martes, 11 de noviembre de 2014

YO MATARÉ MONSTRUOS POR TI



Alma había ido acumulando a lo largo de su vida miedos, incertidumbres, malos recuerdos y temores al presente simplemente porque sí. Ella era feliz en su mundo de bondad y de inocencia por lo que los fantasmas que la acosaban causaban en ella más pavor que en otras personas. No entendía que en este mundo existiera la maldad y la crueldad sin motivo aparente y simplemente porque sí. Alma era cándida, noble, confiada y buena. Y eso hacía, a su vez, que fuera débil y, por ende, víctima fácil de las pillerías, travesuras, picardías y maldades que en el mundo habitan simplemente porque sí.
Y como su caso era especial y aun con miedos no perdía la sonrisa, la vida le hizo un regalo, ella así lo merecía: siempre tuvo a su lado un ángel de la guarda en forma de abuela, padre, hermano, amiga o guía que la ayudaba y protegía simplemente porque sí. Quizás cuando un alma es como Alma y no es origen de fantasmas o monstruos que a otros aterrorizan, merece que alguien sea su espada y valor en esta vida. Quien nos trata con bondad, inocencia y verdad acrecenta nuestra alma y nos llena de alegría. Por eso, mi querida Alma, yo mataré monstruos por ti, simplemente porque sí.

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