vida y por mil cuestiones más a las que ambos supieron contestar. Más de uno de entre los presentes se sintió identificado en alguna pregunta o respuesta.
Cuando la llama de la vela que iluminaba la velada se apagó todos habían saciado sus preguntas, tanto los amantes como los espectadores de la escena.  Sólo hubo un interrogante que no supo nadie contestar a lo largo de toda la cena. Pero no importó. Se fue deshilando sólo. En el aire se diluyó un "¿por qué?". No hacía falta preguntarlo. El amor todo lo puede y no tiene pregunta. Es una respuesta.

viernes, 24 de octubre de 2014

ESFUERZO

Hay veces en las que la vida te pone a prueba y por grande que sea la recompensa de tu sacrificio no hay nada ni nadie que pueda ayudarte en la motivación para llegar. Podría incluso decirse que la meta desea tu llegada casi más que tu mismo, pero no depende de ella que cruzas la línea de la victoria o no. Depende sólo de ti y tú te ves débil ante esa aventura. Tantas veces lo has intentado ya que crees que ese podio no es para ti. Te cansas de luchar viendo que no lo logras. Quisieras arrojar la toalla pero ni siquiera tienes toalla que arrojar. Tan sólo existe una cuerda a la que agarrarse. En ocasiones está compuesta por hebras de esperanza, otras veces por una trenza formada por la constancia, la perseverancia y la paciencia y, en algunos momentos, se compone de un material muy extraño que algunos llaman fe. Y, ojo, esa cuerda es sólo para ti. Igual que la traba. En todo caso estás sólo frente al reto. La huida es hacia delante y nunca se habló de los cobardes. Depende de ti únicamente conseguir tu cometido. Mentalízate. ¿Notas tu fuerza interior? Nunca te abandonó aunque así lo creíste. Siempre está ahí esperando que la uses cuando sepas cómo. Ahora es el momento. Aférrate a tu cuerda y trepa fuerte con tus dos manos llamadas pundonor y orgullo. La medalla de oro te aguarda y te observa. Sonríe convencido de tu triunfo. ¡Lo lograrás! ¡Ánimo! Bienvenido al esfuerzo.

martes, 21 de octubre de 2014

CAOS ORGANIZADO

Desde el balcón de su apartamento contemplaba ensimismado la diversidad de edificios que componían la ciudad. Cualquiera que los viera bajo el prisma no siempre objetivo de la sana crítica afirmaría que estaban distribuidos sin ton ni son y no se detendría a buscar el sentido de los mismos. En efecto eran muy variopintos entre ellos. Y más variopintas aún eran las personas que los habitaban. Y más todavía sus costumbres y formas de vida. Parecía un gigantesco sinsentido armonizado pues era impresionante ver cómo entre tal marabunta de hormigón y hierro se imponía un orden que lograba la convivencia social de modo tal que cualquier persona era tan necesaria para las demás como cualquier edificio era tan necesario para sustentar al del al lado. Mientras divagaba sobre el sky-line que tenía ante sus ojos, pensaba que la copa que sujetaba en la mano no existiría si previamente no hubiera un cristalero que la hubiera elaborado, ni un destilador que hubiera dado lugar al whisky de reserva que ahora saboreaba, ni un fabricante de hielo que hubiese creado los cubitos para refrescar su elixir, ni tan siquiera, él podría estar disfrutándola en esos instantes si no hubiera cumplido su trabajo previamente.
Y todo ello estaba coexistiendo a la par. Era fascinante la vida que esos edificios escondían. Todo encajaba. Amó su ciudad y su vida. Mirando al cielo vio reflejado su sentimiento y pensó que algo debía haber que impusiera ese orden que convertía en tan fantástica y mágica la aventura de vivir, amar y soñar entre personas, formando parte de ese perfecto caos organizado.

