lunes, 27 de marzo de 2017

AMARGAS RAÍCES

No sé dónde he visto escritas las palabras "Amargas raíces" pero me han llamado la atención. Quizás suenan a título de telenovela venezolana o a novela de amor imposible, pero a mí me han hecho pensar en la vida misma. ¡Cuánto luchan algunas personas por tener una vida feliz pese a sus malas raíces! Es admirable como una persona que se quedó huérfana de muy pequeña o se ha criado en un ambiente muy malo y hostil o la vida le da un amargo e inmerecido varapalo logra forjar una propia historia ajena a aquellos duros principios y reveses del destino, crear una propia personalidad y vivir honradamente y lo más feliz posible. Y todos conocemos a alguien que nos despierta ese aplauso interno hacia su persona.
Y a la inversa, todos conocemos casos de personas que teniendo el más dulce de los comienzos han zozobrado en su camino y han sido incapaces de retomar el rumbo haciendo de su travesía un desatino. ¿Quién lo diría? Lo tuvieron todo para tener éxito en la vida y saborear el paso de los años felizmente y sin embargo no supieron aprovecharlo. Dulces raíces que se tornaron en espinosos frutos.
Es una forma de decir que las apariencias engañan lo que me han transmitido las palabras "Amargas raíces". En definitiva lo es. Tal vez si hubiera leído "Dulces raíces" no habría imaginado todo esto. Raíces, siempre raíces. Origen, principio, persona y vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario