martes, 22 de enero de 2019

JUST MARRIED 2.0

Nos quedamos el uno con el otro porque nos mirábamos entre nosotros como nadie nos había mirado. Parece ayer cuando nos conocimos en las fiestas de nuestra capital de provincia y ya han pasado más de cuarenta años. Teníamos veintipico,  no lo recuerdo bien, pero sí recuerdo la ropa que llevabas puesta. ¡Y tu peinado! Una coleta con el flequillo suelto que te daba un toque de chica dulce y guerrera a la vez. Después volvimos cada uno a nuestro pueblo pero ya había prendido el fuego en nuestro interior y comenzamos a rodar kilómetros de vida juntos. Poco a poco fuimos eliminando barreras. La distancia era un obstáculo grande y teníamos que ajustarnos a los horarios de autobús hasta que logré comprar un cochecillo pequeño para poder ir a verte. Las sonrisas no dejaban de aflorar. ¡Lo estábamos logrando! Seguíamos rodando juntos y rompíamos los problemas con la fuerza del amor. Conseguiste un trabajo en la ciudad y yo me fui allí contigo y busqué con ahínco el mío. Lo encontré al fin. Ya no había distancia y tuvimos nuestro primer hogar. Miro para atrás y veo todo lo que luchamos el uno por el otro. Mereció la pena, mi vida. Hace más de cinco lustros que nos dimos el sí quiero. Estamos libres de hipotecas. Hemos tenido hijos y esperamos a nuestro segundo nieto. Y, ¿sabes lo mejor? Que seguimos rodando juntos...


jueves, 10 de enero de 2019

OTRA VEZ SIN RESPUESTA

¿Otra vez? Sí, otra vez. ¿Qué le ocurrirá? No lo sé. ¿Le has preguntado? Claro. ¿Y qué te ha dicho? Nada. Es raro. A veces le pasa, ¿a ti no? También. Yo creo que nos pasa a todos. Seguramente. El sol sigue saliendo todos los días pero hay veces que parece que es de noche y aunque brille con intensidad vivimos un día gris. No hay que preocuparse, todo, absolutamente todo, aunque no lo creamos, es cíclico. El alma también necesita resetearse y el espíritu se reinicia en ocasiones. No son cosas que podamos dominar, simplemente ocurren. Y no, no hay explicación conocida para ello. Hay quien se levanta con nostalgia simplemente por que sí, hay quien se entristece viendo volar un globo, hay quien llora contemplando el mar... Sólo su interior sabe el por qué y cuando nos ocurre a nosotros mismos nos quedamos otra vez sin respuesta. No tratemos de buscarla entonces cuando le ocurre a otro. Forma parte de la propia vida, son momentos necesarios aunque los sintamos tristes, son cuestas en un camino que creíamos llano, son señales de que estamos más vivos de los que creemos. Dejemos que nos embarguen los recuerdos, los anhelos, las preguntas sin respuesta. Serán tal vez momentos duros pero no todo tiene respuesta. Y luego, suspiremos, miremos al sol de nuevo y veremos no lo que nos falta sino lo que tenemos...