viernes, 17 de octubre de 2014

CULTIVANDO EL AMOR


Él tenía una preocupación pero la misma garantizaba su satisfacción. Mientras se afanaba en cultivar el amor sus pensamientos fluían. No entendía por qué tantos desdenes entre las parejas. Él no es que fuera un seductor innato o un mujeriego descarriado pero tenía un don, una virtud o, quizás, ambas cosas a la vez. Y en su fuero interno lo sabía. Por eso estaba seguro de que le iría bien en ese terreno y estaba feliz consigo mismo.  Como buen hortelano del corazón sabía que previamente tenía que labrar la tierra, sembrar la semilla del amor y cuando ésta brotase recoger sus frutos. Era el jardinero sentimental que sabía lo que tenía que aplicar a su planta. Pero tenía una preocupación aunque la misma garantizaba su satisfacción.
Pasaba los días ignorando los jardines de los demás ya que cada uno tiene la obligación de preparar su cosecha. Él tenía una única semilla y a base de buena técnica ya estaba bien arraigada. Podía haberse despreocupado pues tenía el éxito asegurado, más la planta del amor necesita buen abono de futuro, una generosa poda de olvido, algún injerto del presente y un riego diario que la mantenga viva. Sólo así no culminará nunca de dar frutos. Y él tenía una preocupación que garantizaba su satisfacción: tener el agua siempre a mano para regar su maceta de amor.

martes, 14 de octubre de 2014

AMOR A LOS CUATRO VIENTOS

Era un joven grumete hijo y nieto de marineros. Pero la veleta de su corazón no giraba y llevaba años inmóvil marcando un perdido noreste. Ello presagiaba que su mente no es que hubiera perdido el norte íntegramente pero tampoco estaba en el rumbo acertado que marcaba la brújula de sus sentimientos. Su alma de marinero del amor luchaba contra viento y marea para librarse del ancla de un pasado que se aferraba duramente al fondo de sus recuerdos y le roía amargamente los pensamientos. Aferrado al palo mayor no tenía fuerza para usar su megáfono gritando haber visto tierra de nuevo.
Cuando la conoció a ella las mariposas del estómago ni siquiera eran larvas que tuvieran la metamorfosis en el horizonte de su vida, pero ese mismo día una leve brisa infló su vela mayor y la fragata comenzó a navegar avistando tierra a lo lejos. La humedad de los océanos que surcaba en ese inesperado presente hizo chirriar las puntas de la veleta que poco a poco fue rotando hasta señalar el norte de su destino. El revoloteo de las mariposas en el estómago, ya patente, era signo inequívoco de que saliendo de la ciénaga del pasado surcaba por amores nuevos. Fue entonces cuando pensando en ella levó el ancla de su pasado y navegando por el presente tuvo claro su futuro. La brújula indicó que la amaba. La amaba sin duda alguna. Los cuatro puntos cardinales se confabularon en su destino. Trepó a lo más alto del mástil, prendió el megáfono con esmero e hinchando su pecho de aire y al son de los remeros proclamó su amor a los cuatro vientos.

viernes, 10 de octubre de 2014

EL ARMA ERA LA VOZ



No había manera de llegar a su interior. Y ella estaba obcecada en ello. En ello y en él. Porque lo amaba sin límites y no sabía como ganarlo. Sabía que era correspondida pero el gesto impasible e incólume del rostro de su rural enamorado demostraba que ningún halago era suficiente para derribar su muro. La millonaria urbana no sabía cómo demostrarle su amor. Y eso que había hecho gala de su bélico armamento. Lo había invitado al cine al mejor estreno y en la mejor butaca. Lo había llevado a cenar a majestuosos restaurantes en los que el más afamado chef los hubo atendido en persona. No existía viaje más lujoso que el de la Vuelta al Mundo que ella le regaló. Y no había manera. El bello rostro, espejo del alma, no caía ante sus materiales encantos y no manifestaba expresión de amor recíproco alguna. 
Cuando estaba apunto de abandonar su batalla, agotada de despotricar a los cuatro puntos cardinales rabietas infructíferas que no lograban expresar su sentimiento y exhausta de haber utilizado todo su armamento sin éxito, susurró sin querer un "Te Quiero" que impactó directo en el corazón de su amado. Sólo al oírlo cambió el rostro del varón y fueron felices para siempre. El arma era la voz.

