martes, 3 de noviembre de 2015

SIEMPRE COMBINAN

¿Os habéis parado a pensar que hay parejas de elementos, sustancias, instrumentos, alimentos, ropas, etc, que siempre combinan? Por ejemplo un pantalón vaquero con una camiseta de sport. O un chocolate con unos churros. O una corneta con un tambor. O unos huevos fritos con unas patatas. O un vaso de leche con una cucharada de miel. O una noche de verano con una estrella fugaz. No se sabe quién crearía esas combinaciones pero sí que parece mágico que en todo el mundo se disfruten de igual manera. Me alegra pensar que exista una especie de mano exterior que dirija estos emparejamientos para que nosotros los disfrutemos. Porque ¡nos encantan! ¿Imagináis lo que sería una vida sin las combinaciones que nunca fallan? Un sofá sin manta. Un Domingo sin siesta. Un cine sin palomitas. Una camisa sin corbata. Una granja sin gallinas. Nada sería igual. Y es que hay combinaciones que se han instaurado en nuestra vida y han arraigado tan profundo en ella que no concebimos el día a día sin ellas. No nos damos cuenta pero somos presa de las mismas. Pensadlo. Oye, tengo tequila. Y yo limones. Solucionado el chupito. Hay parejas que siempre combinan y salen a flote ante cualquier adversidad. Siempre encajan. ¿Estarán hechas el uno para el otro? Así me gusta a mí vivir. Así me gusta el amor, la amistad y la familia. Siempre encajando, siempre hallando la combinación. Impensable pensar que no combinen. ¿Una tostada sin mantequilla? Impensable, os decía.

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