viernes, 24 de abril de 2015

CERRADO POR DERRIBO


El maestro Sabina decía en una de sus muchas conocidas canciones que tenía el corazón maltrecho y ajado. Y narraba, en musical poesía, esa vivencia que ocurre cuando alguien nos ama de verdad y no es correspondido porque nuestro corazón ya no puede amar, pues se ha convertido en una sala de espera sin esperanza, en una mitad partida por la mitad, en una campana muda en el campanario, en un look de presidiario para el viejo Peter Pan... Y es que hay personas que aman con todas sus fuerzas e ilusiones. Y lo hacen ver día a día. Estas ganas de nada menos de ti... Este huracán (de amor) sin ojos que lo gobiernen, este jueves, este viernes y el miércoles que vendrá... Toda una vida amando, ilusionando y confiando. Pero hay gentes que siempre reciben golpes de mentiras, de no correspondencia y de traición. Y no una vez. Ni dos. Y eso pasa factura. Hay personas que besan con labios que saben a despedida, a vinagre en las heridas, a pañuelo de estación... El amor tiene un contrapunto que no siempre es bello. Y uno se rehace y vuelve a amar. Y otra vez sueña con dedos que lo desnudan. Pero si vuelves a caer... Te conviertes en un perro andaluz sin domesticar, tomas un helado de fresa de la venganza y juegas a la mudanza con los muebles del amor. Por eso si ahora no soy capaz de amar no acuses a mi corazón. No tiene la culpa de saber que estos son los últimos versos que te escribo. Ya está dolorido y consumido. Y, lamentablemente, si una nueva media naranja llama a la puerta se encuentra el cartel que decía Joaquín: "Cerrado por derribo". 



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