martes, 7 de octubre de 2014

ESTACIÓN ESPERANZA

Hacía mucho tiempo que ningún tren pasaba por esos raíles. La estación parecía abandonada y las telarañas campaban a sus anchas en los letreros del andén. Pero él se mantenía allí esperando, sólo en el olvido, sólo con su espíritu, igual que la canción de Maná "En el muelle de San Blas". Mantenía la sonrisa en la cara pues sabía que su tren aún no había pasado. Estaba seguro de ello. Él sabía que llegaría y juró que esperaría. Podría haber perdido muchos otros trenes, pero ese no. La esperanza es lo último que se pierde y todavía le quedaban muchas cosas por perder en esta vida. Oyó chirriar los metales a lo lejos y dibujarse la silueta de la máquina. Con la felicidad del alma más latente que nunca agarró su desgastada y vieja maleta y subió, al fin, a su Tren de la Esperanza. Ese tren que nunca deja de pasar para todos. Tan sólo hay que confiar y saber esperar...

viernes, 3 de octubre de 2014

AMOR EN VESPA


Apotronado en el sofá con el corazón hecho pedazos creía que jamás volvería a llenarse de vida. Tan grande era el cúmulo de sentimientos desaparecidos y perdidos que el vacío se hacía eterno en su interior. Y cuando menos lo esperaba y de la forma más insólita, ataviado con un ramo de rosas y un corazón latiendo de nuevo, se presentó en su morada cabalgando sobre una vespa y le dibujó una sonrisa en la cara. Nunca sabes cómo, cuándo, ni dónde. Pero es así. Y es que el amor no se busca. Se encuentra.

martes, 30 de septiembre de 2014

EN EL BUEN CAMINO


Calzado con las botas que la vida le propinó, dibujó una sonrisa en su cara y comenzó su caminar. 
No se detuvo a pensar por qué hubo llegado a este mundo, ni por qué a este lugar. 
Cargó con su mochila feliz e inocentemente y se dispuso a avanzar. 
No toda carga es pesada o difícil de llevar, pues depende del tramo por el que discurras una cosa u otra será. 
En todo caso camina, avanza sin vacilar. Que ya se encargará el camino de ponerte trabas a superar. 

lunes, 29 de septiembre de 2014

PRESENTACIÓN

Pictura et Verba nace con la finalidad de intentar lograr la más posible y perfecta conjunción entre la imagen y las palabras, de modo que se dibuje una sonrisa y se escriba un sentimiento en la cara de todas aquellas personas que nos conozcan.

Mediante sencillos emblemas que conjuguen imagen y texto intentaremos lograr nuestro cometido contando con vosotros que seréis nuestros más fieles jueces. Aceptamos todo tipo de crítica, consejo, sugerencia y, ¿por qué no? encargo. Tan sólo con nuestra obra intentaremos regalaros una expresión que os haga sentir, recordar, expresar, reír, llorar. Pictura et verba servirá para recordar que la vida va mucho más allá de lo físico y material. Lo esencial son los sentimientos y éstos son personales e íntimos, arraigados e indominables. Por eso nuestros emblemas podrán ser interpretados de tantas maneras diferentes como personas los veáis. Eso sí, de nada servirá que analicéis la imagen por un lado y el texto por otro, aunque somos conscientes de que pudiera ser así, pues cada uno de vosotros debe obtener su propia visión. Cada emblema es una obra en sí, en su conjunto. Nosotros exclusivamente marcaremos la línea de salida. La meta es cosa vuestra. Lo bonito será hacer el camino juntos e intentar, entre todos, mantener la conciencia de que realmente estamos vivos, pues Pictura et Verba mantiene que una persona fallece no cuando muere sino cuando deja de sentir.

Narciso Orovio Resino será la mano que plasme un sentimiento en un dibujo. Con trazos simples, amenos, simpáticos y rayando la inocencia, reflotando así la conciencia de niño que todos llevamos dentro, expresará sentimientos, estados, emociones, vivencias y recuerdos mediante la pictura.
Carlos Lillo Talavera será el texto de esas picturas. Acariciando con la punta de la pluma el papel plasmará en líneas el sentir que complemente la idea primaria que evoque el dibujo, fusionando visiones y dejando per secula la verba convertida en sriptum. Verba volant sed scriptum manet.

Dos soñadores. Un dibujante y un escritor. Una amistad. Una fusión del arte de dibujar y del arte de escribir. Un objetivo común. Esos son nuestros ingredientes. Prepárense para vivir, sentir, reír, llorar, recordar y evocar. Pongan a punto su corazón y alma.

Con todos ustedes PICTURA ET VERBA.