martes, 8 de septiembre de 2015

MOMENTO IDEAL

Tantas veces lo hubo soñado que cuando fue real no lo creía. Despejar cuerpo y mente con su compañera en la vida sin deberle nada a nadie, sin temores, sin perjuicios, sin ataduras de ninguna clase. Simplemente ser feliz por un instante divagando en sueños anhelados. Tantas veces lo había soñado... En el trabajo, en el supermercado, en la siesta de los Domingos, en el sofá relajado... Y así durante años y años. Sólo quería que llegase un día en el que sin pensar en la economía, en el calendario, en el que dirán o en el ya dijeron, llegase cansado de disfrutar un día en la playa de la mano de su amada a un bungalow de ensueño. Tantas veces lo había soñado... Y cuando ya estaba convencido de que no llegaría nunca el momento, llegó. Y llegó como una lotería de esas que sin jugar toca. Volvía al apartamento que habían alquilado en familia durante quince días en la Playa de Gandía. Estaba agotado de haber jugado con sus nietos en la arena. A su vez disfrutaba de ver a sus hijos felices en aquel Mediterráneo en el que los bañaba de niños. Y flotando en esos recuerdos, la arrugada mano de su esposa por el transcurso de los años cogió la suya con cariño y dirigió a casa sus pasos. Fueron tan sólo segundos, toda una vida de sueños que se cumplió en aquellos instantes en el que la felicidad y la libertad jugaron juntas de nuevo. Con el cuerpo y mente despejados cumplió siendo un anciano su momento más soñado.


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