miércoles, 10 de octubre de 2018

LUNES LUNERO

¡Ay de ti, Lunes! ¡Cuán odiado eres! ¿Qué culpa tendrías tú del reparto de horas, costumbres y trabajos? Y mira que te esfuerzas por hacer de tu eslogan "Empieza la semana con una sonrisa" pero nada, no hay manera. ¡Como si el resto de días laborales no tocase levantarse pronto y buscarse la vida! Porque digo yo que los Martes, Miércoles, Jueves y Viernes, e incluso algunos Sábados y Domingos para la gente que trabaja por turnos carentes de amados fines de semana y festivos, también suena el despertador a la misma hora. Pero nada. Que no. Que el Lunes Lunero es el día maldito. ¿Será porque casi se puede acariciar aún el Domingo? ¿Será porque el Viernes se atisba en lontananza lejana en el semanario? Y sin embargo cuando eres festivo y te vistes de Domingo eres bien recibido. Lo que te decía, amigo, el nombre lo dice todo. ¿Por qué se instauró que la semana laboral comenzase contigo? Si se iniciase los Domingos el fin de semana sería los Jueves y Viernes. Y, sí, llevas razón, el Viernes seguiría siendo amado pero al menos tú ya no tendrías el sambenito de ser el día feo. Esa carga le tocaría al que se viste de rojo en el calendario. Al menos sabes llevarlo aunque no te valoramos. En ti empiezan los sueños adolescentes de volver a llegar al Viernes. En ti comienzan a fraguarse los sueldos que los adultos disfrutan los Sábados. En ti se llenan otra vez las aulas de risas de niños. En ti cobran rutina los hábitos que marcan nuestro modo de vida voluntariamente elegido. En ti se respira fuerza, coraje, garra, deseo, anhelo y esperanza para disfrutar de un premio previo merecimiento. En ti recaen las maldiciones pero eres fuente de bendiciones. Que digan lo que quieran, Lunes, que yo te quiero.


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