martes, 24 de noviembre de 2015

EL DIARIO DE LA CALLE

Hoy me he cruzado en los Juzgados con mi antiguo profesor de Derecho Penal. Llevo ya doce años ejerciendo la abogacía y él no se acordaba de mí pero yo lo recuerdo a la perfección. Me ha venido a la cabeza el día que nos dijo que la calle era un periódico de expresión. Se refería a las pintadas, firmas y sprays que plagan las paredes y muros. Mi profesor decía que observando esos textos e imágenes se podía conocer el estado latente de una sociedad. Siempre se ven quejas, reflejos de impotencia, expresiones de desánimo, etc. Cuando volvía de los Juzgados al despacho he ido leyendo esta "prensa gratuita" que está impresa por las calles. No faltaban insultos al político de turno. He visto pintadas de todo tipo que transmiten la sensación de estar inmerso en una sociedad falta de valores, en la que imperan la envidia, el odio y el rencor. Me negaba a creer lo que estaba leyendo en cada una de las pintadas de sprays. Todos los días paso por esas calles y nunca me había detenido a leer los mensajes o tal vez los tenga tan leídos que no hago caso a lo que narran. Hoy ha sido distinto. Cuando creía que no podía leer nada que me hiciera cambiar la opinión que estaba forjando, he avistado una pequeña joven pintando un corazón en el muro de un instituto mientras miraba al chiquillo que le gusta. Sus ojos reflejaban enamoramiento y travesura. Si bien su pintada no deja ser un mal acto al menos no transmitía exabruptos ni improperios. De hecho me ha sacado una sonrisa. Ojalá sea un punto de inflexión en el diario de la calle y éste se llene de amor, esperanza y sonrisas. No se perdería ese diario de la calle y más lustrosas lucirían nuestras paredes, reflejo de la sociedad como decía mi profesor.


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