lunes, 31 de enero de 2022

CONFINADOS

Que levante la mano quien lo hubiera imaginado alguna vez. ¡Venga! Una pandemia mundial nos estaba acechando desde aquella Navidad de 2019 que dio paso a un año inolvidable. Para mal. ¿Cuántas mesas familiares se juntaron por última vez aquella Nochevieja? Si tú que me lees estabas en una de ellas, entre tus seres queridos que ya no verás de nuevo, va por ti este retazo en forma de brindis con amargo sentimiento. ¿Cuántos nietos nacieron ya sin sus abuelos? ¿Cuántas personas murieron? ¿Y cuántas se construyeron? Y mientras tanto los que hoy seguimos estuvimos confinados bajo un techo. ¿Cuánta gente fuera de su hogar todo lo habría dado por tener el resguardo propio en el que nos sentimos encerrados? Si tú que me lees eras uno de ellos, encuentra en estas líneas un refugio con amargo sentimiento. ¿Cuántos planes se frustraron? ¿Cuántas bodas se aplazaron? ¿Cuántos negocios quebraron? ¿Cuántos cumpleaños fueron a través de videollamadas y mensajes sin siquiera poder vernos? Nos robaron lo más preciado: los abrazos y los besos. Una horrible lucha entre la salud y el dinero y encima sin el amor de un cálido reencuentro. Si tú que me lees fuiste uno de ellos y te agita esto por dentro y soplaste imaginarias velas en tu solitario encierro pero sigues teniendo abuelos, sigues teniendo techo y te queda sentimiento, son para ti estas líneas, mi cariño, un abrazo y este beso.


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