miércoles, 10 de diciembre de 2014

LA GRAN CARRERA

Había llegado el momento. Llevaba meses, por no decir años, entrenando arduamente para la gran prueba. De pequeño hubo ganado competiciones escolares, era siempre campeón en la carrera organizada con motivo de las fiestas de su barrio, había subido al podio varias veces en las carreras municipales e incluso provinciales y, en más de una ocasión, había salido victorioso en las carreras a nivel autonómico. Era todo un depredador de victorias. Pero aun con la vitrina material llena de trofeos, su vitrina interior estaba vacía. No había cruzado nunca una línea de meta definitiva que le otorgase un triunfo saciante de verdad. Y no es que las victorias obtenidas en sus anteriores carreras no le hubieron alegrado ni le hubieran obsequiado satisfacción, es que siempre se quedaba con ganas de más porque sabía que la medalla obtenida no lo llenaba interiormente. Quería conquistar su definitiva marathon. Aunque ello supusiera la retirada de las pistas...

Por eso David estaba poniendo todo su empeño en esta gran carrera. Había hablado y entrenado con corredores que ya habían ganado esas pruebas de fondo y todos coincidían en lo mismo: "no hay un triunfo igual. Todas las carreras anteriores te dejan mella y aprendes de ellas pero esta es única. Prepárate bien y no falles pues si alcanzas la victoria en esta gran marathon saborearás la mejor victoria que existe". David veía felices y saciados a esos grandes corredores. Quería ser uno de ellos. Quería dejar de ganar carreras que no perdurasen en su mente y ganar una única carrera para siempre. La gran carrera. Quería sentirse como la abeja nectarina que cansada de libar de flor en flor, escoge una única amapola y se entrega a ella para lograr, entre ambas, la más dulce las mieles jamás habidas. Y así lo hizo. Sabía que el esfuerzo merecería la pena. Se enfundó en sus mallas elásticas, se puso su camiseta de tirantes con el dorsal número uno por bandera, se calzó sus chillonas zapatillas de corredor y tomó su posición en la línea de salida. Ganaría. Ganaría aunque ello supusiera la retirada de las pistas. Y David se lanzó a la carrera, a su gran carrera.

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