viernes, 26 de diciembre de 2014

POLAROID

Imagina por un momento que eres una cámara fotográfica de impresión inmediata. Capturas sentimientos que se plasman al instante en el álbum de tu memoria. Una vez efectuado el disparo la imagen es imborrable. Si sale movida se queda así para siempre. Tus ojos son el objetivo para calcular la mayor o menor distancia, tu retina los filtros que definen el color y el brillo, tus lacrimales aportan el grado de humedad, tus palabras son obturador que da o quita nitidez, tus pensamientos aportan el enfoque, tu cerebro es la tarjeta de memoria, tu corazón el que organiza las imágenes y tu alma el álbum definitivo. Complejo pero instantáneo. Así funcionan los recuerdos que fotografiamos en vida. Por eso, antes de apretar el botón que haga la foto asegúrate de tu enfoque, de que sea el marco ideal, de que la postal perdure con el tiempo, de que realmente quieres esa imagen y de que quedará para siempre.
Habrá capturas feas que la vida nos obligue a realizar sin darnos opción. También quedarán en el álbum pero el corazón las colocará en las carpetas más ocultas para que las imágenes más bellas se vayan superponiendo y sean las que primero veamos. Somos fotógrafos de nuestra propia vida y generamos nuestro álbum de recuerdos. Si la imagen es buena, por tiempo que pase, siempre quedará bien impresa aunque ya sea irrecuperable. Será una preciosa fotografía y un bellísimo recuerdo. ¡Enfoca bien antes de realizar tus fotos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario